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lunes, 31 de agosto de 2009

Traducción de 'The Broom of the System', David Foster Wallace, extracto del capítulo 6

“¿Qué tal están tus bistecs esta noche?”
“Señor, nuestros filetes son, si me permite decirlo, sencillamente magníficos. Solo carne de primerísima calidad, cuidadosamente seleccionada e incluso más cuidadosamente añejada, cocinada a la perfección si entendemos la perfección en función de las preferencias del consumidor, servidos con el tipo de patata y ensalada que desee, y un merecido y sabroso postre.”
“Para chuparse los dedos.”
“Así es.”
“Tomaré nueve.”
“¿Perdón?”
“Traeme nueve filetes, por favor.”
“¿Desea nueve filetes para cenar?”
“Por favor.”
“¿Y quién, señor, si me permite la pregunta, va a comérselos?”
“¿Ves a alguien más sentado aquí? Yo me los comeré.”
“¿Y cómo lo piensa hacer, señor?”
“Bien, veamos, pienso que esta noche usaré mi mano derecha para cortar. Pondré los pedazos en mi boca. Los masticaré. Y los elementos ácidos de mi saliva acabarán con la fibra muscular. Tragaré. Etcétera. ¡Y tráelos de una vez!”
“Señor, nueve filetes harían enfermar a cualquiera.”
“Mírame. Mírame bien. Mira este estómago. ¿De verdad crees que voy a enfermar? De ningún modo. Ven. Ven aquí. No, en serio, ven aquí y mira este estómago. Deja que levante mi camisa... mira aquí. ¿Ves lo que puedo agarrar con mi mano? Ni siquiera puedo sentarme cerca de la barra. ¿Alguna vez has visto algo tan enormemente asqueroso en toda tu vida?”
“He visto estómagos mayores.”
“Tan solo eres correcto, quieres tu jodida propina. Pero te llevarás tu propina después de que me hayas traído mis nueve filetes para cenar, entendiendo la perfección como carne medio roja, que es como decir rosa e incluso un poco dura. Y no te olvides de los panecillos.”
“Señor, permítame que confíe en mi experiencia. Jamás he servido a un solo individuo nueve pedidos simultáneos bajo mi autoridad. Podría meterme en un lío. ¿Qué ocurre si por ejemplo, Dios no lo quiera, sufre una embolia? Sus órganos podrían romperse.”
“¿Acaso no dije que me miraras? ¿No puedes decirme lo que soy? Escuchame con atención: Soy obeso, glotón, devorador compulsivo, un cerdo asqueroso. ¿Está claro? Soy más puerco que humano. Hay una habitación entera para ti dentro de mi estómago. ¿Lo oyes? Lo que tienes delante de ti es un cerdo. Un comedor desalmado de capacidad ilimitada. Tráeme carne.”
“¿No ha comido en mucho tiempo, no es eso?”
“Mira chaval, empiezas a aburrirme. Podría aporrearte con mi panza. Y déjame que te diga que soy algo más que un pequeñoburgués. ¿Ves ese edificio de ahí, el de las ventanas iluminadas, en la sombra? Es mío. Podría comprar este restaurante y exterminarte. Podría. Y tal vez compre el bloque entero, incluyendo ese ridículo club de adelgazamiento al otro lado de la calle. ¿Lo ves, con la puerta y ventanas formando una cara sonriente, lasciva y huesuda? Mi capacidad financiera me permitiría comprar ese lugar y llenarlo de filetes, de carne roja, los cuales devoraría. La puerta de ese garito sería atrancada por un hueso roído. A ni un solo pedante esmirriado cantador de salmos con ropa holgada y apóstata de la causa del tejido adiposo le permitiría entrar. Golpearían la puerta. Pero el hueso resiste. Carecen de grasa suficiente como para echar la puerta abajo. Sus bocas y ojos aumentarían de tamaño mientras se agolpan contra el cristal. Qué deliciosos pensamientos. ¿Me permites la carta de vinos?”
“¿Club de adelgazamiento?”
Garçon, lo que tienes delante de ti es alguien peligroso, te lo advierto. Los seres humanos actúan por el bien común. Los cerdos chalados y enormes no. Mi mujer me dijo hace mucho tiempo que si no perdía peso me dejaría. No solo no he perdido peso, sino que ahora estoy más gordo, y por eso ella se marchó. R.I.P. Y no te olvides de la salsa.”
“Pero señor, seguramente con más tiempo...”
“No hay más tiempo. El tiempo no existe. Me lo comí. Está aquí dentro, ¿lo ves? ¿Ves cómo se mueve? Eso es el tiempo: Movimiento. Así que corre, huye, tráeme mi fuente de grasa, mis nueve reses, o te cogeré del mentón y te estamparé contra la pared.”
“¿Puedo traer al maître? Para consultarle.”
“Traélo como sea. Pero dile que no se acerque demasiado. En un segundo se verá asfixiado, antes de que pueda chillar. Óyeme: Esta noche comeré. Desmesuradamente. Y solo. Por eso estoy desmesuradamente solo. Pienso comer, y mi sudor será esparcido en el ambiente, y si alguien se acerca, le gruñiré y pincharé con mi cuchillo. Algo así como esto. ¿Lo ves?”
“Por favor.”
“Corre como alma que lleva el diablo. Trae algo que me tranquilice. Voy a engordar y engordar, y llenaré el vacío que me rodea con el horror de mi presencia gelatinosa. El Yin y el Yang. Siempre creciendo, muchacho. Corre de una maldita vez.”
“De acuerdo, señor.”
“Creo que unos palitos de pan me vendrían estupendamente, ¿me oyes? ¿Qué clase de sitio es este?”

