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domingo, 30 de marzo de 2008

Si Allen Ginsberg hubiera nacido en 1972

Háganlo, pregúntenme: ¿en qué demonios estás trabajando, Berlín?, ¿y por qué estás más callado que una b**** from Brooklyn bridge?, ¿eh?; contesta, ¡tío! Vale, vale. Lo admito. La fidelidad de los lectores de este espacio merece un respeto, así que procedo a contarles un secreto al oído. La cosa, mucho más sencillo de lo que parece, es que tras del hastío que implica la conclusión de una temporada en la que se han producido, pero sobre todo reproducido, relatos y poemas bajo un mismo corte, uno necesita de cambiar de aires [verdad de perogrullo marca J. M. Dru: la innovación es siempre resultado de un punto de vista inédito, claro]. Con todo esto, el reto ante el que se ahora enfrenta Chez Berlín es importar a este país la Spoken Word —¡wow!, ¡esta mierda sí que es grandilocuente, tío! Tú lo que necesitas son los brazos de una diosa india para sujetarte el jodido ego—, ese subgénero del rap que casa de manera infalible literatura, música y AUTÉNTICA cultura hip hop. Nada de mainstream, muchachos; nada de lo que ustedes hayan visto con anterioridad en la MTV. Auténtico lirismo negro como coros de iglesias en Harlem. Como series de Bill Cosby.

Para ir abriendo boca les dejo con un sample descubierto por el genuino Status2H, un tipo cuyo blog empieza a ser referente del underground para paladares exquisitos. Se trata de Saul Williams recitando su Coded Language. Y les prometo, les aseguro, les juro porque me amputen una uña si este tipo no dignifica la profesión; que sus oídos no han escuchado delicia igual desde el Howl de Ginsberg.



Así que quédense con la copla.


PRÓXIMAMENTE: Madrid Freshy Cool, Babies, por Ibrahím B.


Entre tanto, cuídense.

jueves, 20 de marzo de 2008

Que el funk de Jamiroquai te acompañe

Demasiadas horas encajado en el sofá rojo desvencijado flipando con el ruido de la aguja al contacto vinilos de Jamiroquai acabarán por destruirte.

Enormes montañas de polvo nidos de avispas portadoras de enfermedades venéreas VIH y el Síndrome de la Mantis enjambres de moscas cucarachas de más de nueve centímetros circulan en derredor tuyo como mierda fresca [..........] se erigirán frente al abotargamiento de una mente arrollada por el influjo del cannabis [..........] Se erigirán [..........] Se erigirán tus únicas amigas sin miedo a clavarte el diente donde más te pueda sangrar la herida.

He pasado largas noches aquí durmiendo encima de un suelo de madera que cruje como los huesos de su ex propietaria: diáfano, un suelo frío, pero no más frío que la calle ni más frío que

También pasaron por aquí mujeres notablemente sensibles incapaces de sobrevivir a la congelación del minutero [.............] mujeres enclenques absorbidas por la exuberancia de cantantes afroamericanas de R&B desean una musculosa espalda a la que adherir sus manos por toda una noche y yo, damas y caballeros: yo, yo mismo, yo se las di oh sí qué pocas veces fallé.

Aquí en esta vieja fábrica del centro hemos hecho cosas por las que muchos de vosotros entregarías vuestras miserables pertenencias.

De ahí a afirmar una lectura existencialista o crítica sobre los hábitos de esta ciudad hay todo un abismo.

Yerran [..........] yerran aquellos que solo ven hombres y mujeres de ojos negros apoyando su deplorable físico en barras de metro más frías aún que el suelo crujiente hecho de material de cama [..........] yerran se equivocan meten la jodida pata al pensar que la ciudad es un estímulo alienante porque en verdad constituye un centro de alto rendimiento para superestrellas tíos

Así que: o estás dentro. O no lo estás.

martes, 18 de marzo de 2008

Suck my lips, digo mi nostalgia

Todo arranca en un tren con amigos dirección Zurich Interrail un verano en el que sol brilla para todos nosotros debemos ser el futuro ¿no?

exactamente los mismos que hace unos años flipábamos con cintas de Kool Savas porque éramos unos esnobs del rap ahora hablamos tres y hasta cuatro idiomas

esbirros del colegio francés educados con nodrizas comiendo y cenando solos con videoconsolas y libros Qué raro aquello de que los viejos parecieran ignorar el humo del hachís escapando por el resquicio de la puerta de la habitación

currículums de más de dos páginas sin paja.

