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viernes, 26 de marzo de 2010

Ejercicios para la reanimación del estatuto particular del cuento

Patricio Pron, por Luna Miguel ©

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Ya pueden leer mi entrevista a Patricio Pron sobre El mundo sin las personas que lo afean y lo arruinan aquí.

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Bonus track:
Para los iniciados, en Letras Libres tienen sus cuentos "El estatuto particular" y "Las ideas", ambos recogidos en su último libro.
No se los pierdan.

26 comentarios:

Patricia De Souza dijo...

Interesante cuando PP dice que se rehabilita la figura (y la intención) del autor(a) en la autoficción, sin qe por eso desaparezca una total inmanencia del texto. Creo que eso tiene que ver con que hay que retomar la posibilidad de inventar sus propios mitos, sus propias leyendas,o su propia ley (en algunos casos de mujeres que escriben en primera persona) es donde empezaría la verdadera escritura, más alejada de sus referentes supuestamente reales... interesante la entrevista...

Luna Miguel dijo...

Yo estoy cada vez más enamorada del primer cuento del libro.

Niños e ideas.





Genial.

Clément Cadou dijo...

"Tu madre bajo la nevada sin mirar atrás" me pareció una obra maestra. Esa segunda persona... Sorprende la versatilidad de Pron, su variedad de registros. Me repito, lo sé, pero...Pron=good stuff
buena entrevista, eh
un saludo

Anónimo dijo...

Todo lo que por el momento puede decirse de Patricio Pron está muy bien resumido en un comentario a esta entrevista en Culturamas. Está firmado por LOBEZNO, y dice así:

UN ESCRITOR de PRO.

“quizás tengan que ver con el estado actual del negocio literario, que sólo sabe comercializar libros asociándolos a una persona que es promocionada o se promociona por sí misma.” Que razón tiene el autor:hoy escribir requiere autopromocionarse a cuenta de lo que sea, ya no sólo hablar mal de los otros sino perder todo pudor y hablar bien de uno mismo. Todo esto me recuerda la fabula germano-argentino de El escritor de Pro:
Erase un chico de clase media acomodada culturalmente; desde jovencito sus profesores señalaban lo bonito de sus redacciones. Y le dieron una beca para ir a Alemania a acumular capital simbólico (la lengua alemana ya incorpora por si misma una enormidad de capital) Allí empezó sus andaduras: antologías de escritores de su vieja patria para ir creando la necesaria red de contactos y favores. Luego un libro de cuentos que pasan por la correctora de Fog que al tiempo le da las señas de “Nuestro hombre en Barcelona”. Y viaje a Barcelona. Y alli contactos para ganar con amaños un Premio Andaluz (da igual que entregue el manuscrito fuera de plazo) Y premio y parné y más contactos. Y aprovechar la presentación en España de una antología de narradores de su vieja patria para despotricar de los arribistas – quien triunfar – yo no ( Premio Andaluz) y ahora a meterse a sonreir a todo los que puedan ayudarle a incrementar su capital, amar a quien tiene lazos, particpar en todo lugar que se preste, que suene el nombre. Escribir cuentos costumbristas con nombres alemanes y hacer leña del árbol caído (politicamente conviene ser escéptico); meter en cada libro unas gotitas de metaliteratura previsible; jugar a ser escritor, es decir, el demiurgo que ni pide disculpas porque ni siquiera sabe muy bien qué escribe pero así deja su lugar a los lectores. Romanticismo añejo, vacuidad esdrújula, fraseo prolongado, finales ambiguos. Un escritor de Pro, seduciendo a críticos españoles ignorantes y deseosos de estar al día.

Ibrahim B. dijo...

Ni tengo la más remota idea de lo que hace Patricio Pron para promocionar sus textos, ni me parece mal que conozca a Fog(will) (supongo que te refieres a él, anónimo) porque entre otras cosas Fogwill probablemente solo se ocupe de leer a escritores interesantes, ni creo en las relaciones meramente mercantilistas, tal como muchos os empeñáis en ver la literatura. Todo lo que tú o Lobezno habéis escrito, al menos hasta la última línea en la que podría percibirse un mínimo interés en lo estrictamente literario o estético, no vale nada; permanece en una crítica pueril a lo personal basada en la especulación o la calumnia (me refiero al amaño del Premio Andaluz y el manuscrito fuera de plazo). Cuando os apetezca hablar de literatura, entonces volveré a admitir los comentarios en este blog.
Saludos,

Matzerath dijo...