'The Broom of the System', David Foster Wallace, ed. Abacus, pp 81-83. Traducción de AJR.

domingo, 30 de agosto de 2009

Traducción de 'The Broom of the System', David Foster Wallace, capítulo 4

TRANSCRIPCIÓN DEL ENCUENTRO ENTRE EL HONORABLE RAYMOND ZUSATZ, GOBERNADOR DEL ESTADO DE OHIO; MR. JOSEPH LUNGBERG, ASESOR DEL GOBERNADOR; MR. NEIL OBSTAT, ASESOR DEL GOBERNADOR; Y MR. ED ROY YANCEY, VICEPRESIDENTE DE INDUSTRIAL DESERT DESIGN, DALLAS, TEXAS; 21 DE JUNIO DE 1972.

GOBERNADOR: Caballero, algo no funciona.
MR. OBSTAT: ¿A qué se refiere, presidente?
GOBERNADOR: Me refiero al estado, Neil. Algo no funciona en nuestro estado.
MR. LUNGBERG: Pero presidente, el desempleo es bajo, la inflación es baja, los impuestos no han aumentado en dos años, la contaminación disminuye, a excepción de Cleveland y esos cabrones que se preocupan por Cleveland —es broma, Neil—, pero presidente, la gente le adora, ha sentado precedente en cuanto al liderazgo en los sondeos, la investigación y desarrollo en el estado son siempre elevadas...
GOBERNADOR: Para ahí. Ahí es donde vamos.
MR. OBSTAT: ¿Podría explicarse, presidente?
GOBERNADOR: Las cosas van demasiado bien. Y eso es una trampa.
MR. LUNGBERG: ¿Una trampa?
GOBERNADOR: Muchachos, el estado está ablandándose. Ahí fuera se percibe debilidad. Vamos camino de convertirnos en un mastodóntico barrio residencial, parque industrial y centro comercial. Hay demasiado desarrollo. La gente está volviéndose complaciente. Olvidan la historia de un estado que ha tenido que curtirse para erradicar su salvajismo. Ya no hay nada que curtir.
MR. OBSTAT: Ahí le ha dado, presidente.
GOBERNADOR: Necesitamos un páramo baldío.
MR LUNGBERG y MR. OBSTAT: ¿Un páramo baldío?
GOBERNADOR: Caballeros, necesitamos un desierto.
MR LUNGBERG y MR. OBSTAT: ¿Un desierto?
GOBERNADOR: Caballeros, un desierto. Un punto de referencia salvaje para la buena gente de Ohio. Un lugar que temer y amar. Una región estéril. Algo que recuerde cómo nos hemos curtido. Un lugar sin centros comerciales. Un alter ego para Ohio. Cactus y escorpiones y el sol poniéndose. Desolación. Un lugar para que la gente deambule sola. Para reflexionar. Al margen de todo. Un desierto.
MR. OBSTAT: Gran idea, presidente.
GOBERNADOR: Gracias, Neil. Señores, permítanme presentarles a Mr. Ed Roy Yancey, de Industrial Desert Design, Dallas. Ellos hicieron Kuwait.
MR. LUNGBERG: Vaya, hay un montón de desierto en Kuwait.
MR. YANCEY: Bien, caballeros, el gobernador y yo hemos llegado a un acuerdo, y si me permiten captar su atención hacia este mapa, aquí...
MR. OBSTAT: Eso es Ohio, de acuerdo.
MR. YANCEY: El lugar que tenemos en mente está en el sur de su gran estado. Aproximadamente... aquí. De hecho, comprende de aquí a aquí. Ciento cincuenta kilómetros cuadrados.
MR. OBSTAT: ¿Alrededor de Caldwell?
MR. YANCEY: Sí.
MR. LUNGBERG: ¿No hay por ahí un buen número de personas viviendo?
GOBERNADOR: Recolocación. Dominio inmediato. Un desierto no respeta nada. Debe encajar con la totalidad del concepto.
MR. LUNGBERG: ¿No está eso bastante cerca del Parque Nacional de Wayne?
GOBERNADOR: Ya no.
(Mr. Lungberg silba)
MR. OBSTAT: Oiga, mi madre vive cerca de Caldwell.