Papá paga todo esto y mucho más mochilas que contienen sueños risas por las vías a lo largo de toda Europa eurócratas guapas subidas en tacones vistiendo ropa gorda cuando Bruselas no mira expertas en Relaciones Internacionales

Mamá me descubre leyendo Der Spiegel a horas intempestivas.

lunes, 17 de marzo de 2008

Historias bíblicas sobre la crisis de los cuarenta (por Susan Schorn)

Con más o menos arbitrariedad, es decir con más o menos desmesura, traduzco a continuación unos simpáticos microrrelatos de Susan Schorn —que yo sepa, totalmente desconocida en España— hallados en McSweeney's:

El jardín del Edén


Antes de expulsar a Adán y Eva del paraíso, Dios los sometió a un último examen. Tomó a cada uno de ellos por separado y les dijo: «Mirad, estoy dispuesto a permitir que te quedes, pero solo a condición de que tu compañero se vaya del paraíso por siempre jamás.»

El Señor tenía la esperanza de que rechazasen semejante propuesta injusta. No obstante, ambos exclamaron: «¡Sí! ¡Déjame quedarme! ¡No fue mi culpa!»

Horrorizado por la deslealtad, Dios expulsó a ambos al desierto, a fin de que sufrieran y trabajasen duro para toda la eternidad.

Pero al menos se tendrían el uno al otro.

*

Un profeta sin honor

Jesús regresó a Nazareth, su ciudad natal, acompañado de sus apóstoles. Cada uno de los allí presentes descreyó de las historias que sobre Él habían oído; dijeron: «¿Él hace milagros? ¿Te refieres a Jesús, el carpintero? ¡No bromees! Conozco a ese perdedor desde que tenía nueve años. Una vez mi hermana le pegó una paliza.»

Así que Jesús dijo: «Que os follen tíos. Debí suponer que este sitio no había cambiado.»

Y Jesús juró que nunca asistiría a otra reunión de instituto mientras estuviera vivo.

domingo, 16 de marzo de 2008

El fenómeno Porta

Estimados lectores, hoy me place hablarles de Porta.



No. Ese Porta no. (Atiendan mis disculpas.) El otro Porta.





Ahora sí. Correcto.

Bien. Antes de hablar de este muchacho, apenas unos meses más pequeño que quien les dirige la palabra[1], quisiera expresar una preocupación personal vinculada con la industria del espectáculo y la denigración de la cultura hip-hop y su expresión musical el rap. Verán: mi principal temor a la hora de traducir de manera sistemática a mis favoritos poetas alemanes —Bushido, Chakuza, Sido o Azad, entre otros— y franceses —IAM, Noyau Dur, Booba…—, era encontrarme con el hecho de que sus fantásticos videoclips (por otra parte, reproducidos con unos parámetros casi inamovibles) no se correspondiesen con la calidad de las letras. Es decir, que fuesen más representativos de la cultura hip-hop los propios videos que las canciones. Por supuesto, no seré yo quien ponga aquí en evidencia a los grupos y MCs anteriormente citados, harto respetados en el resto de Europa. En su lugar pondré de claro ejemplo al personaje nacional Porta como “artista” cuyos principales pilares estriban en sus agentes; lo cual me hace respetar más a productores de videoclips y publicistas que a los propios MCs.

Por si aún no lo conocen, Porta es un rapero que ha saltado a la fama como resultado de la Generación MySpace y una nauseabunda y artificiosa imagen de guaperas de instituto combinada con el avance de temporada de ropa ancha en Pull & Bear[2]. Se lo pueden imaginar: todo un blanco perfecto para adolescentes intelectualmente minusválidas. Eh, Berlín, ¿no crees que te estás pasando un poco con el chaval?, ¡pareces un jodido apocalíptico integrista del rap!, como diría Marco Kunz[3]. Queridos lectores, espero que sepan perdonarme la agresividad gratuita de este artículo, pero como ustedes sabrán comprender y razonar, no es ni mucho menos justo que alguien con menos calle que cualquier rata de biblioteca por aquí presente, se erija como representante de la cultura urbana de nuestro país. No; definitivamente no lo es.

