(12 pistas que apuntan en esa dirección)
01.- Todo comienza con un tipo con suerte. La clase de persona que sólo puede despertar antipatías. Un despreciable ser en apariencia sin talón de Aquiles. El eterno ganador. Gente a la que te encantaría mirar ardiendo en el sulfuro más nauseabundo de los infiernos. Alguien que lo tuvo todo y que sacó partido de ello. Aunque eso sólo fue hasta que cumplió los veintitantos. Entonces supo que mientras todos a su alrededor tocaban fondo, él había tocado techo. Subir más era imposible. Exprimió al máximo los placeres materiales, y luego despertó. Miró de frente el dolor auténtico y se entregó a la filosofía del justo medio. Nuestro protagonista se llama Siddharta Gautama, y él es la piedra fundacional del budismo, de toda la literatura sobre desarrollo personal, de una parte importante de la contracultura del siglo XX, de la meditación y de su derivado occidental, el mindfulness. Su filosofía alimentó a yuppies y a hippies (aunque quizá eso se deba a que eran los mismos), y todo apunta a que también pueda ser el biberón de la juvenalia de nuestro tiempo. El budismo, en suma, es una filosofía de petaos. Como una cicatriz de guerra. Porque cuando alguien te dice que es budista, lo que en realidad te está diciendo es que:
—Cuidadito que yo he vivido. Muy #AlLímite.
Más o menos.
03. y 04.- El principio tolstoiano por el cual «No hay condiciones de vida a las que un hombre no pueda acostumbrarse, especialmente si ve que a su alrededor todos las aceptan», reiterado justo ahora con la publicación de Assata Shakur[1]. Tampoco hace falta insistir en el hecho de que la indignación internacional de Occupy y de la Primavera 2011 se desinfló, con alguna que otra honrosa excepción de activismo que resiste en 2013. Se acabó el ardor. (De momento). Y además llegará un día en que los millennials tengamos que considerar que nuestras reinvidicaciones (vivienda digna, trabajo digno) han sido las más aburridas de los últimas décadas. ¿Acaso no nos gustan ya las experiencias místicas, como a vuestros antepasados?
(Zombie Kids, Party Harders y un montón de falsos #flautaperros/ #flutedogs que se lo están pasando mejor que tú. Too much hippi hippi.)
06 y 07.- Los (ya agotados) memes Keep Calm. El póster lo puso por primera vez en marcha el gobierno británico al inicio de la II Guerra Mundial, según dice Wikipedia; y desde luego tiene lógica que sus versiones paródicas apareciesen en el declive de la indignación. Keep Calm es la respuesta a ese sentimiento popular de inofensiva cólera que protagoniza Occidente desde hace unos años, estupendamente significado por aquel titular de Jorge Vestrynge («Me veo muy rojo y muy enfadado; sin nada que perder»; ¡huy qué miedo, señor Vestrynge!). O como diría Azúa: «en España sólo hay un modo de hacerse respetar: que te tengan miedo, que les hagas temblar. De modo que se disfraza de bárbaro y ataca antes de que le ataquen.»Después de tantos y tantos avisos del lobo por venir, nadie cree ya en el lobo. Pues eso, Keep Calm.
09.- La gente que se opone a la «autoayuda» tiene toda la pinta de ser la misma que demoniza los bestsellers, como si en las listas de estos últimos no fuese posible encontrarse a Javier Marías y Albert Espinosa, a Eduardo Mendoza y a Dan Brown, probablemente si haber ojeado ninguno, ni mucho menos a Rinzler (por citar a Rinzler) o a Coelho (por citar a un petao). Ni que decir tiene que ya sabemos lo que pasa cuando la ortodoxia moral trata de crear apartheids dentro de las librerías, intentando hacer sentir a quienes ojean la sección de desarrollo personal (o bestseller) como si estuvieran detrás de la cortina XXX del antaño videoclub. Allí donde hay censura, hay alegría (que no felicidad, matizará algún budista).
10.- Sheila Heti. Su libro es un pepino que seguramente esté siendo reseñado en publicaciones de bien, pero al loro con el título: «Cómo-Debería-Ser-Una-Persona».
11.- El vacío oriental. Es decir, el debate intelectual más apasionante de los últimos tiempos ha sido Hayek VS Keynes, Nubarro VS Huerta de Seto, que diría Saló. Dos modelos económicos (y morales) que bien funcionan como modelos en la teoría, pero que luego nunca encuentran sus correlatos en la práctica política. Nubarro y Huerta de Seto, Hayek y Keynes, significan un choque de corrientes intelectuales occidentales. Pero, ¿existe vida intelectual más allá de todos ellos?
(«¿Y si el dinero no importara?» Ya hay que ser osado para hacer esas preguntas en 2013, Alan, eso sí es provocador).
12.- El spot del Primavera The Therapy Group:
Moderneo y autoayuda. En inglés pero con subtítulos en español para todos aquellos que no eran excelentes en idiomas. A fin de cuentas, esto va de que «Tú no estás solo», y nosotros te hacemos un poco más feliz a un precio razonable. Y si los publicistas del primavera piensan en la autoayuda, es que algo está pasando ahí.
[1] «Las personas se acostumbran a todo. Cuanto menos piensas en tu opresión, más aumenta tu tolerancia hacia la misma. Poco después, la gente piensa que la opresión es el estado normal de las cosas. Pero para liberarse, uno tiene que ser muy consciente de que es un esclavo.»