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martes, 6 de abril de 2010

El animal monógamo IV: El monstruo feliz es doblemente monstruoso

Se amparan en la fisiología y en el estudio del cuerpo. Hablan sobre ritmos de producción hormonales y cosas así. Aunque, la verdad sea dicha, el animal monógamo, superado el episodio de interrogaciones metafísicas sobre la esfera a la que pertenece (el mismo capítulo de incertidumbres responsable de la práctica totalidad de producciones culturales cuyo tema es elamor), está condenado a la supervivencia en las catacumbas. Ustedes lo comprobarán: hay algo asqueroso, asocial y monstruoso en asistir a un matrimonio experimentado que se quiere; más allá, que a la vista de todos se concede muestras de afecto. Hipótesis para una cinta de serie B: elvoyeur de mediana edad, que se asoma tras los arbustos del jardín a la busca de pospúberes, halla, caramba, a sus padres fornicar. A eso llaman Adulterio, piensa. Lo que uno espera —el lugar común— es al padre con el pabellón de la oreja pegado al dormitorio de su prole cuando ésta trae visitas a casa, y no a un hijo abochornado, castigado en su habitáculo, condenado a oír follar descarnadamente a sus progenitores en el sofá de la casa, dieciséis o diecisiete años más tarde de su gestación. Pasado el umbral de la duda metafísica, nos queda —nos dicen— la capitulación (la experiencia en bucle, la recreación de lo ya sentido). O la resistencia en la ironía y en el carnaval. La pérdida de la virginidad es la pérdida de la virginidad en todos sus niveles de lectura; la escena la saben de largo: ¡ay, si yo tuviera tu edad, pronto me iba a casar!, comenta, jocoso, el licenciado al novicio ingenuo a punto de lucir por vez primera la casaca de la orden. Es así, entonces, bajo el secreto mejor guardado en la alcoba de los licenciados, un secreto como la paradoja de Schrödinger (¿habrá vida, o no la habrá?): aquello de lo que nunca se habla, como el novicio entra en la orden. Para rebelarse.

4 comentarios:

Luna Miguel dijo...

Señoras retratadas por Brett: qué maravilla.

Anónimo dijo...

Hoija, es ustel superdotado????

Vladimir García Morales dijo...

"hay algo asqueroso, asocial y monstruoso en asistir a un matrimonio experimentado que se quiere"

como el asco está socialmente mediado -por ejemplo, lo que en nuestra cultura nos da asco comer, no lo da en otras culturas- me pregunto qué sentido tiene el decir que "hay algo asqueroso" de una forma que sugiere un enunciado con validez general sin añadir que, probablemente, este asco proviene de que la estructura de la sociedad está dictada por la violencia. No sólo la monogamia es una forma de violencia civilizatoria contra el hombre: si este encuentra la felicidad dentro de esa violencia dirigida contra él -y que altera su naturaleza- entonces aparece como "asqueroso" por haberlo hecho... Deberíamos tomar conciencia de lo que significa decir que algo nos asquea. Que toda la vida esté tan perfectamente condenada debería hacer que nos sublevásemos. Introducir el asco sin reflexión reproduce meramente lo dado: el triunfo de la pura violencia. Con lo monstruoso y asocial -que puede ser sublime- no tengo ningún problema.

Matzerath dijo...

Te darás cuenta de que esto es muy divertido. Kant, en su insoportable soledad, jamás podría haberse dado cuenta de cuanto daño le hizo a la filosofía por el simple hecho de ser un genio. ¡Todos querían ser Kant! Fichte quería ser Kant. Schelling quería ser Kant. ¡Hegel quería ser Kant! Y es gracioso lo de Hegel, que al final le golpearan con su Philosophie des Geistes.

Sois muy poetas todos, el mundo está plagado de poetas, este país, España, en especial. Ser músico (académico) y ser poeta son dos cosas incompatibles. No conozco a casi ninguno. Sí que conozco a violinistas y pianistas enamorados de Baudelaire, pero sé que mienten: lo dicen para ligar. Los poetas, sin embargo, tienen algo que envidio: la incertidumbre. Siempre he pensado que lo que le pasa al poeta es que busca la música, y que por eso está siempre en un estado de desasosiego, y el desasosiego es tan poco práctico... quizás por eso cualquier filósofo les echaría de la República, y quizás por eso pocos filósofos son poetas, porque cuando el filósofo es poeta se convierte en Adorno, ¡nunca mejor dicho!, y, ¡cuál es ahora mi sorpresa al ver, y qué diría Hegel, y qué diría Rorty de Peirce y Peirce de Hegel si viera, que ahora todos no quieren ser sino Adorno!

¿Qué es lo que intentas, Ibrahím? ¿Qué significa esto? ¿Es algo más que un retruécano? ¡Ni es uno de tus mejores retruécanos! Usas muy bien el lenguaje poético. ¡Cuántas lecturas tienes! Yo odio leer. Se me hace muy cuesta arriba. Interpretar a Bach suele ser un relajante acto mecánico, pero luego no sé qué hacer con Dilthey.

No me gustaría "hallar a mis padres fornicar", a pesar de que ¡no es lo mismo estar jodido que estar jodiendo!

No te entretendré más, todos sabemos que eres un excéntrico de la puntuación, que juegas a confundir porque se te da bien, pero no olvides de que ahí queda lo que escribes, que sólo son palabras y que la hermenéutica es una disciplina cuyo uso sólo es útil cuando conocemos el espíritu (de la Historia), yo no sé mucho del tema, por eso te leo con los ojos entornados, y aunque sepa que si "el secreto" es como la paradoja de Schrödinger, entonces vale más dejar la puerta cerrada y quedarse con todo.

RESUMEN DEL TEXTO:

Es interesante que los adolescentes vírgenes no comprenden la dialéctica sexual de sus progenitores hasta que entran en ella.

FIN DEL RESUMEN

OPINIÓN:

Impresionante, Ibrahím, te has lucido.