Seguimos. Resulta que el pasado viernes 14 leía en el suplemento EP3 —perfecto manual de estilo para escritores cool como yo— que el susodicho Porta, que acaba de firmar un contrato con la multinacional Universal, tiene canal televisivo propio (http://www.myspace.com/enbocadetantos), en el cual se narran sus aventuras y desventuras. (!), fue lo que pensé yo al respecto. Y después me apresuré a conectar el canal: «Cada lunes un nuevo episodio sobre su música, su vida, sus amigos, lo que piensa hace y dice. Conoce a Porta.» Glup.



Viendo el capítulo piloto de la serie quedaron confirmadas mis peores sospechas: de regreso al primer párrafo, el aplauso del fenómeno Porta no ha de ser sino para los expertos en publicidad que lo protegen, así como para su productor Soma, uno de los peces gordos en la escena hip-hop de toda la vida. Las letras del chavalín de 19 (me siento verdaderamente un viejo procaz tratando de infante inmaduro al protagonista de este post) son del todo ambiguas y poco significativas para con la cultura que supuestamente representan, por mucha deriva Timbaland que haya sufrido el rap en los últimos años. Los dos videoclips que tiene Porta y su ropa y su peinado Llongueras hablan más de sus ideas, en caso de haberlas, que sus propias canciones (hay legiones de jóvenes con la misma rabia adolescente que él grabando maquetas similares a las suyas). Una vez más, muchachos, es la publicidad la que aplasta a la manifestación artística tradicional. ¡Cuidado!



Ah, y una última cosa: lo de samplear la BSO de Goodbye Lenin resulta precario en alguien como Soma.


[1] Aunque como todo el mundo sabe, con una edad mucho peor aprovechada que su querido Berlín. Eso sí, solo si excluimos asuntos financieros.
[2] ¡Demonios!, ¿dónde están aquellos tíos auténticamente rudos y bizarros como Method Man allá en la primera mitad de los noventa, con su protección bucal de hierro y el aspecto de proxeneta del Harlem?
[3] Ni hamburguesa ni magdalena, Quimera 290, enero de 2008.

sábado, 15 de marzo de 2008

New Ministers (extracto de Madrid Freshy Cool, Babies)

Becario en tren de Cercanías dirección Nuevos Ministerios leyendo tiras cómicas de Dilbert.


Muecas sonrientes cuando en el Dpto. de Marketing de su empresa irrumpe el más célebre oficinista de todas las viñetas de todos los tiempos y allí celebran martes con un asado de unicornio joder Scott Adams qué bueno eres cabrón eres mi ídolo sí.

Como la gradación cromática azul agreste agresiva de un maremoto salvaje en el centro del Pacífico, un cielo serpenteado por tendidos eléctricos y pájaros de cartón agitando pesados sus alas oh, bendita sea la capital de este país por muchos años siempre viva.

Por 425 pavos, piensa nuestro becario veinteañero sonriente ante la vida ve pasar la ciudad con un ritmo de lo más What a wonderful experience! en el iPod, en fin, qué vas a hacer, tío; comerte el mundo, ¿no? Y se ajusta nudo imaginario de corbata nuez dilatada por la arrogancia que crece de sus carnívoras fauces.

Pero lo cierto es que su carta de presentación provocó cierta reacción positiva sobre el responsable de RR.HH tal como que ciertamente él SÍ compraría al chaval un coche de segunda e incluso tercera mano esas pequeñas diferencias que distinguen lo que es estar fuera o dentro de una GRAN compañía.

Cinco minutos faltan para que becario llegue a su destino tic tac tic tac. [Respiración profunda]

Extrañeza ante la idea de que en los últimos tres años becario no haya salido de la gran ciudad sino tan solo viajes de fin de semana en lanzadera a provincias a ver cómo les va a los viejos bien no? me vuelvo entonces a la capi dos besos tía y que os vaya bien.

Leed Subterráneos, ¡cabrones!

(O también, ¿en qué demonios piensan los escritores cuando lo que se proponen es escribir de un modo distinto?)

