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viernes, 10 de mayo de 2013

¿Es la autoayuda y el rollito Buddhist el nuevo hype cultural?

(12 pistas que apuntan en esa dirección)

01.- Todo comienza con un tipo con suerte. La clase de persona que sólo puede despertar antipatías. Un despreciable ser en apariencia sin talón de Aquiles. El eterno ganador. Gente a la que te encantaría mirar ardiendo en el sulfuro más nauseabundo de los infiernos. Alguien que lo tuvo todo y que sacó partido de ello. Aunque eso sólo fue hasta que cumplió los veintitantos. Entonces supo que mientras todos a su alrededor tocaban fondo, él había tocado techo. Subir más era imposible. Exprimió al máximo los placeres materiales, y luego despertó. Miró de frente el dolor auténtico y se entregó a la filosofía del justo medio. Nuestro protagonista se llama Siddharta Gautama, y él es la piedra fundacional del budismo, de toda la literatura sobre desarrollo personal, de una parte importante de la contracultura del siglo XX, de la meditación y de su derivado occidental, el mindfulness. Su filosofía alimentó a yuppies y a hippies (aunque quizá eso se deba a que eran los mismos), y todo apunta a que también pueda ser el biberón de la juvenalia de nuestro tiempo. El budismo, en suma, es una filosofía de petaos. Como una cicatriz de guerra. Porque cuando alguien te dice que es budista, lo que en realidad te está diciendo es que:
—Cuidadito que yo he vivido. Muy #AlLímite.
Más o menos.
Lodro Rinzler. Parece un autor de la cantera de Alpha Decay o Blackie, pero no. Él es autor de un libro fantabuloso llamado El Buda entra en un bar (2013) y está publicado en Kairós, un sello que lleva casi medio siglo publicando a Alan Watts, a Osho, a Kabat-Zinn, a Daniel Goleman, a Jiddu Krishnamurti y otros tantos insignes nombres asociados al misticismo con dos dedos de frente, al New Wave y la contracultura de los 60. Y todos sabemos que los movimientos culturales se mueven por la historia como un boomerang. Todo vuelve.
02.- Lodro Rinzler. Podría pasar por un autor de la cantera de Alpha Decay o Blackie, pero no. Él es autor de un libro fantabuloso llamado El Buda entra en un bar (2013) y está publicado en Kairós, un sello que lleva casi medio siglo publicando a Alan Watts, Osho, Kabat-Zinn, Daniel Goleman, Krishnamurti y otros tantos insignes nombres asociados al misticismo con dos dedos de frente, al New Age y la contracultura. Y todos sabemos que los movimientos culturales van y vienen como un boomerang. Todo vuelve.
03. y 04.- El principio tolstoiano por el cual «No hay condiciones de vida a las que un hombre no pueda acostumbrarse, especialmente si ve que a su alrededor todos las aceptan», reiterado justo ahora con la publicación de Assata Shakur[1]. Tampoco hace falta insistir en el hecho de que la indignación internacional de Occupy y de la Primavera 2011 se desinfló, con alguna que otra honrosa excepción de activismo que resiste en 2013. Se acabó el ardor. (De momento). Y además llegará un día en que los millennials tengamos que considerar que nuestras reinvidicaciones (vivienda digna, trabajo digno) han sido las más aburridas de los últimas décadas. ¿Acaso no nos gustan ya las experiencias místicas, como a vuestros antepasados? 
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(Zombie Kids, Party Harders y un montón de falsos #flautaperros/  #flutedogs que se lo están pasando mejor que tú. Too much hippi hippi.)
 La primavera Thoreau, como la llamó Marta Caballero en El Cultural. Ni que decir tiene, Thoreau es una versión occidental del mito de Buda. Me voy al campo, ¡ahí os quedáis!
05.- La primavera Thoreau, como la llamó Marta Caballero en El Cultural. Ni que decir tiene, Thoreau es una versión occidental del mito de Buda. Me voy al campo, ¡ahí os quedáis!
06 y 07.- Los (ya agotados) memes Keep Calm. El póster lo puso por primera vez en marcha el gobierno británico al inicio de la II Guerra Mundial, según dice Wikipedia; y desde luego tiene lógica que sus versiones paródicas apareciesen en el declive de la indignación. Keep Calm es la respuesta a ese sentimiento popular de inofensiva cólera que protagoniza Occidente desde hace unos años, estupendamente significado por aquel titular de Jorge Vestrynge («Me veo muy rojo y muy enfadado; sin nada que perder»; ¡huy qué miedo, señor Vestrynge!). O como diría Azúa«en España sólo hay un modo de hacerse respetar: que te tengan miedo, que les hagas temblar. De modo que se disfraza de bárbaro y ataca antes de que le ataquen.»Después de tantos y tantos avisos del lobo por venir, nadie cree ya en el lobo. Pues eso, Keep Calm.
El razonamiento por el cual, en el momento en que aceptas que emocionalmente eres una ruina humana, ¿qué más da que suplas tus deficiencias con un montón de sexo a desgana, kilómetros de farlopa, psicoterapia, diazepames o libros de autoayuda? Si total, se trata de autodestrucción.
08.- El razonamiento por el cual, en el momento en que aceptas que emocionalmente eres una ruina humana, ¿qué más da que llenes tu vacío con un montón de sexo a desgana y mal hecho a causa del Jagërmeister, kilómetros de carísima farlopa cuyo comercio atenta contra el Tesoro público y algunas cuantas geografías mundiales, psicoterapia, diazepames o libros de autoayuda?Si total, se trata de autodestrucción.
09.- La gente que se opone a la «autoayuda» tiene toda la pinta de ser la misma que demoniza los bestsellers, como si en las listas de estos últimos no fuese posible encontrarse a Javier Marías y Albert Espinosa, a Eduardo Mendoza y a Dan Brown, probablemente si haber ojeado ninguno, ni mucho menos a Rinzler (por citar a Rinzler) o a Coelho (por citar a un petao). Ni que decir tiene que ya sabemos lo que pasa cuando la ortodoxia moral trata de crear apartheids dentro de las librerías, intentando hacer sentir a quienes ojean la sección de desarrollo personal (o bestseller) como si estuvieran detrás de la cortina XXX del antaño videoclub. Allí donde hay censura, hay alegría (que no felicidad, matizará algún budista).
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10.- Sheila Heti. Su libro es un pepino que seguramente esté siendo reseñado en publicaciones de bien, pero al loro con el título: «Cómo-Debería-Ser-Una-Persona».
11.- El vacío oriental. Es decir, el debate intelectual más apasionante de los últimos tiempos ha sido Hayek VS Keynes, Nubarro VS Huerta de Seto, que diría Saló. Dos modelos económicos (y morales) que bien funcionan como modelos en la teoría, pero que luego nunca encuentran sus correlatos en la práctica política. Nubarro y Huerta de Seto, Hayek y Keynes, significan un choque de corrientes intelectuales occidentales. Pero, ¿existe vida intelectual más allá de todos ellos?
(«¿Y si el dinero no importara?» Ya hay que ser osado para hacer esas preguntas en 2013, Alan, eso  es provocador).
12.- El spot del Primavera The Therapy Group:
Moderneo y autoayuda. En inglés pero con subtítulos en español para todos aquellos que no eran excelentes en idiomas. A fin de cuentas, esto va de que «Tú no estás solo», y nosotros te hacemos un poco más feliz a un precio razonable. Y si los publicistas del primavera piensan en la autoayuda, es que algo está pasando ahí.

