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jueves, 14 de abril de 2011

Larga vida al rey (notas brevísimas sobre DFW y 'The Pale King')


EL NÚMERO UNO. «Digamos que la actitud general de mi familia solía ser: “¿Qué has hecho tú por mí últimamente?”; o mejor: “¿Qué has conseguido/ganado/logrado últimamente, que pueda de algún modo (imaginario o no) reflejarnos de forma correcta, y permita regodearnos en algún tipo de habilidad reflejada (auténtica o no)?», se queja el narrador en El Rey Pálido. Y en verdad, el gran tema de DFW siempre fue el coste que implica ser el número uno, la competitividad extrema y la monstruosa mercantilización en las relaciones de amistad, familiares y amorosas. Por supuesto, el resultado siempre acaba siendo la famosa frase que abre “El neón de siempre”: «Toda mi vida he sido un fraude».

FILOSOFÍA. Aunque de DFW se ha hablado mucho de su tradición literaria (Pynchon, Barth, Sterne…), poco o nada se ha abundado en el imponente aparato filosófico de su ficción, que reúne, entre otros motivos, la mala fe sartreana, los tipos psicológicos de Jung, Freud, el solipsismo y Wittgenstein, Rorty y Richard Taylor.

NARRATIVIDAD. Pese a que algunos críticos han querido verlo como el reverso (angelical o tenebroso) del gran escritor «realista» norteamericano actual, el mediático Jonathan Franzen, lo cierto es que, como alguna vez comentó el propio DFW, su literatura sintetiza el experimentalismo anglosajón de los años 60 con la ficción decimonónica. En esencia, DFW era además un escritor de relato breve. Sus tres voluminosas novelas a menudo se componen de subhistorias que tienen validez por sí solas (prueba de ello son los extractos de El Rey Pálido que hasta la fecha han ido publicándose en diferentes revistas); unas ficciones breves que, por cierto, cuentan con un intachable sentido de los puntos de giro en la trama. Cero fragmentariedad «posmoderna». Otra prueba de que en DFW nada es blanco o negro. Y de ahí que la no conclusión de El Rey Pálido no sea algo demasiado trascendental.

AUTOBIOGRAFISMO. Uno de los personajes de El Rey Pálido sufre terribles ataques de sudoración que lo ponen en alerta ante la posibilidad de ser descubierto por sus compañeros de instituto. Sin ir más lejos, en una crónica publicada en 1992, DFW recordaba su excesiva sudoración en sus años como tenista adolescente. Si algo se hizo inevitable con el suicidio es que su ficción es indisociable de su biografía, y permanece plagada de confesiones encubiertas.

ESTILO WALLACE. Si DFW es un autor de culto, ello se debe a su impecable vivisección de la sentimentalidad actual, antes incluso que a su virtuosismo como escritor. Con todo, El Rey Pálido recuerda qué hace reconocible a un texto de Wallce, a saber: piruetas formales, descripciones agotadoras e impecables, excelente humor corrosivo y una crítica feroz a la sociedad capitalista, aunque carente de alternativas, asumiéndola irremediablemente. Larga vida al rey.

(publicado originalmente en el diario Público, 14 de abril de 2011)

23 comentarios:

J. dijo...

Mola mucho que comentes el decimononismo de este señor; hay momentos en los que costumbrismo puro, ¿o qué? Lo primero que leí de él fue Consider the Lobster, y me pareció una cosa sublime el tratamiento irónico de la mercantilización que dices, no sólo en un plano emocional sino en TODO.

Yo qué sé, mola mucho. Desde la ignorancia analítica te lo digo.

Abrazo, Ibrah.

Jorge Freire dijo...

Me parece fantástico que reivindiques esos aspectos. Cansa la tediosísima repetición de los dos topicazos de siempre al hablar de este hombre.

Tengo unas ganas enormes de echarle las zarpas al Pale king.

Ibrahim B. dijo...

Muchas gracias a ambos.

Jorge: justo ahora llevo un par de meses escribiendo mi tesina sobre la recepción de DFW en España, lo que ha supuesto leer TODO lo que de él se ha dicho en los últimos 10 años, y efectivamente, aún queda mucho por decir, y demasiadas cosas repetidas por pura costumbre.

Saludos,

carlos maiques dijo...

Curiosa tesina la que asoma su cabeza en los comentarios. Y difícil pero interesante debe haber sido la continua comparación, y el intervalo entre publicaciones originales y su traducción. Me parece, por lo que se ha visto hasta ahora, que la respuesta a la obra de DFW fue y es muy semejante a los sucesivos desembarcos de tan numeroros, puede que no tan disímiles autores norteamericanos. La diferencia, su talento.