Con muchísimo esfuerzo he conseguido terminar de leer el relato titulado "Las ideas", también mencionado por Luna (o eso creo).

Desconozco cómo llegó este hombre a donde llegó, la verdad es que le conozco por este blog y el de Luna, y de haberle googleado, y lo demás (hablo de uno de los comentarios anteriores) poco me importa. Pero lo que sí es verdad es que, si no fuera por la mención de admiración por parte de la susodicha (aunque también dijo que es guapo [¬¬]) y por la ausencia de crítica por parte del señor Ibrahím (el que calla otorga), ni siquieria hubiera sacado el interés necesario como para terminarlo, y juro que se necesita mucho interés para leer en su plenitud semejante epítome de tedio y ridículo.

Al relato le sobran cuatro quintas partes de palabrería insulsa, aburrida y sin ingenio. Podría sacar citas, claro, pero dudo que a alguien con el ojo crítico del señor de esta santa casa se le hayan escapado la descarada cantidad de defectos que a duras penas podrían perdonársele a un aficionado, y bajo ningún concepto a un profesional y dudo mucho que alguien así tenga algo que decir sobre el "estatuto particular del cuento".

Lo que más me duele es que sea de la patria del divino Borges.

Luna Miguel dijo...

Es curioso que los dos relatos que aquí podemos leer sean mis dos favoritos del libro. Un libro (según mi punto de vista de lectora y no crítica, y, precisemos, de lectora de poesía) que me parece inferior a El comienzo de la primavera si bien uno era novela y otro conjunto de relatos, siendo Las Ideas y El estatuto los que, al ser tan buenos, me justifican el resto de relatos que yo no supe apreciar.

Las ideas es una metáfora exquisita. Niños como pensamientos. Pensamientos que son lo único que tenemos. Lo único que tenemos y no queremos dejar escapar. Hasta que al fin, un día, vuelven, enormes, maduros, y generan más ideas y pensamientos, qué se yo. Y todo en una atmósfera que recuerda a Donde viven los monstruos, o a Peter Pan, o incluso a La Guerra de los Botones: me encanta cómo Pron trata siempre el tema de la infancia.

El estatuto sigue siendo mi relato preferido, recordándome mucho al Bartleby y compañía de Vila-Matas. Me parece un relato que angustia: un relato que para quien escribe resulta muy familiar. Mi parte favorita es esa enumeración hacia el final, y especialmente el cuarto puto. Me parece un relato crítico con el panorama literario de nuestro tiempo. Me parece atrevido. Divertido. Y si en el anterior lo que más me gustaba era cómo era tratado el tema de la infancia aquí me divierten las escenas ridículas que en ocasiones retrata como la de las galletas del Starbucks. Me he reído mucho. Me encanta.

Ahora bien. No entiendo las críticas viscerales a propósito, no de la obra sino de la vida de Pron. He tenido la suerte de verlo en varias ocasiones (una en una sesión de fotos y otra tras un par de lecturas) y no le he visto soltar bilis por la boca, ni violar a los autores y editores de la sala. No sé. Es mucho más normal que todo eso. Quizá, quien sabe, luego llegue a su casa y se quite la máscara proniana y dentro esconda un diablo malévolo, destructor, jodidamente envidioso y malo. ¿O qué?

Creo que el problema aquí es el mismo de siempre. Los anónimos. Los envidiosos. Los que no entienden que una persona pueda hacer lo que le de la real gana para llegar a donde ha llegado, esto es, muy lejos, gracias a su trabajo. Porque a los que estamos aquí abajo, sin libros en Mondadori, sin entrevistas en medios grandes: ay, dios, cómo nos jode. Qué envidia. Qué desgraciadísimos que somos, ¡con los buenos relatos o poemas que creemos que escribimos! Pero bueno. Venga. Criticar por criticar. Qué vergüenza.