A continuación les presento un interesante extracto del cuento El prisionero, perteneciente al libro Subterráneos, de Vicente Luis Mora; libro que, exagerando tal vez un poco, debiera vocearse desde la Plaza del Vaticano el próximo jueves y viernes santo. El extracto apela a lo que piensan del otro un par de escritores. Welcome to the really hipocresía literaria:
Ambos ven estúpido el modo de proceder del otro. Eso explica, piensan, ciertas cosas. Quizá esta es la razón, se dicen muy por lo bajo, de que, secretamente, jamás se lo diría, siempre haya algo sustancial que hace que esté en desacuerdo con cada libro que publica. Ahora me pregunto, se dicen, dejando pasear la punta de la pluma por el papel como si ya estuvieran escribiendo, por qué le tengo que decir, libro tras libro, que está bien cada cosa que escribe, cuando en realidad no me parece bien escrito, ya que su procedimiento es incorrecto: de otro modo, yo mismo lo utilizaría.

viernes, 14 de marzo de 2008

Showbiz

If you could bottle the smell of spray paint, like in a perfume bottle, I’d make my wife wear it… I love the smell.

Sgt. Robert Barrow, NYPD Graffiti Habitual Offender Suppression Team; NYC GRAFFITI



Volví a Harlem, porque creo en los negros,

Manuel Vilas, Resurrección

Detalle ampliado x115 anillo de casado en dedos gordos de contrabajista negro llévate a una piba por su cumpleaños al Central deléitala con música en vivo para primero se lubriquen sus oídos y regálale rosas negro, porque eso es lo que les va.

El señor de la noche madrileña pega un fuerte cabezazo contra la tapa de una alcantarilla [------] Suena percusión latina [------] Hace que el disco dé vueltas y vueltas ante los ojos incrédulos de una cantante de Soul en Malasaña y el amor se crece ante una hermosa luna llena en una calle solitaria franqueada en sus esquinas por cámaras de seguridad que disparan con rayos láser directos al cráneo de inesperadas visitas japos. Es jueves. Arranca una noche de cuatros días.

Amenazo a una china vendedora de latas de cerveza con que Cuando yo me propongo jugar con palabras. Cuando yo me propongo jugar con las palabras es como si montara a una puta y la arrastrara por interminables kilómetros de París-Dakar a trescientos y pico por hora levantando una ola de arena de doce metros que acaba por pulverizar sus espaldas hasta dejarla en un vil esqueleto a final de trayecto, o incluso en un puñado de polvo eres y polvo serás. En mi corazón late Maceo Parker. Luzco una sonrisa de hijoputa. Brilla mi pala de oro y mi muela de bronce.

Concibo esta mierda como la Mixtape que llevarán en sus walkman Ghettoblaster todos los negros de esta apestosa ciudad futuros sheriff de la ley y el orden proxenetas de alta alcurnia capaces de encogerse de hombros con más estilo que una boca de metro en Niu Yor Siri firmada por el mismísimo Basquiat! te enteras.

domingo, 9 de marzo de 2008

Volkswagen, Thomas Friedman, McLuhan y Ridsect

Normalmente acostumbro a establecer un hilo conductor cuando cuelgo sampleos en el blog. Hoy no. Hoy no hay razonamiento alguno que justifique este espacio compartido entre un Volkswagen, Marshall McLuhan, un insecticida y Thomas Friedman, lo cual no es óbice para que disfruten de la creatividad y el pensamiento en su máximo esplendor.

1. Comenzaremos por el tema del día: Las elecciones. Si TODAVÍA no han votado y mi partido no les convence lo suficiente, sigan el devenir natural del pensamiento humano desde su nacimiento hasta su muerte. En este caso es la sucursal de DDB en París la que nos recuerda las distintas fases a partir de la caravana hippie por excelencia:



2. ¿Conflictos bélicos? ¡Diantres!, ¿en qué demonios estábamos pensando? Ni Alianza de Civilizaciones ni 0,7 ni nada que se le parezca a una política social cooperativa. El consejo de Thomas Friedman es bien sencillo: monte un McDonald’s en su país. Alucinante. Recomiendo la lectura entera del libro en cuestión. A veces llega a convencer:



No two countries that both had McDonald's had fought a war against each other since each got its McDonald's.

Y:

Armed with this data, I offered up "The Golden Arches Theory of Conflict revention," which stipulated that when a country reached the level of economic development where it had a middle class big enough to support a McDonald's network, it became a McDonald's country. And people in McDonald's countries didn't like to fight wars anymore, they preferred to wait in line for burgers.

Thomas Friedman, The Lexus and the olive tree.

3. A continuación, un argumento para sacar a colación cuando alguien les reproche: «¿Posmodernidad literaria? ¿¡Mandeeeee!?»