No estaría nada mal, ahora que lo has leído TODO, al menos sobre DFW (qué gracia me hace recordar un texto añejo de los tuyos y que se haya producido la situación) que compartieras, cuando te sea posible, esa copiosísima -quizás no tanto- bibliografía¿Puedes dar algo más de información sobre la tesina?¿En qué sectores te centras a la hora de hablar de la recepción?, ¿en los escritores, en los lectores? Gracias. Un saludo y hasta otra.

Ibrahim B. dijo...

Hola, Carlos,

Eso me pregunto yo cada día: ¿en qué centrarse? Como digo en el artículo de hoy, lo interesante, por el vacío que hay hasta la fecha, es el contenido filosófico, en el que no soy ni mucho menos un experto... Además, a mi juicio DFW no puede restringirse a una crítica textualista: son importantes las condiciones editoriales en las que llega a España, como es importante la lectura biográfica y psicoanalítica (ya hablé en su día del tema del superyó; pero es que el tema del padre, al menos en su primer libro, es escalofriante), y lo que él mismo llamó, en su ensayo sobre el Dostoievski de joseph Frank, la "Falacia Afectiva". O sea que precisa de un método de lectura diametralmente opuesto a lo que se suele manejar en las facultades de teoría y en la, llamémosla así, Crítica De Prestigio.

Abrazos,

Anónimo dijo...

"Aunque de DFW se ha hablado mucho de su tradición literaria..."
¿Esto no es un anacoluto?
Mejor "Aunque se ha hablado mucho de la tradición literaria de DFW..." o algo así, ¿no?
Muy interesante la entrada. Y muy interesante blog.

Ibrahim B. dijo...

¡Gracias, Filólogo! Es cierto, se podría haber dicho mejor.

Anónimo dijo...

Quiero empezar a leer a DFW, podría recomendarme, por orden de lectura, tres libros para ir acercándome a su obra? Muchas gracias.

Ibrahim B. dijo...

PELO RARO (cuentos)

EXTINCIÓN (cuentos)

ALGO SUPUESTAMENTE DIVERTIDO (crónica y ensayo; en la edición de Literatura Mondadori, que reúne todos las crónicas y ensayos del volumen; la edición de Debolsillo sólo tiene la crónica del barco).

Saludos,

Clément Cadou dijo...

Me interesa especialmente lo que comentas en el punto dos. Sí, posiblemente la recepción de DFW en nuestro medio ha sido algo torpe y monocroma y seguramente ahí hay un hueco que llenar. No tengo ni idea, pero ya que mencionas a Rorty, tal vez pueda interesarte un texto suyo para el trabajo que estás haciendo. No me refiero a los libros más conocidos de Rorty (La filosofía y el espejo… (título, como bien sabes, de un relato de Extinción), Contingencia, Ironía…, los artículos reunidos en Objetividad, relativismo y verdad, etc. (fui un lector bastante apasionado de Rorty, aunque no me convenció del todo). Hablo de un artículo titulado “Trotsky y las orquídeas silvestres”, recopilado en el libro que indico abajo, en el que Rorty aborda el tema de los padres y la marca de la infancia desde una perspectiva algo distinta a la de DFW en su ensayo sobre la grandiosa biografía de Dostoievski de Frank. Ese artículo habla también de las guerras culturales USA en el contexto en el que DFW empezó a descollar. Usando la terminología rortyana, me parece que DFW puede definirse como un ironista trágico (digamos, un ironista algo más bestia, pesimista y abatido que Rorty). Dejo la referencia:
Rorty, R.: “Trotsky y las orquídeas silvestres”, en R. Rorty, Pragmatismo y política, introd. y trad. de R. Del Águila, Barcelona , Paidós, 1998, pp. 27-47.
(Ref. original: “Trotsky and the wild orchids”, Common Knowledge, 1 (3), invierno de 1992, pp. 140-153; está también recopilado en Philosophy and social hope)
Ignoro, por la fecha del artículo, si está disponible en la red. Imagino que te será fácil encontrar el libro en castellano (si no lo tienes). Ya te digo que no sé si el texto puede interesarte; en todo caso, el servicio de mensajería de Cadou S. L. U. podría remitir fotocopia. Saludos.

Ibrahim B. dijo...

Te debo una, Clément: últimamente me dedico a explotar a mis amigos filósofos para que me echen un cable en la disciplina. Acabo de localizar el libro que mencionas en la biblioteca de mi universidad. Muchísimas gracias.
El tema de los padres, además, aparece expuesto de una manera escalofriante en algunos cuentos del Pelo Raro (échale un ojo a los inexpresivos y al término del cuento que da nombre al libro, "La chica del pelo raro). Justo ayer estuve trabajando eso.