Y por último. Sí. Patricio Pron me parece guapo. Quizá sea mi miopía. O que tuve un mal día con la diabetes. Pero sí. Sí, Matt. Este mismo ojo que adoraba tus escritos adora el rostro blanquecino de Patricio. Qué quieres que te diga. Son mis gustos. Uno puede dudar, y con razón, de ellos. Ay. Sí sí sí, Matt, Patricio Pron me parece guapo, por fuera, y, sobre todo, por dentro.

Un abracito,

Lu.

Anónimo dijo...

Lo siento pero todas las criticas contra Pron son personales. No aportáis nada al debate.

El resentimiento no es el camino.

Macetas, si leyendo un misero cuento (deprisa-corriendo) te crees capaz de juzgar la obra de un tio que lleva en esto más de 10 años, apaga y vamonos. A tomar por culo la critica literaria.

Suerte que no trabajas de lector en una editorial, figura.

Ibrahim B. dijo...

Espero que con estas respuestas queden zanjadas algunas inquietudes viscerales. Desde luego no habrá más feedback si es en la línea del primer anónimo.

No todo está perdido, Anónimo 2. La muchachada de hoy no se dedica al vandalismo basado en la quema de containers sino que irrumpe hoguera y sílex en mano en blogs de crítica literaria. Algo hay de esperanzador en eso.

Saludos,

Matzerath dijo...

Me he leído los dos relatos colgados (muy a mi pesar) y no demasiado deprisa (muy a mi pesar), para poder analizar la cosa en conjunto, y es más, me los he leído ambos DOS VECES para creermelos, aunque, la verdad, Anónimo, mi juicio ya estaba elaborado, más o menos, en el primer párrafo, y si yo trabajara de lector en una editorial (cosa que, estando ahora en el paro, no me importaría), trataría de aplicar mi tesis de que en este país se publica demasiado, la contraria de la que los que quieren publicar y son rechazados.

Evidentemente, yo no tengo nada en contra de este Patricio Pron, no tengo el gusto de conocerle en persona ni saber demasiado de él, más allá del tiempo perdido que me ha propiciado su insoportable prosa, y le deseo todo lo mejor, y todas las Erasmus que se quiera follar y todas las hamburguesas que se quiera
comer, pero es cosa evidente que a los buenos escritores se les distingue por escribir bien, y creo que no es lugar ni soy quién para ponerme a dar lecciones de Estética, pero alguien que se atreve a publicar un relato como "Las ideas" ya a una cierta edad (treinta y cinco añazos [!]), que es una reuca de frases que sobran y que no tienen ningún sentido en la narración y cuyo motivo es una metáfora cuya vacuidad y ñoñería es inadmisiblemente irrisoria (como achacarse a su "belleza interior" para defenderle), evidencia que no comprende ni lo que es el arte narrativo, ni el arte en general, y que ni siquiera se molesta, asumiendo su inclinación a una narración sencilla (de la que no tengo nada en contra), en obviar el trabajo realizado por todos los narradores anteriores a él, para no caer en la concatenación insoportable de acciones indiferentes a la historia, como en el borrador de un (mal) guión, que es lo que parece, sobre todo, su relato titulado "Las ideas".

Ibrahim B. dijo...

Tu comentario y lo que vengo leyendo de ti hasta ahora me suscita una gran curiosidad, Mat: ¿cuáles son tus referentes narrativos en España o al exterior, y por qué? ¿Hay alguien que haga las cosas bien?
Saludos y gracias,

Anónimo dijo...

Perdón al moderador por acaparar espacio.

Lo de M, me sigue pareciendo una opinión sobre 2 relatos basada en el resentimiento. O quizá (siendo amables) en un prejuicio. Siendo malos, puro cainismo enmascarado.

Que un autor sea joven (o no), guapo (o no), argentino (etc) y escriba en Mondadori sigue siendo un delito.

Que usted asegure que se editan demasiados libros al año (sin parar de hablar mal de todos ellos) no me demuestra que los haya leído (entendido) todos. Aproveche el paro para ir a una biblioteca, etc..Lea a sus contemporáneos con atención y cariño. No olvide que ellos le hablan a usted (lector de hoy), o lo intentan.

Pido perdón si me equovoco pero creo que este tipo de opiniones concebidas desde una supuesta atalaya intelectual (no demostrada) nos situan en un espacio tan surreal y desolador como el propiciado por los famosos anónimos. Saludos,

Matzerath dijo...