GOBERNADOR: Afectará a su hogar, entonces. Es parte del concepto. El concepto tiene que afectar a su casa. Curtirse es violento, Neil. Vamos a curtir desde lo salvaje al margen de la blandura en este estado. Afectará a las familias.
MR. LUNGBERG: Se le ve entusiasmado con el proyecto, ¿me equivoco, señor presidente?
GOBERNADOR: Joe, nunca he estado más entusiasmado. Es lo que el estado necesita. Lo sé.
MR. OBSTAT: Usted será parte de la historia, presidente. Será inmortal.
GOBERNADOR: Gracias, Neil. Únicamente pienso que estoy haciendo lo correcto, y después de hablarlo con Mr. Yancey, he de decir que solo puedo estar entusiasmado. Ciento cincuenta kilómetros cuadrados de una cegadora nada de arena blanca. Aunque por supuesto también habrá algún lago, en los límites, para que la gente pueda pescar...
MR. LUNGBERG: ¿Por qué arena blanca, presidente? ¿Por qué no, digamos, arena negra?
GOBERNADOR: Me parece bien, Joe.
MR. LUNGBERG: Bien, si de lo que se trata realmente es de contraste, alteridad, malditismo, ¿deberíamos hablar también de algo siniestro? A mí me sugiere eso.
GOBERNADOR: Lo siniestro encaja, me parece correcto.
MR. LUNGBERG: Bien, Ohio es un bonito estado blanco: las carreteras son blancas, la gente tiende a ser completamente blanca, el sol brilla de un modo hermoso aquí... ¿No sería mejor contraste ciento cincuenta kilómetros de arena negra? Hablamos de algo siniestro. Y lo negro absorbería mejor el calor. Algo realmente cálido, aumentemos el aspecto maldito.
GOBERNADOR: Me gusta. ¿Tú qué dices, Ed? ¿Pueden los cactus y los escorpiones vivir sobre arena negra?
MR. YANCEY: Imagino que no habrá ningún problema.
MR. OBSTAT: ¿Y qué hay del precio de la arena negra?
MR. YANCEY: Probablemente sea algo más cara. Tendría que hablarlo con los del departamento de Arena. Pero presiento que puedo comprometerme a decirles que sería una opción viable en el contexto de su proyecto.
GOBERNADOR: Hecho.
MR. LUNGBERG: ¿Cuándo empezamos?
GOBERNADOR: Inmediatamente, Joe. Curtirse es por naturaleza algo rápido y violento.
MR. OBSTAT: Presidente, permítame decirle que estoy emocionado. Tenga mis felicitaciones, de hombre a hombre y de ciudadano a gobernador.
GOBERNADOR: Gracias, Neil, pero mejor vete y díselo a tu madre. Eres un buen tío.
MR. OBSTAT: De acuerdo.
MR. LUNGBERG: ¿Y qué hay del nombre, presidente?
GOBERNADOR: ¿Un nombre? Ese es un punto muy interesante. Jamás había pensado en el nombre.
MR. LUNGBERG: ¿Puedo hacer una sugerencia?
GOBERNADOR: Hágala.
MR. LUNGBERG: El Gran Desierto de Ohio.
GOBERNADOR: El Gran Desierto de Ohio.
MR. LUNGBERG: Eso es.
GOBERNADOR: Joe, es un nombre impresionante. Me quito el sombrero ante ti. Anuncia tamaño, desolación, grandiosidad, y además dice que está en Ohio.
MR. LUNGBERG: ¿No es demasiado presuntuoso?
GOBERNADOR: En absoluto. Encaja a la perfección.
MR. OBSTAT: Me quito el sombrero ante ti, Joe.
MR. YANCEY: Estupendo nombre, Joe.
GOBERNADOR: Entonces lo tenemos todo. Concepto. Desierto. Color. Nombre. Todo lo que falta es curtirse.
MR. YANCEY: Vayamos a ello, pues.


'The Broom of the System', David Foster Wallace, ed. Abacus, pp 53-56. Traducción de AJR.