Abrazo,

Oche Zamora dijo...

Mira este fragmento de una entrevista muy reciente a Bértolo, quizás te interese:

"La generación Nocilla responde a una de las variables culturales en las que cuaja el largo y milagroso proceso de desclasamiento social que, se dice, ha venido produciéndose en el interior de la sociedad española a lo largo las últimas décadas, y que culturalmente ha significado la invasión imperialista de la cultura yanqui. Imperialismo que se nos quiere hacer aceptar bajo el rótulo más neutral de inevitable globalización. Y no deja de ser curioso que sea su idolatrado David Foster Wallace la figura que mejor encarna esa invasión. Digo milagroso proceso de desclasamiento porque al parecer de la inmensa mayoría de los españoles y de sus intelectuales, la Historia ha dado lugar, sin romperse ni mancharse, al surgimiento de una inmensa clase media que ocupa todo el espacio social con apenas pequeños flecos residuales de clases subalternas: inmigrantes y trabajadores fordianos. Parodiando al poeta Dámaso Alonso podríamos decir que la sensación dominante, aún en momentos de fuerte crisis- es la de que “España es un hipermercado interminable en el que viven, bastante o muy satisfechos, cuarenta millones de consumidores”. Y llamo curiosa y emblemática la influencia de Foster Wallace porque si bien el desaparecido autor se caracteriza por su aguda mirada narrativa – postnarrativa si se quiere- sobre la cultura norteamericana, no es menos cierto que su mirada es agria, y muy crítica aunque se haga bajo un registro irónico, que por otra parte el mismo entendía como insuficiente y peligroso, mientras que la mirada de sus herederos españoles más que acritud lo que muestra es autocomplacencia, clasismo y neocostumbrismo pop; un pop o un afterpop siempre utilizado como expresión de suficiencia cultural, merchandising y distinción generacional con jerga ya de alta cultura of University, ya de exitosa cultura wire. Para no ser injustos creo que habrá que esperar un tiempo para comprobar si esta generación acaba por darnos algo más que replicantes USA o retratos berlanguianos de esta España nuestra."

El texto de Rorty que aconseja Clément me pareció muy estimulante y conmovedor, casi liberador, en su día. (Yo creía que era de "Filosofía y futuro..")

Saludos

Ibrahim B. dijo...

Respeto mucho a Bértolo, pero el argumento del imperialismo me parece un fárrago digno, precisamente, de quien omite deliberadamente pasajes de la historia cultural del siglo XX. Quizá esto suena muy dramático; perdón por tanta implicación en el tema.

USA empieza a ser capital cultural tras la II Guerra Mundial, precisamente con una fuga de cerebros europea.

Sin salir de este texto, el gran tema de DFW es la mala fe sartreana, o la paradoja del superyó y el malestar de occidente (Freud), dos ideas que se cuecen en Europa.

Y ahora, dos testimonios de DFW:

«La que es conocida como escuela posmoderna estadounidense ha sido acogida con cierta suspicacia puesto que sus orígenes y piedras de toque son en su mayoría extranjeros, léase europeos (Kafka, Joyce, Sartre, bohl), o latinoamericanos (Borges, Cortázar, donoso).»

«Tengo unos orígenes extraños. Mis padres son académicos, y leen mucho. Y yo leo mucho […]. Así que llegué a la escritura desde un origen bastante duro y abstracto. Vengo de la filosofía técnica y la teoría europea, un rollo extremadamente vanguardista. Y no estoy hablando simplemente de Pynchon y Gaddis. Eso es la vanguardia comercial.»

Creo que queda bastante claro.

Ibrahim B. dijo...

(Interesados en el tema, podéis recurrir al estupendo 'French Theory', edita Melusina.)

Oche Zamora dijo...

De ahí parece venir también el pasmo de Bértolo, creo.

Anónimo dijo...

¿Nos dirás tres referencias fundamentales para entender a DFW. Y que puedan conseguirse fácilmen
te.
Gracias.

Ibrahim B. dijo...

No se puede encontrar fácilmente, pero en España, el crítico con quien más coincido a la hora de leerlo es Javier García Rodríguez. Javier Calvo también tiene textos chulos. En Google Books hay bastantes guías de Infinite Jest, en inglés, y alguna tesis por ahí. Pero a mí me interesan los libros de cuentos.

