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domingo, 12 de diciembre de 2010

Breve demostración de algunas...

...de las pequeñas conjeturas sadomasoquistas de Goldbach que orbitan en torno a y afligen el paranoico fuero interno del traductor


Un políglota se traduce a sí mismo. Su propia copia, ¿podrá considerarse copiaimperfecta—? ¿Y cuál de las dos es el original? Si la ficción más atractiva exige (por hábito) cuestionar la veracidad del testimonio narrado, ¿por qué constituiría un problema, en lugar de una hipérbole, sospechar de la traducción? Ante la sempiterna sospecha hacia los traductores con que lee el traductor, una novela realista, traducida, ¿sigue siendo una novela realista? El lenguaje como espacio, el no-lugar y el tránsito: ¿en qué (no-)idioma lee el traductor? Un escritor escribe una frase, y punto. (Más o menos.) Un traductor procesa un número de variables en esa misma frase, y entre todas ellas elige. ¿Cuál es la adecuada? ¿Ha elegido la adecuada? ¿Por qué? ¿Su elección —mesurada, se entiende— mejora la original? ¿Es comparable la legitimidad asociada al acto de plegar y desplegar sintaxis, léxico, emotividad y semántica en el original y la copia? ¿Optimizaría el resultado que la copia incluyese todos los enunciados posibles del original en lugar de decidir uno solo? Barthes y Genette, el lenguaje como complejo de intertextos. ¿El original también copia su propio lenguaje? ¿Contiene el original errores como copia? La traducción como texto amplificado. El lenguaje como laberinto. Los círculos fraseológicos concéntricos en el procesamiento de la traducción. La traducción y la morbidez lingüística. La myse en abyme. Etcétera, and further on.

26 comentarios:

Luna Miguel dijo...

Es como un perrito mordiéndose la cola, o qué.

Ibrahim B. dijo...

El objetivo del texto era transmitir la sensación de círculo vicioso.
Buena traducción.

alguien dijo...

Como traductor, me parece sencillamente genial.
Gracias.

Ibrahim B. dijo...

Gracias, Brian,
Un saludo,

Anónimo dijo...

Como si se tratase de una partitura, cuando se interpreta con un instrumento -incluso ejecutando a la perfección- se deforma el sentido inicial de lo que se halla escrito. Quizá sea imposible conocer una obra musical en su sentido más puro y original, sino a través de continuas deformaciones e interpretaciones. Debe ser importante que, incluso deforme, la estructura lógica básica se mantenga.

carlos maiques dijo...

Lo interesante de las traducciones es también cómo nos recuerdan diferentes modos de pensar o decir-se. En Testamentos traicionados Kundera algo dice de la traducción aproximada y la que busca lo que el texto debe decir sin ajustarse en demasía al estilo. Variaciones de una misma música, mucho más. Un saludo y hasta otra.

Jesús Moreno Abad dijo...

Qué bueno compañero. Aunque deberías hacertelo mirar, ya que esas pastillas no te están haciendo ningún bien, jeje. ¿Cómo estás? Cuánto tiempo...
Un abrazo
Jesús

Ibrahim B. dijo...

Interesante la analogía musical: debí haberla pensado antes. Y tomo nota de Kundera.

Por otro lado, qué puedo decir de la traducción a alguien que tiene que sufre en sus tímpanos la arcada sin cesar del francés.
Me quedo con tus RSS.

Abrazos,

Anónimo dijo...

El buen traductor traduce un texto sin que se note el paso del mismo por su mano. Será que no hay tantos buenos traductores.

Ibrahim B. dijo...

Entenderemos a Borges como contraejemplo, entonces.

Anónimo dijo...

Por supuesto. Borges antes que nada era Borges, y eso pretendía en todo momento. Estamos hablando de traductores.

El Miope Muñoz dijo...

"La arcada sin cesar del francés" JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA ¡Soria, Cela!

IV dijo...

El paranoico fuero interno, sí señor. Hay un momento en el que la literatura se queda colgada en un extraño lugar que, claro, no es el texto: en el suyo ya no puede ser, y el tuyo todavía no está escrito, y a ver cómo coño la reconstruyes. Limbo. TELETRANSPORTAR LA MATERIA es mucho más fácil.