Pues fíjate que, en cuanto a referentes, me fijo más en las obras que en los autores, y bueno, si nos ponemos a sacar defectos, se los podemos sacar hasta a Shakespeare, y reconozco que yo me entretengo mucho en mi amargazón tocando los cojones al personal, pero una cosa es que yo me meta con, no sé, Kundera, por la parodia de esnobismo "boyeroide" que me gusta representar, y otra cosa es que Kundera es un escritor que sabe escribir, pero Patricio Pron, como tú muy bien sabes, no. Y no es una cuestión subjetiva. En el mundo, de hecho, no existen las cuestiones enteramente subjetivas. Es subjetivo que a unos les guste más la Pepsi y a otros la Coca-Cola (y aunque parezca una cuestión subjetiva, tiene, probablemente, innumerables razones biológicas), y si hay más personas a las que le gusta la Coca-Cola (es una hipótesis), es porque los ingredientes de ésta gustan más a unos que a otros, pero no porque la Coca-Cola sea mejor que la Pepsi, y aún si para su elaboración hubiéramos consumido más tiempo, esfuerzo e ingredientes, aquello no sería una explicación que determinara cual de las dos es mejor. Lo mismo podríamos afirmar a la hora de saber quién es más guapo, si Jon Kortajarena o Andrés Velencoso, cuando tal subjetividad siempre vendría derivada de un instinto de recoleccción génica en la hembra que les admirara. Por eso no sabemos quién es más guapo de los dos, pero sí sabemos lo que es Patricio Pron. Es, de hecho, en mi opinión, ese subjetivismo absurdo que ejerce Luna lo que hace que España esté como está, porque no hay ni listos ni tontos, y a algunos les guste más fumar en cafeterías, hacerse llamar intelectuales y echarle la culpa a la masa ignorante, metiéndose con gente como Stieg Larsson o Pérez-Reverte (ambos escritores muy superiores, sobre todo el segundo, a Patricio Pron), sólo porque le gustan a su vecina del quinto, de profesión, asistenta.

No es cuestión de tener referentes, sino de ser objetivo, y saber muy bien que nadie es perfecto, pero que si uno no quiere que se metan con sus defectos, que no los tenga, y no necesito tener referentes (argumentos de autoridad), para criticar ninguna obra, y por eso no me da miedo pasarme de rosca, porque todo es objetivo, y si no lo es, entonces, vale todo. No creo que haga falta repetir que España es un país de mierda, que tuvo sus momentos, pero no creo que nos hayemos en uno, y que la Generación Nocilla son a la literatura lo que Russian Red y los Sunday Drivers son a la música, no sé si me explico, y eso es derivado de muchísimas circunstancias históricas y políticas que existen en este país y que no me veo con tiempo para enumerar, pero sobre todo de ese subjetivismo post-cristiano que lo inunda todo, que en Alemania o Francia sería irrisorio, y que en España es norma.

A lo que me refiero es a que el conocimiento de las artes, como todo, como el de la ciencia o el de la política, es siempre objteivo, siempre, y que un cojo es un cojo, por muy bien que nos caiga, y que lo que es loable (en Alemania lo es, cosa que Patricio Pron no pareció haber aprendido, o quizás sí pero le gusta reírse de nosotros), es tratar de hacer las cosas cada vez mejor, porque el objetivo del arte es mover nuestros sentimientos de la manera más inimitable posible, por eso los muebles de Ikea no son arte.

Ibrahim B. dijo...

Matzerath, bastaba con que me dieras el nombre de alguien que a tu juicio sepa escribir en este país o en algún otro sitio; no era necesario ese rodeo sobre la gaseosa. La historia de Larsson, Reverte y el funcionamiento de las categorías culturales ya me la sé. Podrás verlo en mi ensayo sobre Madrid del próximo Quimera y lo has visto aquí infinidad de veces. Otra cosa es cómo se articulen las ideas.
Durante un tiempo tuviste un blog que generó alguna que otra entrada buena (si mal no recuerdo fue una especie de teatro socrático el responsable de que te enlazara para seguir tus pasos), pero en general era más bien malo; eras consciente de que el tipo de crítica feroz que articulabas no compensaba tus deficiencias como diarista o narrador. Podías haber hecho algo interesante en lugar de convertirte en una pantomima digital que se cree Schopenahuer e incurre en los mismos lugares comunes que quiere criticar: España es un país de mierda, etcétera, y no voy a citar a autores que escriban bien por si se me cae el pene.
Como dice Petrarca en el poema CCLXXIX de la II parte del cancionero: "No me llores".
Saludos,

Juan dijo...