El Fate, time, and language, an essay on free will está muy bien. Al menos en Madrid ya lo he visto en La Central y A. Machado, o sea que parece que está accesible.

Saludos,

Anónimo dijo...

¿Estás de acuerdo con esta crítica? (También se habla de DFW)

http://criticoestado.blogspot.com/2011/04/esto-no-es-una-resena.html

Ibrahim B. dijo...

No. Aunque solo he leído la parte que alude a DFW, y veo al menos tres errores gordos:
a) Que DFW sea un autor postmoderno. Ya he dicho que su control de la narrativa y la trama es perfecto. Como de autor de folletín por entregas. Y todo el rato está hablando del problema de la autorreflexividad (literaria, ontológica, psicológica...)
b) Estoy harto de las críticas comparatistas sin fundamento. A ver, ¿me podéis explicar qué tiene tanto que ver con Pynchon y con Ballard, más allá de que todo el mundo dice que tiene que ver con Pynchon, y de que ambos son autores complejos, y de que DFW ha escrito una novela muy gruesa?
c) La broma infinita no es, para mí, su mejor libro. Otra cosa es el culto periodístico y el enigma que parece suponer.

Saludos,

Bértolo dijo...

Hola Ibrahim.Como siempre tus reflexiones me resultan muy interesantes aun desde la discrepancia. Sobre el imperialismo: todos los imperios han absorbido las obras de aquellos pensadores - de las colonías- que les han interesado precisamente para presentarse como integradores más que como imperialistas. Ya el imperio romano se empapó del pensamiento griego que le ra contemporáneo. Eso pasó también, creo,en la cultura USA en relación a la Escuela de Frankfurt o en la apropiación del psicoanálisis para aplicarlo a la publicidad o con la "teoría francesa" como mecanismo de desterritorialización de la actividad literatura. Creo que el artículo de Lambert publicado en "Translation and Globalization incide en este tema. Por cierto me gustaría leer esa tesina cuando la hayas finalizado.DFW me parece un escritor fundamental para entender eso que llamo "Actividad Literatura". Un abrazo cordial.
C. Bértolo

Diva Calva dijo...

Dios salve al rey.

Yo, que adoro profundamente a DFW y su literatura, quisiera leer esa tesis cuando esté escrita. Un saludo respetuoso.

Bilge Gumperz dijo...

Hola Ibrahim.
Sólo he leído ALGO SUPESTAMENTE..., no soy ninguna experta en el tema DFW.
Me ha llamado la atención el comentario que cita a Bértolo, sobre todo la parte final cuando dice: "la mirada de sus herederos españoles más que acritud lo que muestra es autocomplacencia, clasismo y neocostumbrismo pop; un pop o un afterpop siempre utilizado como expresión de suficiencia cultural, merchandising y distinción generacional"
¿Qué opinas de esta parte?
No te lo pregunto por polemizar, al contrario: me gustaría saber, en tu opinión, qué autores españoles podrían estar en la línea de DFW, me interesa mucho el tema.
Muchas gracias.

Ibrahim B. dijo...

Hola, Constantino, gracias por pasarte por aquí.
Honestamente, se me hace difícil intentar ver a cada escritor USA como agente del imperialismo, cuando, seguramente, en cualquier otra circunstancia, tan solo nos limitaríamos a admitir que tal autor tiene influencias europeas, a las que además defiende y reconoce. Pero es que incluso en términos mercantiles, recuerdo un artículo de Laura Fernández, cuando la oleada de obituarios, en donde alguien de Mondadori decía que la atención mediática, muy fuerte, hacia DFW, no se correspondía ni mucho menos con unas ventas extraordinarias. Total: puedo estar de acuerdo en que Hollywood podría ser un instrumento colonialista, pero si DFW ha tenido impacto no es por ser estadounidense tanto como por su condición de gran escritor.
Más: tú conoces mucho mejor que yo el panorama latinoamericano, y sabes que de vez en cuando, en prensas locales, aparecen esas teorías sobre el colonialismo literario español... Lo cual no es, a mi modo de ver, demasiado justo. O por lo menos no creo que ningún escritor de aquí trabaje con esos objetivos políticos.

Martina: ¿autores españoles en la línea de DFW? Bueno, de antemano reniego de la crítica (citando al propio Bértolo) letraherida, obsesionada con las analogías entre autores; antes confío en la individualidad de cada cual. Si alguna vez hubo influencia aquí de DFW, en ese caso sería formal antes que temática. Algunos libros en los que creí percibir esa influencia: los primeros de Javier Calvo, algo de O. Gual, algo de G. Sierra, 'Caras B', de EFP... y, sinceramente, muy poco más.