Ishmael Reed
Resultará familiar a los lectores de este blog el enunciado de Foucault sobre el panoptismo en Vigilar y castigar: «Ha habido en torno de la peste toda una ficción literaria de la fiesta: las leyes suspendidas, los interdictos levantados, el frenesí del tiempo que pasa, los cuerpos mezclándose sin respeto, los individuos que se desenmascaran, que abandonan su identidad estatutaria y la figura bajo la cual se los reconocía, dejando aparecer una verdad totalmente distinta.» Las resonancias de la fiesta o el carnaval como el apocalipsis que anuncia la invasión de los bárbaros y la subversión de valores son evidentes. Ya en 1972, en plena fiebre creativa de la literatura norteamericana, Ishmael Reed, escritor muy a nuestro pesar desconocido en España, publicaba Mumbo Jumbo, su novela más sonada. Mumbo Jumbo debería resultar especialmente familiar hoy a tenor de su estructura fragmentaria, el metabolismo de la imagen por parte del texto, el gusto por el sampler y los discursos provenientes de los medios de comunicación, el carácter multigenérico y la actitud lúdica hacia las posibilidades del diseño. El texto de Reed parte con una cita tomada de The Book of American Negro Poetry: «...we appropiated about the last one of the “jes’ grew” songs. It was a song which had been sung for years al through the South. The words were unprintable, but the tune was irresistible, and belonged to nobody.» Y Reed, que traza puentes entre el virtuosismo formal, la idea de la paranoia, el misticismo de la música negra, Burroughs, Ginsberg y la tradición de la novela sureña (Washington Cable en adelante), apunta:
Europe has once more attempted to recover the Holy Grail and the Teutonic Knights, Gibbon’s “troops of careless temper,” have again fumbled the Cup. Instead of raiding the Temples of Heathens they enact their blood; in the pagan myth of the Valkyrie they fight continually; are mortally wounded, but revived only to fight again, taking time out to gorge themselves on swine and mead. But the Wallflower Order had no choice. The only other Knight order had been disgraced years before. Sometimes the Wallflower Order was urged to summon them. Only they could defend the cherished traditions of the West against Jes Grew. They would be able to man the Jes Grew Observation Stations. But the trial which banished their order from the West’s service and the Atonist Path had been conclusive. They were condemned as “devouring wolves and polluters of the mind”.
The Jes Grew crisis was becoming acute. Compounding it, Black Yellow and Red Mu’tafikah were looting the museums shipping the plunder back to where it came from. America, Europe’s last hope, the protector of the achieves of “mankind’s” achievements had come down with a bad case of Jes Grew and Mu’tafikah too. Europe can no longer guard the “fetishes” of civilization which were placed in the various Centers of Art Detention, located in New York City.
La epidemia Jes Grew infecta todo lo que toca. Ninguna patrulla médica puede con ella porque Jes Grew es un estado mental del cual sabemos que empieza sacudiendo Nueva Orleans pero cuyos límites desconocemos. Nadie sabe cuándo tendrá lugar el próximo asalto de la pandemia. Wall Street teme por su salud. Las autoridades registran 18.000 casos en Arkansas, 60.000 en Tennessee, 98.000 en Mississippi, dice el narrador de Reed. Las empresas despiden a los empleados por manifestar síntomas de Jes Grew. «The kids want to dance belly to belly and cheek to cheek while their elders are supporting legislation that would prohibit them from dancing closer than 9 inches. The kids want to Funky Butt and Black Bottom while their elders prefer the Waltz as a suitable vaccine for what is now merely a rash». Etcétera.
3 comentarios:
enfermedad y ritmo,
qué más se le puede pedir
besos desde nebraska
Para unir tu interés por Reed con el interés por la novela de campus, tienes a tu disposición -en ingés, claro- su novela "Japanese by Spring". La publicó Atheneum en 1993l. Yo tengo la edición de Penguin (1996) comprada.
Dice New York Times Book Review: "Funny, explosive... just the sort of weapon we need in the war against academic pedantry"
(Ay, los años noventa, ay Sokal, y Bricmont).
Un abrazo
JGR
Vaya, qué bien pinta eso, Javier. La buscaremos.
Un abrazo,
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