Es acojonante, Matzerah y anónimo primero.

No habéis dado ni una sola razón, ni un miserable argumento en que pueda sostenerse vuestra refutación de Pron, el hombre. Porque refutáis a Pron el hombre, no la obra de Pron.

En cuanto a invocar la sacrosanta objetividad en el juicio estético, os recomiendo un paseo por la literatura crítica del XIX. ¿O acaso deben gustarnos siempre autores de la misma cuerda? ¿Puede uno leer, juzgar y disfrutar simultáneamente de autores tan dispares como Marías y Rulfo, Calvo y Chirbes, Sebald y Hein, Al Alvarez y Terry Eagleton, o está prohibido? ¿Hay un manual de estilo objetivo? ¿Cuál es? ¿El de El País, el del Faro de Vigo? ¿O hablamos directamente de un estilo universal, sintético y a priori? Joder, niños, que una cosa es una charla de bar a las tres de la madrugada y otra, muy distinta, pretender articular una refutación a base SÓLO de prejuicios. Y conste que no creo que no se pueda hacer buena crítica desde el rencor –véanse si no Wilson con Kafka y Nabokov con Cervantes; o Wilson con Nabokov–, pero chatos, es que se os ve el plumero.

¿Que en Europa no pasa esto? ¿Acaso has olvidado los “jóvenes caníbales” en Italia, algunos de los cuales ahí siguen? ¿O la Popliteratur de la Alemania de finales de los noventa y principios del siglo XXI, con Benjamin von Stuckrad-Barre a la cabeza, y de la que se salvan algunos autores?

Por lo demás, lo que indefectiblemente ha dado en llamarse Generación Nocilla y afines, o mutantes y afines, o lo-que-sea-que-esté-escrito-por-jóvenes-nacidos-entre-los-sesenta-y-los-ochenta-con-cierta-voluntad-renovadora (y al margen, siempre, de que el resultado se corresponda con el afán renovador), con todo lo injusto que pueda ser meter en el mismo saco a autores tan dispares, ha desencadenado un curiosísimo movimiento de sublevación (a menudo anónima) por parte de autores y lectores, precisamente, nacidos-entre-los-sesenta-y-los-ochenta-que-abominan-de-cierta-voluntad-renovadora, o nacidos-entre-los-sesenta-y-los-ochenta-cuya-voluntad-renovadora-pasa-por-otros-cauces, y de los que, para más inri, se conoce antes la crítica a la obra ajena que la propuesta de obra propia. Porque las críticas que veladamente o no han dejado caer las generaciones anteriores (cfr. Cercas y Grandes en El País vs. Fdez. Mallo; o las opiniones diversas recogidas en el último artículo de El Cultural al respecto) son críticas fundamentadas en una obra previa, en una manera de leer el mundo distinta pero no incompatible. (Todo lo más, el defecto principal que se les señala es el de la juventud, por aquello creer que son los primeros en romper con algo.)

No tengo mucho más tiempo, así que me disculpo por la dispersión y propongo al autor de este blog –no tengo el gusto; sólo lo leo con sumo interés– que investigue, cuando pueda, y si le apetece, un filón inagotable de la moderna sociología de la literatura: el antinocillismo, que, ya puestos, podríamos bautizar como Generación Nutella

Anónimo dijo...

Puestos a argumentar, Juan, el tuyo también se cae. ¿Innovación? ¿sociología moderna? ¡uf!
Sólo he leído de Pron los demos adjuntos, y éstos no me producen ni frío ni calor. Sin argumentos. Supongo que el conjunto estará mejor, ya que todo el mundo se llena la boca. Lo leeremos, a ver qué tal, que de eso se trata, ¿no?.
Y sí, anónimo, igual que tú.
Saludos

Rule dijo...

Literatura literaria. Eso es Pron. Prefiero escritores más valientes, con menos temor a no ser aplaudidos por cierta preceptiva actual de lo que debe ser la literatura. Como por ejemplo, y por citar a otro argentino, Iosi Havilio.