Si usted quisiera estudiar el medio de la radio y el impacto que tiene en la sociedad, sería recomendable mirar lo que le sucede a la radio en una película. ¿Qué uso se hace de la radio en la película?

Marshall McLuhan, 1959

4. Y para terminar, y a modo de desahogo tras tanta política, globalización y demás, les propongo una historia de amor que a mi me conmovió más que el 95% de la literatura que leo. En realidad se trata de dos anuncios producidos por DDB Worldwide en Singapur para un spray antimosquitos. Su poesía es inconmensurable. Atención también las moscas homosexuales. Es francamente sobrecogedor. (Si tienen problemas al aumentar las imágenes, hagan clic aquí).




sábado, 8 de marzo de 2008

I Want You: La cuña

(viene de I Want You)

¿Quién dijo jornada de reflexión? No no no no no. A nosotros no nos va ese rollo. Si aún no han decidido para quién va a ser su voto, presten atención a la siguiente cuña compuesta por un 15% de tango, otro 25 de publicidad, 30% de cara dura, más el correspondiente ejercicio de copywriting, carácter de denuncia, poesía, la voz de la sociedad del espectáculo y todo lo contrario a lo anteriormente dicho. Súbanle el volumen a esta really good shit hasta que revienten los graves de su equipo de audio y siéntase como peces voladores. La campaña empieza ya:

http://www.twango.com/media/Ibrahim-Berlin.public/Ibrahim-Berlin.10005

I want you

Campaña particular de Chez Berlín: un partido Joven



¿No serás acaso tú un joven votante por casualidad? ¿No me jodas? ¿¡Sí!? Pues qué guapo, tío. Vas a flipar con nuestro partido, el partido de los moros de izquierda con el tabique nasal de platino que siguen con el olfato la interminable raya blanca extendida hacia el ocaso del desierto de Sonora; ¡el partido de Chez Berlín, tíiios! Nena: nosotros vamos a darte lo que tú quieres. Déjalo todo en nuestras manos. Somos jóvenes, intelectuales, de izquierda, y nos mola contar el fajo de billetes. No nos avergonzamos de ello; al contrario, vacilamos a quienes están fuera de nuestro círculo de estrellas. Sabemos de ti que creciste distinguiendo entre el divertido discurso de la publicidad y el resto de arengas aburridas, soporíferas. Y lo que tú quieres es una campaña con estrategia de Star System, ¿a que sí?, ¿eh? Dinos la verdad, ¿a que te mueres de la risa viendo el resto de carteles electorales? ¡Pues mándalos a tomar por el culo, chico! Tan sencillo como eso. Porque en Chez Berlín te prometemos que serás el chico más popular del instituto en su versión adulta y posmoderna. ¡Y todo a cambio de un voto, Dios! Cómo mola esta mierda. Es pura droga sin cortar.
Se cool.
Se guay.
Se Berlín

viernes, 7 de marzo de 2008

Esbozos: El fin del espacio privado

No es de extrañar que en cuestión de unos años acabe por extinguirse el célebre poético: aquella persona de sexo opuesto a la que acostumbran a encomendarse, con un registro más o menos intimista, buena parte de los poetas. Y la pregunta es: ¿por qué arrancar la ponencia en este punto? Bien, la razón es muy simple. La proliferación del estilo que dictan los más ingeniosos copywriters, o redactores de anuncios —o sea, lo que de verdad nos interesa: la voz grandilocuente de La sociedad del espectáculo— conlleva la desaparición del espacio privado. El fin del acto de ensimismarse; la caída de su telón.

No se muevan de su sofá; pronto haremos las cuentas. Pronto, obtendrán respuestas.

(Pero antes, caballeros, sepan que es hora de permutar el por el vosotras. Dedíquense mejor a perpetuar la orgía. Follen como condenados a los ojos del Gran Hermano.)