Traducción de 'The Broom of the System', David Foster Wallace (Extracto del capítulo 2)

“Cuéntame una historia.”
“Así que quieres que te cuente una historia.”
“Por favor.”
“Tengo una de lo más interesante.”
“Estupendo.”
“Es deprimente, por cierto.”
“Quiero oírla.”
“Tiene que ver con un hombre que sufría un vacío de segundo grado.”
“¿Vacío de segundo grado?”
“Sí.”
“¿De qué va eso?”
“¿No sabes lo que es el vacío de segundo grado?”
“No.”
“Caramba.”
“¿De qué se trata?”
“Bien, una persona vacía de grado dos es primero una persona vacía, a secas. Su inteligencia es mediocre, pero quiere que la gente lo vea como alguien sofisticado. También es mediocre su apariencia, y quiere que la gente lo vea como alguien atractivo. Igual con su sentido del humor, si bien quiere que la gente crea que es ingenioso y divertido. Lo mismo pasa con su talento. Quiere que la gente crea que tiene chispa. Etcétera.”
“Entiendo.”
“Una persona vacía se preocupa de que la gente no lo considere estúpido, o aburrido, o feo, etcétera, etcétera.”
“Lo capto.”
“De modo que una persona vacía de grado dos es una persona vanidosa que también aparenta una auténtica ausencia de vanidad. Que está enormemente preocupada porque la gente no lo considere alguien vacío. Una persona vacía de grado dos permanecerá hasta tarde aprendiendo chistes para parecer alguien divertido y encantador, pero negará que permanezca hasta tarda aprendiendo chistes. O tal vez incluso intente dar la impresión de que él no se considera a sí mismo en absoluto divertido.”
“...”
“Una persona vacía de grado dos se lavará las manos en unos servicios públicos, y será incapaz de resistir la tentación de admirarse en el espejo, de escrutarse a sí mismo, por lo que fingirá que está colocándose unas lentillas o tratando de quitarse algo del ojo mientras se observa, de modo que la gente no lo considere la clase de persona que se maravilla de sí mismo en los espejos, es decir la clase de persona que hace un uso responsable de los espejos, ya sabes, que los emplea para cosas sin importancia.”
“Ya.”
“La historia de hoy tiene que ver con alguien que sufría un vacío de segundo grado relacionado con su apariencia. Alguien obsesionado con su cuerpo, pero también obsesionado por el deseo de que nadie conociera su obsesión. Sencillamente, alguien que se tomó demasiados esfuerzos para esconder a su novia el vacío. ¿He dicho ya que vivía con una chica irresistiblemente hermosa, y que también era encantadora?”
“No.”
“Pues así era: ella estaba locamente enamorada de él, y él la amaba a ella. Y ambos estaban hechos el uno para el otro, aunque él, por supuesto, permanecía en continua tensión, obsesionado, pero también obsesionado por esconder su obsesión.”
“Dios mío.”
“Efectivamente. Hasta que un día en el baño el hombre descubre algo extraño en su pierna, una especie de mancha abultada y gris, y entonces acude al médico y le diagnostican el primer caso de cierta enfermedad que, aunque no es mortal, provoca alteraciones irreversibles en el aspecto, las cuales algún día harán que deje de ser el tipo de persona aparentemente atractiva que es.”
“...”
“A no ser, claro, que consienta someterse a un tratamiento tremendamente caro y complicado, para el cuál tendrá que viajar a Suiza e invertir en él casi todos sus ahorros, los cuales permanecen en un banco y requerirán la firma conjunta de su fantástica novia.”
“Vaya.”
“...”
“Pero él está nervioso ante la idea de que la belleza abandone su cuerpo, ¿no?”
“Bueno, no te olvides de que él está extremadamente nervioso por no ser visto como la clase de hombre nervioso por mantener su belleza. La cosa es que su novia no sepa que es la clase de tipo que gastaría los ahorros de toda una vida y volaría como sea a Suiza solo para evitar convertirse en un monstruo.”
“¿De qué enfermedad se trata? ¿Lepra?”
“Imagino que es algo así como la lepra. Quizá no tan grave. Creo que la lepra puede matar. En cualquier caso, eso no es lo importante. Lo importante aquí es que la idea de que su novia pueda enterarse de su vacío le horroriza tanto que retrasa y retrasa la decisión de volar a Suiza para su tratamiento, y mientras tanto la mancha sigue extendiéndose y la piel de su pierna está volviéndose cada vez más gris, desprendiéndose por capas, y los huesos están hinchándose y deformándose, una situación que intenta esconderse comprando una novedosa prótesis y explicando a su novia que su pierna se ha roto por alguna extraña razón. Su enfermedad, no obstante, está ahora extendiéndose a la otra pierna, y sube hacia el estómago y la espalda, y por tanto sospecho que también afecta a sus genitales, de modo que opta por meterse en la cama y cubrirse de mantas y contar a su novia que por alguna extraña razón está enfermo. En ésas, hace el esfuerzo de comportarse de un modo realmente distante y frío, de mantener las distancias, incluso a pesar de que la presencia de ella resulta una distracción. Llegado este punto, el tipo solo sale de la cama cuando ella está trabajando como dependienta en una tienda de ropa para mujeres, que es como decir que cuando ella se ha largado saldrá de la cama y se pondrá frente al enorme espejo del baño durante horas, observándose a sí mismo horrorizado, aseándose generosamente las escamas grises de su cada vez más retorcido cuerpo.”
“Cielo santo.”
“Y durante días la enfermedad continúa su curso, extendiéndose hacia arriba y alcanzando los brazos y las manos, las cuales trata de esconder apelando a un horrible constipado contagiado por alguna extraña razón, motivo por el cual viste gruesos jerseys y manoplas para esquiar, y empieza a convertirse en un ser cada vez más cruel y asqueroso y ácido hacia su adorable compañera, a la que de ningún modo permite que se acerque, casi como si quisiera sugerirle que ella ha hecho algo realmente horrible que lo enfurece, aunque jamás dirá de qué se trata, hasta que su novia empieza a llorar por las noches, sentada en la taza del váter, y él la oye, y su corazón se rompe porque le ama tanto, aunque él está obsesionado por no convertirse en alguien feo, y por supuesto piensa que si ahora se le ocurriera contarle toda la verdad, no solo ella lo vería como alguien repentinamente feo, sino que además eso explicaría el fraude de la prótesis, los gruesos jerseys y las manoplas para esquiar, y evidentemente él sigue doblemente obsesionado por no revelar su obsesión original. Así que él se vuelve cada vez más mezquino hacia su dulce y preciosa chica que tanto le ama, y de pronto, incluso a pesar de que ella es una chica estupenda y profundamente enamorada, resulta que también es humana y su amor se va a tomar por el culo, poco a poco, en un sencillo gesto de defensa personal, y empieza a comportarse de un modo frío y distanciado, y la relación entre ambos empieza a mermar, lo cual hace que el corazón de él también se rompa. Entre tanto, la enfermedad avanza, ya está en su cuello, ha llegado a la altura del altísimo cuello vuelto de su jersey, e incluso una o dos escamas grises están apareciendo en su nariz. Y una mañana, en el límite del último día en que el tipo puede mantener su deteriorado aspecto escondido de su novia, la mañana posterior a una desastrosa y grave pelea con su chica, él aprovecha que ella está sentada en el baño, llorando, para salir de la cama y abrigarse bien para pillar un taxi que lo lleve a la consulta de su doctor.”
“...”
“Bien. El doctor, como es comprensible, se muestra bastante disgustado porque no lo haya llamado durante todo este tiempo, ¿en qué estaba pensando?, se dice. Y el doctor se manifiesta preocupado sobre el estado de la enfermedad, y entonces echa un vistazo al hombre y examina su lengua y dice que esto solo se resolverá con un novedoso y caro tratamiento que administran en Suiza, y que si se retrasa un segundo más la enfermedad acabará consumiéndolo hasta el punto de volverse irreversible, y aunque él seguirá vivo, se volverá alguien gris y escamado y deformado para siempre. Entonces el doctor mira a su paciente y dice que tiene que salir de la consulta, y recomienda que aproveche ese tiempo para reflexionar sobre su futuro. El doctor piensa que su paciente se ha vuelto loco por no haber elegido ya la opción de Suiza. Así que el hombre enfermo se sienta en la consulta, solo, abrigado de pies a cabeza, con sus manoplas para esquiar a causa de su metaobsesión. Pero finalmente accede a una iluminación, la cual no debe entenderse como sutilmente representada por el rayo de luz que en ese preciso instante rompe de entre las densas nubes que pueblan el cielo ese día e irrumpe a través de la ventana de la consulta y pega en la cara del hombre, aunque en cualquier caso percibe un golpe de inspiración que hace que se plantee que lo más importante del mundo es su maravillosa y adorable novia y el amor que media entre ambos, y eso es lo que verdaderamente importa, así que decide llamarla y contarle toda la verdad y nada más que la verdad, y convencerla para que salga del apartamento y firme la hoja de retirada de sus ahorros de toda una vida, de modo que él pueda salir pitando para Suiza ese mismo día.”
“La virgen.”
“Y la historia termina con el hombre sentado en el despacho del doctor, con el teléfono en sus manoplas, escuchando el tono de la llamada al otro lado de la línea, que suena durante bastantes tonos aunque no durante un lapso de tiempo tan largo como para considerar que está haciendo el ridículo, aunque suficiente como para no tener del todo claro si su novia está o no allí, en el piso de ambos, es decir que duda sobre si ella haya podido largarse, quizá por su propio bien. Y así es como acaba la historia, con el hombre allí y el teléfono sonando en sus manoplas para esquiar, y el rayo de sol que atraviesa la ventana del médico y pega en la cara del enfermo.”
“Cielo santo. ¿Vas a emplear esa historia?”
“No. Demasiado larga. Es una larga historia, más de cuarenta páginas. Desastrosamente escrita, por cierto.”
“...”
“Lo mires por donde lo mires no es divertida.”
“...”
“...”
“Y ahora, ¿vas a decirme cómo llegaste a saber tanto sobre eso?”
“Saber tanto sobre qué.
“Sobre el vacío de segundo grado. Realmente te sorprendiste porque no tuviera ni idea del vacío de segundo grado.”
“¿Qué quieres que te diga? Soy un hombre mundo.”
“...”
“...”
“¿Te hace un jengibre?”
“No por ahora, pero gracias.”


