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domingo, 22 de marzo de 2009

Metataxonomía

Acaso un símbolo más que evidente del materialismo que define nuestro tiempo y su tendencia a sacralizar lo profano, merece prestar atención a cómo la racionalización, clasificación y yuxtaposición de distintos objetos-fetiche en taxonomías del gusto y manifiestos más o menos sutiles con los que defender unos intereses de clase viene siendo un recurso narrativo más o menos frecuente, quién sabe si a partir del abusivo American Psycho de Bret Ellis, hito de un capitalismo grosero que desde entonces ha ido disminuyendo su temperatura. Recientemente lo apuntábamos ya sobre “Relato Pop”, de Eloy Fernández Porta, y hasta cierto punto también en Rompepistas, de Kiko Amat. Buena parte de la narrativa contemporánea americana ha advertido la eficacia sobre la verosimilitud del relato a la hora de agotar las peculiaridades que definen el bien de consumo. Saúl Williams también hizo lo suyo en el poema “Coded Language” con aquello de apuntalar una macedonia de referencias culturales, y Allen Ginsberg condensa extático toda una cohorte de situaciones beats en “Howl”. Como la productora Carl’s Fine Films, que en su reciente campaña de marketing viral imprime para los ultramarinos Trader Joe’s el recreo naïf con que el ciudadano común asiste al ritual de la compra. Y sí, en efecto dan ganas de partirle la boca al cantante. Preferimos al psicótico yuppie Pat Bateman que a semejante BoBo gangoso y místico. El capital, por si fuera poco, ha acabado con la masculinidad.


7 comentarios:

Luna Miguel dijo...

Es super pegadiza.


Y super cutre.


Metataxonomia es una marca de cereales de ese supermercado, querido Bobo.

Luna Miguel dijo...

Por cierto, para azucar GUAY, mira lo que me encontre en un supermercado de Menorca este verano:

http://i179.photobucket.com/albums/w309/lunahaze/DSC_0012.jpg

Ibrahim B. dijo...

No deja de inquietarme que mientras las galletas adyacentes tengan divertidos ositos, estas otras de cualidades filosóficas se presenten con un packaging aburridísimo, sospechosamente racionalista en su diseño, incluso en las muescas del producto. Ahora bien, si las generaciones más jóvenes meriendan Leibniz y confunden a Superman con Wittgenstein, a nosotros no nos quedará otra que los albañiles. Me voy a leer, entonces.

Anónimo dijo...

Cabroinchs, han convertido las Aguas de Marzo en las Babas de Marzo.
Oche

Luna Miguel dijo...

Claro.
Los ositos esos son deliciosos. Una especie de bollito-galleta-chocolate que no debe quedar lejos de los Delitos!*

Anónimo dijo...

Metataquicardias consumistas

Es cierto, aquí pasa que el reconocimiento de la comunidad es la melodía que uno se da como individuo. Uno baila al sonido del propio tambor, si realizáramos una mala traducción directa.

Antes de Bateman, en 1989, Billy Joel compuso esta canción escribiendo primero la letra -se puede pensar que así salió la música-, una sucesión de momentos estelares de la humanidad (norteamericana)

http://www.youtube.com/watch?v=pKu2QaytmrM

Lo mismo pero con letra

http://www.youtube.com/watch?v=2a2SS0zqmzk&feature=related

Geek/Nerd Subcultura completista como actualización de la nostalgia: Lo mismo con NUEVAS LETRAS hasta 2008

http://www.youtube.com/watch?v=tULA1-ttEjA

Como tantas veces, lo que sucede, al igual que con los tomos de Getty Images, es cuestionarse qué, cuánto, y porqué se ha dejado fuera de campo el resto. Un saludo

Ibrahim B. dijo...

¡QUIA!

Te las sabes todas, Carlos.

Menos mal que yo tenía 2 años cuando lo de Billy Joel. Definitivamente los 80 fueron años muy difíciles para la cultura.

Pero sí, seguramente sea el mejor documento para ilustrar las tesis de este post. Muchas gracias.