No me cabe la menor duda de que el principal desafío al que se enfrentan las nuevas hornadas de escritores es el exceso de teoría; cosa que en cierto modo entronca con la sobreconceptualización del arte plástico, en aras del virtuosismo tradicional. Quiero decir con esto que yo veo a los chicos un poco asustadizos, ¿no?: desean con todas sus energías demostrar a los maestros que también ellos pueden ser neuronas cargadas de explosivos. Armamento de calidad; auténtica buena mierda, hermano. Pese a todo —seré honesto—, no veo que tengan las pelotas donde deben estar. Hay momentos en la vida de un hombre en los que es necesario dejar de aprender. ¿Y por qué? Bueno, para obtener resultados. Así de simple. […] No sé, pero a mí esto de la metaliteratura siempre me pareció aburridísimo —aunque ello no signifique que no haya habido autores con una producción sorprendente para mi gusto—, a lo cual, de un modo más sofisticado, seguiría la estética de la hipercita. […] En verdad yo nunca estuve de acuerdo con los escritores que teorizaban para suplementos culturales de lunes a viernes, y de sábado a domingo se afanaban en la praxis, precisamente porque estaban supeditados al concepto: Sus historias, necesariamente, habían de albergar algún tipo de significado oculto, dado que ellos siempre buscaban exégesis a cada uno de los textos revisados. Y eso, cómo no, limitaba su intuición. ¿No os parece un tanto
tétrico, muchachos? [...] Aunque si he de ser justo al ciento por cien, cabe recordar mis tiempos como redactor en prensa: cada vez que entrevistaba a artistas más o menos underground, me afanaba en conocer la infraestructura intelectual de su obra en la medida que yo también participaba de la obsesión por el concepto. ¡Ja, ja!, no se me olvidarán las caras alucinadas de las gachises, pensando, “¿y este pavo?” Más de una vez sentí ganas de estrangular con mis propias manos a aquellos autores libres, fascinados por ese impulso automático de crear que yo tanto combatía. Con el tiempo uno deviene sensato y piensa que tal vez aquellos chicos tuvieran su parte de razón. Eso es.
miércoles, 3 de septiembre de 2008
Nuevos extractos de 'The Underground Review of Books'
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5 comentarios:
(Steampunk Underground Remix)
"—Hay algo que me inquieta de su forma de leer.
—¿Sí? ¿Qué es?
—El hecho de que casi siempre lo haga con los ojos entornados, como si apuntase a través de la mirilla telescópica de un arma. Un poco alejado. O lo justo."
--
Regreso a tu defensa de la verosimilitud, creo que hay más fugas por ahí -por la falta de convicción, por no saber transmitir estados de ánimo, ideas, etc- que por el exceso teórico. O puede que siempre sea más agradable hablar de otros asuntos, interpretando mapas de otro mundo.Chi lo sa. Un saludo.
Amabilísimo remix, Carlos.
En breve seguiremos abordando el tema de la intuición y la conceptualización hiperbólica. (!) Preparaos.
Saludos,
autentica buena mierda, eso es cosa fina.
te invito a algo. que voy a madrid en breve pour etudier.
ok?
un beso!
La intuición, ¿es una prosa anabolizante, hiperbólica, etc? Esperamos preparados.
"Punk Journalism, ensayo breve"
El texto completo de Cantavella (Escargot?) aparece en la web de El Dorado
http://www.punkjournalism.com/
mencionada por Jorge Carrión en su blog; el artículo no se puede copiar, por lo que copio lo que extrajo Miguel Espigado en Afterpost:
"Robert Juan Cantavella explicó una importante estrategia del personaje de su próxima novela: el punk journalism. Comenzó argumentando a favor del aportaje, un no-reportaje donde no existe un pacto de veracidad entre el lector y el periodista, sino un pacto de sospecha. El periodista no está obligado a certificar la autenticidad de lo que cuenta, ni a ofrecer respuestas. “En un aportaje la veracidad de un hecho nunca depende de algo tan grosero como un pacto alevoso entre el escritor y el lector. Es mucho más complejo y más sencillo. Debe quedar demostrado en la escritura. Eso es todo”. En la misma línea, Cantavella explicó como el punk journalism es una forma bastarda del old journalism: “al punk journalism no solo le importan las elegantes trampas de la narración realista sino también otras menos respetables que tienen que ver con la pura fabulación, la parodia maliciosa, la especulación kamikaze (…) el punk journalism también trafica con mentiras, porque sabe que lo que está diciendo es verdad”."
De Una nube de tags,
http://afterpost.wordpress.com/
2008/06/05/mutaciones-una-nube-de-tags/#punk%20journalism
Madre mía, qué bien huele Cantavella. Holy Shit!
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