'The Broom of the System', David Foster Wallace, ed. Abacus, pp 22-27. Traducción de AJR.

martes, 18 de agosto de 2009

Mondo Sonoro como Libro de Cabecera: Esbozos comparatistas entre el pop de los EE UU atlánticos y europeístas y Europa

Se ha repetido en incontables ocasiones: la ausencia de una tradición facilita que EE UU asuma riesgos impensables en Europa, pero probablemente sea igualmente necesario apuntar a la prosperidad económica que legitima un estatus de vida al que con posterioridad seguimos las colonias a este lado del charco. Piénsese en la comparación entre el pop y la literatura woodyalleniana de los recientemente mencionados 'God Help the Girl' y Phillip Lopate frente al canon berliniano de la música pop en Europa y Madrizentro, a saber, y no necesariamente por este orden, The Secret Society, José González y Underwater Tea Party: Mientras la conciencia de clase de los primeros es evidente de un modo desmedido, verdaderamente autoconsciente, de lo que puede presumirse el agotamiento que sigue y la necesaria renovación de fetiches, los otros tres resultan bastante más crípticos desde una lectura marxista, casi a la búsqueda aún de una identidad de grupo. Sea como fuere, el lugar común catapultado por cualquier oyente a la escucha de TSS, JG y UTP desde su iPod en el patio de butacas es la espigada muchachada con camisa de leñador adquirida en 'Lefties', tenis y bluyins; tipos que todavía hacen gala del espíritu '-Ur': no alquilarán lofts, de acuerdo, pero sí ocuparán viejos departamentos en el 'downtown' de la metrópolis europea a cualquier precio, y por supuesto blandirán bastones ante la sola mención de especular con los cafés de viejo o salas de concierto indie sustituidos por asépticos neones de franquicia. Hasta cierto punto, late un residual ideario proletario-punk de urbanita explotado por un curro fool; o como Marti Perarnau dice en una entrevista para Lainformacion.com: “No vamos a vender discos ya. La gente no se lo va a comprar por 17 o 10 euros. Tiene que ir al Mercadona a comprarse la comida.” Un colono gringo habría apelado a centros comerciales de connotaciones más sofisticadas para representar su rutina. Ergo, ante este panorama, resulta tentador hacer apuestas sobre el estado del pop en la España Cañí Modelna tras la recuperación económica. Algo así como guitarrazos a la salida de Starbucks, o qué.





Semiótica de Nacho Vidal (extracto de mi 'nouvelle' bizarra en construcción 'El malestar de la España Cañí Modelna')

[...] como que follar a lo bruto, rabioso, simboliza el deseo de reexperimentar el dolor y la pureza en una Virgen, y hay algo muy pero que muy esencialista y cristalino en este gesto, por mucho que las feministas de la Old School se empeñen en mirar al porno y acusarlo de desecar cerebros [...]

domingo, 16 de agosto de 2009

Hermenéutica cultural sobre un videoclip de 'God Help the Girl' (O: Mnemotecnia solipsista en torno a la deriva 'indie' de los tiempos modernos)