*

Piénsenlo por un momento: Ustedes, yo, B. —protagonista de este cuento—; todos nosotros acostumbramos a interminables jornadas laborables en las que nos socializamos con los valores aparentemente epicúreos, pero intrínsecamente maquiavélicos, de las corporaciones que alimentamos con nuestras brillantes ideas. Y cuando llegamos a casa, ¿qué? Pues que nos conectamos a la red y revisamos los RSS a ver qué nos dicen nuestros líderes de opinión favoritos, hojeamos websites y respondemos correos de amigos o compañeros de trabajo en un tono cercano a la formalidad. Luego, vemos el telediario. Debates y anuncios. Más anuncios. ¡Dadnos anuncios, joder!; ellos nunca son suficientes. En definitiva, adonde quiero llegar es que más de un noventa por ciento de nuestro tiempo lo dedicamos a pasear por espacios públicos, ergo nuestros roles o caretas son típicamente protocolarios, prefigurados, programados en un ideario políticamente correcto. Eso es lo que a nosotros nos demanda el sistema económico neoliberal, su eufemismo la democracia, y su altavoz los media: eliminar el ensimismamiento. ¿Tiempo?, ¿tiempo para qué?, es lo que Ellos se preguntan. ¿Para reflexionar? ¿Y cuánto dinero otorgan por eso?




No obstante, puede que Ellos quieran asfixiar el espacio íntimo hasta reducirlo a su mínima expresión. Pero nunca lo agotarán. Nunca. Es inherente a la condición humana. Para bien, o para mal. Y éste es el tema que nos atañe hoy, amigos: el espacio íntimo devenido en el Mal. Uuuuu.

*

Recapitulemos: B atraviesa la puerta de su apartamento, deja el maletín en el dormitorio, y después se dispone en la mesa del salón. Intercambia un par de frases con su esposa, A, y aguardan a que el repartidor de pizzas suba el pedido.

Empiezan a dar mordiscos al pan de ajo mientras la pantalla habla de noticias económicas. A, que es feliz, canturrea una canción flamenca. A B no le gusta. Hace muecas y aguarda a que A se de por aludida, pero nada. Poco a poco, B se siente más distante no solo ya de A, sino también de la pegajosa moralina televisiva. Decidido. Enojado, B aprieta un botón del mando y la imagen cesa. B se cerciora de que Matías no les esté mirando. A pregunta que qué hace y B le da una torta. Chas. A, un poco asustada —pues la situación le parece cada vez menos simpática— vuelve a preguntar que qué hace.

(Si quieren añadir un plus de morbo al asunto, imagínense que B es un periodista que trabaja para la edición matutina de cualquier telediario nacional en su sección de sociedad. Es decir que B, alguna vez, ha escrito informaciones sobre violencia doméstica.)

B argumenta que le está poniendo nervioso. Que A es un pelín inaguantable en algunas ocasiones. Que si es que no se da cuenta de que le está tocando los cojones con esa mierda canción. A le dice, con una ira que eclosiona desde la boca del estómago, que es un capullo y que no tiene lo que hay que tener. Después se enzarzan. Recordemos en este punto que, lamentablemente, no hay cuchillos en la mesa, por lo que una pelea que podría acabar en un par de cortes, se prolonga hasta que los contrincantes quedan exhaustos. Entonces uno de ellos, víctima de su enajenación mental, se levanta y acuchilla al otro hasta sesenta veces. Pero el acuchillado no muere. Extraño ¿verdad? Bueno, pues no muere.

Al cabo de un tiempo, pongamos cuatro o cinco horas, y todavía lejos de la mirada del espacio público, la pareja decide hacer las paces. El amor es así, dice B avergonzado. El amor es incomprensible. Impredecible. A, bañada en lágrimas, no se sabe muy bien si de la emoción o de la impotencia, perdona a B. Le exige que prometa que nunca más va a volver a ocurrir nada así. B lo jura, ahora también bañado en lágrimas.

martes, 4 de marzo de 2008

Chez Berlín en el D. F.

Departamento de prensa de Chez Berlin:

Los muchachos de
Chilango Radio, en el D.F. —tal como aprendimos a decir tras la lectura de Mantra y Los detectives salvajes—, se han tomado la molestia de contactar con esta casa para emitir al otro lado del Atlántico textos de quien les habla, lo cual se traduce en que allá en México están muy locos, o simplemente es que tienen un gusto literario que lo flipas, negro. El programa, Arte Ecléctica, se emite los jueves de 14.00 a 16.00 horas (de 21.00 a 23.00 here in Spain).

domingo, 2 de marzo de 2008

30% de descuento en libros (Literatura & Publicidad)

No lo puedo evitar. Es mi cometido: dar a conocer la siguiente campaña desarrollada por Saatchi & Saatchi Milán hace un par de años para Mondadori. Juzguen por sus propios ojos: