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domingo, 8 de marzo de 2009

‘Guerras Culturales & Geopolítica Urbana para los albores de siglo’ presentan ‘LAS DROGAS. Una cuestión de Ssshulería’

O cómo transformar al abstemio en un tipo molón ahora que Vollenweider vende el arpa en eBay y la New Wave tiene entrada en la Britannica

—Los belgas sois los tontos en los chistes de los franceses, ¿no? —un viejo amigo dirigiéndose a mi compañero de piso Erasmus.

La publicidad que apela a la prevención del consumo de drogas da como resultado una de las guerras culturales más interesantes en los últimos tiempos. Obligada a posicionarse en el cerebro del consumidor frente a su competencia ilegal, descubrimos cómo su discurso ha ido evolucionando del paternalismo fatídico y los dramas ñoño-familiares tipo Traffic —condenadas como son semejantes estrategias a disolverse en la memoria del espectador en el tiempo que tarda cualquier antihistamínico para niños diluido en agua— hacia posiciones mucho más agresivas, más atractivas, más contundentes. Piénsese en la gráfica pergeñada por Sra. Rushmore para Fad en la campaña que lleva por —aburridísimo, nefando— título Las drogas no sólo perjudican a quienes las consumen. Todo tiene un precio, si bien —adviértase también este detalle— televisión y radio siguen la línea didáctico-eclesiástica, suponemos que por culpa de Fad más que del talento contenido en la milicia Rushmore (Es lo que tiene España, su sorprendente capacidad para sorprenderse). A partir de tipografías que remiten a la —glupcultura de club, y esos gamberros primeros planos de la sustancia tóxica, Rushmore saca el guante dieciochesco y reta a un duelo de caballeros al greñudo junkie que espera en la marquesina del bus liándose un peta. Rushmore no quiere embutirse el pijama de papá burgués que da un beso de buenas noches a su prole en el barrio pijo de la ciudad. Lo que Rushmore busca —y por motivos de guión/ briefing no consigue— es el camino de la invectiva nihilista extrarradial, ese «yo soy más chulo que tú, que tú y que tú» que tanto nos gusta, pues solo siguiendo este sendero es posible obtener resultados auténticos en la presente escaramuza. Precisamente por esta razón sospechamos que llegará el día en el que las cajetillas de tabaco supriman sus anodinas amenazas de cáncer y pérdida de la calidad del esperma (¡Uuuuuh! ¡Qué miedo me das, Ministerio de Sanidad!) por eslóganes más convincentes; algo así como «La nicotina produce sedentarismo. Y tú no quieres ser un gordo miserable. Un perdedor.» Mientras tanto, de eso qué duda cabe, seguiremos releyendo a Burroughs.

3 comentarios:

Luna Miguel dijo...

HAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAH

Anónimo dijo...

Mira, Ibrahim, al más chulo de todos:

Esa rayita chunga


"...También queda la segunda posibilidad, y no sé cuál es peor. Puede que tengas suerte y sobrevivas. Te harás mayor, tendrás un curro, te casarás o lo que sea. Y aunque eres un tío seguro y dices que controlas, que sólo es de sábado en sábado y etcétera, llegará un momento en que no podrás hacer nada importante sin cantar línea en ese bingo. De eso dependerá la concentración, la lucidez, la energía. Serás un esclavo toda tu vida, o la vida que te quede por vivir. Porque ésa es otra. La coca rompe los sesos, colega. Ese anuncio del gusano que se mete por las napias es, por una vez, verdad de la buena. Cuando de tanto dejarlo para más tarde tengas el tabique nasal hecho polvo, cuando sangres como un gorrino y te pases el día sorbiéndote los mocos con la gente mirándote entre compasiva y asqueada, y necesites empericarte, no ya con medio gramo un fin de semana, sino con un gramo diario, y se te vaya la viruta en pagarte las dosis –echa cuentas en euros y acojónate, colega–, lamentarás no haberte conformado aquellos sábados con unas cervezas. Si no reaccionas a tiempo, te habrás convertido en una piltrafa. Y lo que es peor: lo sabrás cada vez que te mires al espejo. Para entonces puede que me sigas leyendo, si aún le doy a la tecla. Igual sí, igual no. Pero si quieres que te diga la verdad, me importa un bledo que a esas alturas me leas o no, porque ya no serás ni sombra de lo que eres. Ni yo estaré orgulloso de llamarte amigo, ni lo mío te servirá para nada. Serás un perfecto mierdecilla, tío. ¿De verdad vas a hacernos a tu madre y a mí esa putada?"
Es un fragmento de un artículo de Arturo Pérez Reverte.
Un poco en la línea de los anuncios de la Dgt de hace un par de años.
Un saludo.
(Oche)

Ibrahim B. dijo...

Coño, qué sorpresa tu fragmento, Oche. Antes de escribir el post estuve revisando anuncios (paternalistas todos ellos), y el mensaje es exactamente lo que tu comentas:

http://www.youtube.com/watch?v=DbuV5bw_23g&playnext_from=PL&feature=PlayList&p=316755F888014EE9&playnext=1&index=3

Un abrazo, y gracias,