Facebook como género literario 'reloaded': "Antonio J. Rodríguez: a pesar de todo, su espíritu esconde aún residuos de radiaciones catódicas ante el europeísmo neoyorquino-woodyalleniano de un posible Pat Bateman que toma alegres frappus con Jessica Parker y teclean artículos de pornosoft en el iMac Apple dentro de la Big Apple; y arrastra al extremo de lo paródico la pretensión encomiable de inocular reputación al icono del siglo XXI que encarna el matrimonio Monsieur&Madame BoBory”. La cita tiene que ver con una recomendación sobre la versión que God Help the Girl hace del tema de Belle & Sebastian Funny Little Frog: A nivel lírico, se trata de una rutinaria canción de romance (“I come home late and lover your soul”, etcétera) que comporta exiguos niveles de riesgo poético; en otras palabras, y si es posible trasladar el debate poético a la canción, la escritura que hallamos aquí es machadiana, intemporal. Como dice Colinas en el interesante prólogo que hace a la reciente antología 'Nuestra poesía en el tiempo' (Siruela), poesía como “género literario 'a contracorriente' de los mensajes habituales, de los mensajes de nuestro tiempo”. Casi aforística y lapidaria, en palabras de Nietzsche: “la buena frase, demasiado dura desde el punto de vista del tiempo, imperecedera en medio de todo lo que cambia”. Es por ello por lo que esta clase de creaciones no concluyen con la música en sí, sino en su puesta en escena: fotografías de grupo y videoclips. Como los actores del porno (con conciencia de clase) de Erika Lust, los integrantes de God Help the Girl trabajan con 'laptops' potentes ('Netianas', como Remedios Zafra): Se presumen representantes de profesiones liberales, especialmente sensibles respecto a la producción de capital simbólico, incluso de aquel contracultural (el guionista del clip vio pertinente que stencils tuvieran una tímida presencia). Material de estudio para Dave Brooks: “Pese a que desearías odiarlos, a duras penas puedes evitar experimentar una punzada de aprobación al ver a esos dioses del currículo.” Lectores de revistas para decorar el loft pero probablemente también de 'Esquire'. Consumidores de pizza, aunque delaten una erótica fisonómica —e intelectual— insoslayable. Chicas sexys, sí, pero por iniciativa propia, es decir no por influencia subliminal del medio AV. Indies herederos del imaginario presente en series como 'Friends' o 'Edición anterior', y por supuesto, 'Sex in the city' (de ahí el idílico matrimonio que compondría una Jessica Parker capaz de ablandar al mismísimo Chris Bale). Bebedores de té, café o infusiones; estimulantes blandos, en cualquier caso. 'Soft life': amantes de los paseos bucólicos y ropa de abrigo. Fin del camino punk, salvaje. Iconos del capitalismo rosa (Illouz) y del cosmopolitismo descolonialista —nótese la presencia de la corista negra, encargada de agregar la veta soul—. Ciudadanos que abandonaron la metrópolis para acudir a espacios sin estrés aunque mantengan el contacto con los epicentros financieros (¿reinventar a Richard Florida?). Como advertí en mi reseña de 'Segundo matrimonio', la deriva socialfilantrópica del capitalismo ha permutado al Michael Douglas de 'Wall Street' (años 80-90) como baluarte existencial por cualquiera de los papeles que Woody Allen otorga a sus actores (siglo XXI). Para bien o para mal, todo nace y muere en Anglosajonia.

Posmodernidad 'Rapper': Adictos a la pirueta lingüística

Ensayos de Facebook demencialmente concentrados como zumo exprimido por la mano de Shaq O'Neal rezan: “Antonio J. Rodríguez: si le pusieran una escopeta en la sesera y le obligaran a trazar una relación interdiscursiva improvisada entre los excesos maximalistas y virtuosismos formales de Foster Wallace y la música rap, qué duda cabe, diría: LIKE YEAH! Con Tech N9ne & Krizz Kaliko la hiperversatilidad vocal está asegurada.” En otras palabras, recuerdo a Juan Marqués bromeando sobre la narrativa maximalista norteamericana durante la presentación de 'Órbita' en Madrizentro; algo así como: “A algunos autores les falta poner una nota a pie de página que diga: ¿Habéis visto qué frase más GUAPA acabo de hacer?” Huelga recordar el amor que profeso a ese hatajo de nazis de la sintaxis y el vocabulario y pirotécnicos verbales, del mismo modo que apoyo su extrapolación a la música rap. Ante esto, pienso en Busta Rhymes como uno de los padres de las frases interminables y el abanico de flows disparatados desde míticos tracks como 'Break ya neck'. El debate entre los artificios efectistas de voces y baterías Timbaland frente a los Old School Rude Boyz del 4x4 y letras posibles de seguir en conciertos por Oyentes Medios tiene reminiscencias evidentes en literatura. De modo que desde IB-LABS® solo podemos hacer apología de lenguas víboras como las de Tech N9ne y Krizz Kaliko —de formación operística, según informan Los Chicos del Barrio—. Aquí una humilde recomendación. Si quieren más, Kaliko acaba de publicar 'Genius'. Cuidado con las vértebras.

Cachondeo celulítico. Todo lleva carne; o, también: “Hey, tía, pareces un jodido píxel”. Apuntes sobre el tabú de la grasa.




Uno. Descubro gracias a un correo de Vicente Luis Mora a Krudas Cubensi cantando La gorda: Como las anteriormente aquí mencionadas fotografías de Jaime Taete y Terry Richardson o la significación sardónica de Putilatex, el rap trasatlántico es pionero en recordar la voluntad democrática del capitalismo postindustrial cuando erige a la categoría de líder de opinión el modelo de negro con el píloro dinamitado por los excesos de cubos de pollo barbacoa en Kentucky Fried Chicken. Luego dirán que los negros no inventan cosas.