Anónimo dijo...

Sólo quiero decir lo que es un gran blog ha llegado hasta aquí! He estado alrededor durante bastante tiempo, pero finalmente decidió mostrar mi aprecio por vuestro trabajo! Pulgar hacia arriba, y mantenerlo en marcha!

Ibrahim B. dijo...

Muchas gracias,

Anónimo dijo...

Me encanta, le felicito.

Anónimo dijo...

No estoy de acuerdo con algunas cosas. Tampoco coincido con la comparación con la partitura, pero por otra parte se aproxima bastante a lo que es la labor de la traducción.

Enrique Sabaté dijo...

Toda traducción es una creación sobrevenida. Un plagio autorizado. Todo depende como dice anónimo de quien sea el encargado de la traición al texto. Como ejemplo me gusta el poema de los besos de Catulo. Al ser un ejercicio académico vendrá habiendo unas pocas de miles de traducciones distintas. Millones de relojes sin parar y cada uno con horas diferentes, Rafael Amor dice. El latín no es nuestra lengua madre por más que sea la madre de nuestras lenguas, este hecho nos obliga a interpretarlo y a traducirlo. ¿Traicionamos el poema de Catulo?

Disculpa que se me fue la cabeza y escribí más de la cuenta.

Salud.

Gaspard W. dijo...

deconstruction non-stop.

genial.


(y genial el "etcétera")

Anónimo dijo...

Dios, no soporto más a los originales que me vienen con la dichosa traición...
A ver, señores, que el traductor sólo es un híbrido entre lector y autor. ¿No es leer ya de por sí una traducción? ¿O es que el lector de una obra en su versión original absorbe el significado en toda su pureza como lo tal y como previó el autor? ¿No es la recepción una traducción? ¿Es que acaso la escritura no es la traducción (con todo lo que de limitador y cercenador que se atribuye igualmente a la traducción) de un pensamiento abstracto, su concreción en papel...?
Pues eso.

María

Anónimo dijo...

Es un trabajo como otro cualquiera, Sra. María. Para eso hay una colección de profesionales que se dedican a eso. Yo no podría hacer un puente, por ejemplo. Y un puente sólo puede ser un puente. Pues lo mismo.

Anónimo dijo...

No me has entendido, Anónimo, yo soy traductora..., quizá yo me he explicado lo que me parece ya un argumento totalmente "vacío" es el de la traducción como traición. No hay traición, hay lectura en la traducción, porque el traductor no es más que un lector y escritor a la vez. Es eso lo que quería decir, que lo que hay que entender es que nuestro trabajo es una lectura más y como tal debe ser respetada, y quizá nosotros debemos dejar de plantearnos algunas de las preguntas que plantea la entrada, para empezar a plantearnos otras más pragmáticas y que pueden ayudarnos más.
María

Anónimo dijo...

Yo también, María, y no aguanto las discusiones babélicas sobre la traducción. Ni traición, ni recreación, ni reinterpretación ni lectura. Trabajo bien hecho o mal hecho. Los traductores no somos escritores, somos transmisores. Y si no transmitimos bien no hemos hecho bien nuestro trabajo. Sólo hay una traducción posible, y sólo la pueden hallar los traductores con su decisión meditada y fidedigna. Si dudas, no traduzcas. Creo que estamos de acuerdo. Saludos.

Anónimo dijo...

Perdonad la redacción y la puntuación de mi último comentario, he enviado por error antes de releer...
Espero que se entienda, a pesar de todo, lo que quería decir.

Enrique Sabaté dijo...

Pienso, con todo respeto, que independientemente de la profesionalidad de cada quien en su trabajo para según que expresiones habrá distintos resultados, no hay hechos matemáticos en el lenguaje. En el mercado existen programas que traducen sin pestañear. ¿Confiariamos la traducción de una novela o de un guión cinematográfico al ordenador exclusivamente?

Anónimo dijo...

Todavía no, porque los traductores automáticos disponen de un juego de equivalencias léxico-semánticas limitadas y no están programados para tratar con estructuras gramaticales y sintácticas complejas. Todavía. Pero todo se andará.