[1] «Las personas se acostumbran a todo. Cuanto menos piensas en tu opresión, más aumenta tu tolerancia hacia la misma. Poco después, la gente piensa que la opresión es el estado normal de las cosas. Pero para liberarse, uno tiene que ser muy consciente de que es un esclavo.»

sábado, 4 de mayo de 2013

11 cosas que cualquier autor o sello editorial debería tener en consideración antes de postear en redes

(O por qué tu timeline y mi tiempo —o viceversa— valen más de lo que tú y yo pensamos)

1.- Un montón de gente cuenta historias, o cree que tiene historias que contar, pero lo cierto es que nadie escucha, o a nadie le importan esas historias, o sólo atiende un grupúsculo de gente demasiado cercano al emisor para ser considerado una audiencia verdadera. La cuestión es… ¿De qué hablábamos?, ¿redes sociales o mesas de novedades?
2.- Si 5.000 personas siguen lo que dices y posteas algo que obtiene 100 sellos de aprobación, eso no significa que seas un líder de opinión. Significa que hay 4.900 personas en desacuerdo contigo o a las que no le interesas. Yo sé que tú lo sabes, pero por si las moscas.
3.- Estar en las redes puede servir para dos cosas. Para optimizar tu marca, o para demostrar a alguna gente para la cual tu marca era una intriga que en verdad eres menos atractivo de lo que ellos mismos estimaban. No tener una personalidad pública definida es mejor que exponer tu marca al escarnio.
4.- «Excelente reseña de…» Me da igual. (Si quisiera leer los medios convencionales, no estaría en Internet.)