Ibrahim B. dijo...

Efectivamente 'Opendoor' es una novela a reivindicar, Rule. En cuanto a la literatura literaria, quiero creer que hay espacio para ésta (que no todo el mundo sabe ejecutar con destreza) y para Junot Díaz. Ya me entendéis.
Saludos a todos,

javi dijo...

Con lo mucho que me divierto leyendo vuestros blogs, de verdad, tengo algo que decir. Ibrahim B., tus palabras hacia Matzerah son excesivamente duras.

Matzerah, le has dado pie: "si uno no quiere que se metan con sus defectos, que no los tenga".

Luna, a mí también me gusta El estatuto. Sobre todo la idea que lo sostiene. Pero no me gusta como termina.

saturniana dijo...

Pues con todos los comentarios anteriores, yo tengo aún más ganas de leerme los cuentos...

Anónimo dijo...

creo que la lectura que hace Javier Calvo en su blog del conjunto de cuentos de Pron, que en principio se iba a titular El Libro Alemán y no "El mundo sin blabablá", es acertadísima y resuelve cuestiones cardinales para entender (y con ello apreciar) a Pron.

yo he leido estos cuentos a raíz de vuestros comentarios y, la verdad, no me han sabido mal. si bien es cierto que, en un primer momento, los finales abruptos y desencajados me hicieron rabiar, leer lo de Calvo me ha permitido pensar los textos desde la desazón post-nazi, y, sí, he conseguido digerirlos.

creo que la crítica de Ibrahim a Matzerath es lícita, dado que este último no se muestra menos despiadado (ni ahora ni en aquel blog dinamitado). Matzerath escribe con aparente firmeza palabras como "objetividad" pero nunca las explica con hondura y serenidad. incluso si existen verdades absolutamente objetivas, Matzerath, es posible que tú no tengas acceso a ellas.

por lo demás, gracias por abrir debates tan animados, me dan más ganas de leer.


saludos,


P

Anónimo dijo...

aagh,

acabo de leer esa "reseña" firmada por un tal Lobezno y me ha subido por la garganta un mejunje de asco y risa. La envidia es ruidosa como el motor de un coche bakala.
¿Qué tienes en contra de que le den una beca a alguien que escribe bonitas redacciones? y de que haga contactos en Alemania? una vez que uno tiene algo que mostrar, ?qué tiene de malo hacerlo? qué tiene de malo contactar con el mundo editorial? Quién eres? Henry Darger? ¿Descubrirán tus manuscritos al registrar tu piso tras tu muerte?

un poco de seriedad, por favor, la rabia te ciega y te atropeya.

Matzerath dijo...

Anónimo, (sé que me van a borrar este comentario, pero bueno, así lo ve el gestor del blog), ¿quieres decir que sin la crítica de Calvo no hubieras podido disfrutar de estos cuentos? ¿No valen nada sin su crítica?

Lo que da Calvo, como lo que da Luna, es sólo un análisis subjetivo (si te miras el ombligo mucho rato quizás te lo que acabes viendo cuadrado) y, es más, es, evidentemente, un misticismo (pero aquí se lleva mucho el misticismo, estamos entre gente de letras, es mucho más divertido no ser estricto porque al fin y al cabo, esto es más cuestión de forma que de contenido). Es lo que más odio de todas las estafas culturales: "no es que sea una tontería, es que no lo entiendes".

El hecho de que pienses que yo no tengo acceso a esos conceptos objetivos (¿puros?), como creyéndote que esos conceptos "puros" forman algún tipo de verdad "trascendental" (nunca mejor dicho), que se haya más allá del entendimiento humano, o sea: otro misticismo, ya dice mucho de lo bien que me entiendes, y que lo que vengo a decir es lo mismo que Wittgenstein en el Tractatus: sólo hay ciencias naturales porque [explicación muy larga y pedante que todo el mundo conoce], y el resto es imaginación tuya. El arte a partir de cierto punto es un mero producto de su propio comentario (que es de lo que me quejo casi siempre).

