Es posible que no sea tan culto como desearía; de todos modos, estoy más o menos satisfecho con mi vida. Ese mendigo de delante tiene comida, sueño y una hembra, pero es analfabeto. ¿Cuánta educación «necesita»? ¿Por qué no responder «tanta como tengo yo»? ¿Por qué no incluso «tanta como me gustaría tener a mí»?¿Y si quiere menos? Una vez rescaté a una niña de la prostitución impuesta. Le pagué un año de escuela. Escogió aprender a coser, no a leer. ¿Tendría que haberle insistido en que hiciera otra cosa? Lo último que supe de ella fue que era una mujer casada, analfabeta, económicamente independiente y no infeliz.Si alguien posee menos que yo y es infeliz al respecto, lo llamo pobre. Si afirma ser rico pero le veo síntomas de «síndrome de declive», como dicen los manuales de medicina, más vale llamarle pobre. Cuando exista cualquier duda al respecto, ¿por qué no llamarle pobre? Lo exige la caridad.Sin embargo, si basándome en mis percepciones de su realidad y juicio de su coherencia lógica lo llamo cuerdo (pues aquí es donde se torció la noción marxista de la falsa conciencia; fracasó en esa clase de caridad que nos exige respetar la conciencia y los juicios sobre sí mismos de los demás siempre que sea posible), y si esa persona cuerda, por mucho o poco que posea, insiste en que es rica, la caridad me exige que la crea.
William T. Vollmann, Los pobres. Trad. de Gabriel Dols Gallardo. Debate, 2011. Pp. 71-72
Vayan
haciéndose la pregunta; por mi parte, trataré de dar una explicación razonable
en los próximos días.
5 comentarios:
la pobreza: vanidades de un pequeño erudito.
Puede peque de ignorante y en efecto no soy tan culto como Vollman ni me he leído su libro, así que hablo desde un profundo desconocimiento, pero leyendo el párrafo que nos presentas, me parece que aún con una argumentación impecable, el señor Volmann comete el error de abordar el asunto de la pobreza desde una perspectiva moral y, sintiéndolo mucho, ninguna categoría moral me es válida para perfilar asuntos como éste.
Lo has traducido tú?
Ojala...
No, el crédito de la traducción está arriba, Gabriel Dols. El libro sale ahora en Debate.
¿A quíén está dirigido el libro? Supuestamente a lectores que pueden entrar sin problemas con los servicios de seguridad de un centro comercial, sin ser mirados con sospecha en una librería, hojearlo y, si quieren, no comprarlo. O puede que no, en Poor People, Vollmann, por lo que recuerdo del libro habla de la pobreza "visible", y se las arregla para acumular con cierta gracia pinceladas de varias décadas, tal como hiciese Paul Theroux en Fresh Air Fiend. ¿Existe una pobreza invisible, incluso la llamada de espíritu?¿Se da una pobreza que permanece oculta entre las acumulaciones tecnológicas? Se trata de un libro que me parece resiste poco una comparación con el de Wallraff, pero que tiene su interés. A la espera de tus próxima "explicación razonable" me quedo. Un saludo y hasta otra.
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