(Sheldon Ríe: Expresión facial característica en el 95% de gente que trata de vender algo en internet mediante el viejo truco de sintonizar emocionalmente con el usuario.)
«Sheldon Ríe»: expresión facial característica en el 95% de gente que trata de vender algo en internet mediante el viejo truco de sintonizar emocionalmente con el usuario. 
5.- Los mejores publicitarios, los mejores abogados y los mejores críticos tienen en común una cosa: argumentos que son muy complicados de rebatir. Sé tu peor troll.
6.- La marca (el sello; el autor) es una historia que exige mucho más tiempo que el producto (el libro). Si vas a contar una historia con tu marca, que sea buena; a ser posible mejor que el producto. Si no, cuenta sólo con el producto. (Esto lo han entendido en todos los sitios menos aquí; a saber por qué).
7.-  No es muy creíble esa gente que se enfada mucho con lo que sucede al exterior de su mundo («¡banqueros ladrones!, políticos corruptos», «¡Daft Punk, pesaos!», «¡Mou destitución!») y se pone muy tierna con los acontecimientos cercanos: «¡g-r-a-c-i-a-s por estar ahí, amigos!» No.
8.- La culpa no siempre es de los cambios de Zuckerberg; a veces el problema es lo que la gente cuenta ahí dentro.
(Expresión facial característica en el 95% de usuarios de Internet expuestos a mensajes de vendedores digitales que intentan sintonizar emocionalmente con ellos. No.)
(Expresión facial característica en el 95% de usuarios de Internet expuestos a mensajes de vendedores digitales que intentan sintonizar emocionalmente con ellos. No.)
9.- El mundo es cruel, la vida es dura y por naturaleza la gente piensa mal de los demás (salvo en Cuba, Venezuela, Corea y Barcelona). Es educado no hablar a la gente como si ésta viviera en una fiesta perpetua o como si los lunes por la mañana no existieran. Intenta que sus vidas sean más agradables, pero cuida los modales. Tu excelente reseña tampoco me alegra el lunes por la mañana. Ni a ti tampoco, la verdad.
10.- Desestima las exclamaciones. Sólo hay tres clases de personas que utilizan las exclamaciones con frecuencia: los niños que aprenden a escribir y redactan cosas para el colegio, los CM de Burger King y los psicópatas, ¡wiiiii!
11.- Lo más importante de todo: tienes entre manos la proyección pública la literatura, lo que significa que un paso en falso podría encaminar a los lectores a las drogas o a la autoayuda. No seas una campaña gubernamental de animación a la lectura. Sé real.
Y punto.
Gracias por leer hasta aquí; vuestro tiempo es oro.

domingo, 31 de marzo de 2013

Yo, yo, yo

Del mileurismo al precariado y los desahucios pasando por Fotolog, MySpace y Blogger: una historia circular, o espiral.

Yo soy «mileurista», la célebre carta firmada por Carolina Alguacil de la que surgiría el neologismo, apareció publicada en agosto de 2005, pero la verdad es que hasta algunos años después no sería verdaderamente importante. En diciembre de 2007,Lucas Arraut publicaba en el desaparecido suplemento de tendencias EP3 el reportaje «Generación Yo» (De cuándo y cómo tú te convertiste en lo más importante de tu vida, y decidiste compartirlo con el mundo a través de Internet). Ésa sería la época de la democratización de la celebridad y el tan cacareado exhibicionismo, o eso se decía entonces, cuando tanta frivolidad aparente enfadó a muchos, si bien como luego resolviese el implacable Fernández Porta, a lo mejor el conflicto venía motivado por reprobables instintos*. También es de justicia aceptar que en esa época, ni los críticos ni los criticados sabían que estaban viviendo los últimos minutos de consumismo sin interrupciones, antes de que la pista sobre la que bailaban ebrios se desprendiese y los sepultara a todos.Paradojas del capitalismo, en 2013 ese culto al yo no sólo ha dejado de ser censurable. Además parece haberse convertido en una herramienta para hacer política, como en aquella carta de Carolina Alguacil ocho años atrás. ¿Ejemplos? Aquí o aquí, donde Juan Cruz recurre a las declaraciones de Menacho para construir una abominable historia que bien podía haber sido publicada en las cabeceras más retrógradas, y en la que los valores católicos prevalecen sobre la lucha de clases, que a fin de cuentas es lo que importa.
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Diciembre de 2007: ésos sí eran buenos tiempos
Acertijos: ¿Hostigaron demasiado a los representantes de la «Generación Yo»?, ¿o será que la crisis ha reblandecido el cerebro de la crítica y de la furibunda España digital? ¿Estimulan las burbujas económicas el mal rollo de manera sistemática, mientras las crisis nos hermanan religiosamente? ¿Será posible elaborar un discurso político de interés y de rigor desde el antaño despreciado Yo? ¿Tenemos motivos para celebrar la extinción de aquellos redomados narcisistas impulsados en MySpace que luego darían pie a precarios en alerta, cual colosal monumento a la victoria pírrica? ¿Es la ciudadanía una especie animal inclinada a leer historias sobre «dignos precarios» y familias desahuciadas antes que sobre la felicidad de la muchachada? ¿Se equivoca alguno de los dos yoes? ¿O por el contrario está todo bien?
Vosotros diréis.
*«El registro autobiográfico, el memorialístico, el dietario y otras modalidades de la prosa en la que supuestamente prevalece la dicción del yo sobre la ficción narrativa siguen siendo consideradas potestad exclusiva de la tercera edad (…) La recurrente crítica al exceso de yo de los blogueros y los tuiteros, mayoritariamente, jóvenes, es una desesperada reacción conservadora ante la abrumadora evidencia de que el yo de una persona de veinte años (…) resulta mucho más interesante que el de su abuelo» (Emociónese así, 2012)