Por un lado, claro que la crítica que me hace Ibrahím es perfectamente lícita e incluso certera, aunque también un poco sesgada (bien claro dejaba yo en mi blog que no estaba haciendo literatura, y que era prácticamente psicoanálisis y papelera de reciclaje de basura mental), y la verdad es que bastante bien sirvió a su cometido: entretenerme yo, pero por otro lado, no venía a nada, ya que en ningún momento he atacado directamente a este blog, aunque sus "estudios culurales", que no son más que monólogos pedantes con un fin más humorístico o epatante que divulgativo, me parezcan un chiste, y lo que me sorprende es que alguien se piense que este tipo de críticas me joden o algo así, o que yo me comporto como me comporto porque me creo la polla, cuando yo me comporto como me comporto porque los demás os creéis la polla.

Los Nocillos mismamente, esos habitantes de una torre de marfil (concepto que debemos, visto la crítica que me hizo, a Ibrahím Berlín, él conoce "el funcionamiento de las categorías culturales", y lo hace a pesar de dar visiones sesgadas, careciendo de argumentos históricos o psicológicos, lo que son, "naturales", en sus "estudios", en lugar de ser monólogos humorísticos de "Eh, se ha fijado en que...", como Zizek o Raúl Minchinela, ese gran teórico, y damos hipótesis como si fueran juicios apodícticos, y construimos edificios mentales a partir de analogías meramente retóricas y vacuas) que se critican sus payasadas sin ningún tipo de control, de dialéctica ni de fundamento, creando un irrisorio solipsismo cultural (sobre todo en un mundo globalizado, pero que veas muchas películas de Chuck Norris o leas novelones de David Foster Wallace no quiere decir que esto deje de ser España y tú el producto de un producto del Franquismo, ¡toma ya!, un país cuya intelectualidad a nadie le importa, ¡cómo le va a importar a alguien!, si lo más admirable es la sofística para subnormales del colector de collejas de Eloy Fernández Porta, cuyas teorías son catalogadas por algunos de "innovadoras", confundiendo teoría con nomenclatura) que ellos mismos ignoran, que su mero ámbito ignora, y que a nadie le importa (por eso les dejan).

Zizek (o Lipovetsky, en su defecto) es el nuevo Krause.

Eloy Fernández Porta es el nuevo Ortega.

Y si me vas a decir que al hacer esa analogía peco de lo mismo que ellos, sólo digo que yo, al menos, lo utilizo para aclarar más que para confundir.

Y sí, se me va la pinza.

Ibrahim B. dijo...

Lo tuyo es pertinacia, Matzerath. Y definitivamente tu estrategia es ininteligible, ¿a qué se debe esa inversión de energías en el asedio voraz contra ciertos autores en el que últimamente estás participando? Cómprate la colección entera de Cátedra Hispánicas y Universales y respira alegre.
Una de las cosas por las que me interesa el blog de Lector-Malherido es porque deliberadamente viola el contrato de lectura con el cual es necesario asomarse a un libro, cosa que a su vez interviene a la hora de pensar el contrato de lectura hacia esos mismos posts. En tu caso ocurre algo parecido. Dado que tu actitud parte a priori con voluntad de bombardear, absolutamente nadie debería tomarte en serio.
También dice mucho de ti el hecho de que los conceptos humorístico y divulgativo te parezcan irreconciliables.

Anónimo dijo...

Hola de nuevo, Matzerath y compañía,

en realidad, lo que me ha resultado más útil de la crítica de Calvo ha sido saber que el título previo del libro de Pron era "El Libro Alemán." el título de la editorial me empujaba a buscar otro tipo de unidad entre los cuentos (el de 'el mundo sin las personas que lo afean..') pero me iba tropezando constantemente con historias acaecidas en Alemania o vividas por alemanes o por gente que había viajado o salido de Alemania. con el siglo XX a las espaldas, el simple título 'El Libro Alemán' ya bastaría a cualquiera para atar cabos. desde el principio, me habría ayudado a darme cuenta de que el quid de la cuestión estaba ahí, en una monstruosidad humana bastante concreta y localizada.

este blog me parece de lo más interesante, Ibrahim.

y, Matzerath, ¿por qué no abres otro blog y así nos ofreces tu contrapunto? estemos de acuerdo o no con tu 'blasting and bombardeering', nos vendrá bien leerte.


saludos a todos


P

Ibrahim B. dijo...

Muchas por tu lectura, P, y welcome.

Saludos,