Dos. Al igual que los cigarrillos, las yonkilatas que portan en el transporte público ciudadanos de dudosa reputación (siempre a los ojos de la hegemónica clase BoBo en Europa, óptica que condiciona —admitámoslo— la escritura de este post) o el hachís, la comida puede llegar a alcanzar la categoría de falsa conciencia en el inconsciente proletario. Frente a placeres o mecanismos de evasión más deseables, proyectores además de nuevas habilidades para el individuo moderno como puedan ser el viaje, el spinning o el sentimiento pseudoreligioso New Age, propuestas que precisan una inversión financiera a priori mayor que las primeras tres, comer como el apócrifo precedente de la bulimia Epicuro implica construirse un eje devocional a partir del cual dotar de sentido a la existencia; clave de las adicciones, en definitiva, pues buena parte de la población que es adicta a algún producto o actividad en realidad no busca sino motivaciones y una jerarquía de su sino (ocurre, por ejemplo, en las producciones culturales que versan sobre cultura underground: contraste entre trabajos alimenticios y esfuerzo extra/ extralaboral para desarrollar obras sublimes)

Tres. Don Delillo justifica la adicción a la comida como falsa conciencia proletaria: “Cuando corren malos tiempos, la gente se muestra ansiosa por sobrealimentarse. Blacksmith está llena de adultos y niños obesos, con piernezuelas regordetas, que caminan anadeando ataviados con pantalones holgados. Se les ve esforzándose por emerger de sus automóviles utilitarios; se ponen sus chándales y corren en familia a través del paisaje o caminan calle abajo con la cara manchada de comida. Comen en los grandes almacenes, en los coches, en los aparcamientos, en las colas de los cines y los autobuses, bajo los árboles majestuosos.” ('Ruido de fondo')

Cuatro (Sociedad hiperadicta, adición de adicciones, metaadicción): Estar enganchado a la comida, al tabaco o a la cocaína para mantener el Zeitgeist workaholic.

Cinco. Los mecanismos del chiste no responden a modas o estratos sociales, sino que parecen una misteriosa constante a lo largo de los tiempos. Reírse (públicamente o no) de un tropezón ajeno, de un chiste escatológico o de un espectro social débil o desfavorecido es algo constatado a cualquier nivel salarial o cultural. Así, encontramos manifestaciones creativas que —abriendo interrogantes sobre el valor de la ironía (algo casi siempre imposible de interpretar con exactitud)— se mofan de: niños, mujeres, disminuidos psíquicos o países subdesarrollados. La crítica más obvia es que el humor sobre minorías o desfavorecidos legitima un orden arcaico, si bien en función de la dimensión donde proceda así contará o no con un componente político. Otra vez: totalitarismos de corrección y asepsia frente a la apertura de la espita para liberar el peso de la coacción en la psique del ciudadano moderno. Como el sueño, jugar videojuegos sanguinolentos, masturbarse ante el cum-shot de un DVD porno o leer al “sargento del sexo” que es Sade (Foucault), son actividades que tienen lugar en una dimensión ciudadana estéril, pero que en cambio ejercen una legítima función terapéutica frente a la prisión panóptica de la civilización —una función que, por cierto, ocurre en cualquier producción cultural, de Cervantes a Torbe. O como dice La biblia: La paja, mejor en el ojo ajeno.

Seis. Acudan a la interesante glosa de la anorexia contenida en 'Devenir perra', de Itziar Ziga. Aquí una introducción: “Se puede afirmar que la anorexia nerviosa es una enfermedad cristiana y femenina. Nació con la cristiandad, no se da en mujeres musulmanas, ni judías, ni japonesas. Y apenas se da entre hombres, menos aún en varones heterosexuales.”

Siete. Reírse de los gordos está vetado. Interpelar a alguien “estás fofo, podrías esconder un perro mojado bajo tu tripa” es impensable, a no ser que la afirmación proceda del propio individuo. Esto vuelve a remitir (para permutar términos) al libro de Ziga: “Para la opinión pública, sólo se puede ser puta, perra o zorra cuando otro lo dice, no cuando una lo exclama.” El tabú del sobrepeso (nótense aquí las connotaciones marginales del concepto) llama a gritos a la “carnavalización de la conciencia” [Batjin sobre Rabelais: viene al peso]. Nuestro régimen, más todavía en el caso de las mujeres, favorece la paranoia. “Ni se te ocurre hacer bromas sobre su constitución, no vaya a ser que coja un trauma y acabe anoréxica, animal”. Error: soslayar el carácter lúdico de la corporeidad. Nuevas prisiones superyoicas. Necesidad: resituar en el canon a Rubens para replantear los divertimentos de la carne. Mofarse de los gordos y anoréxicos hasta que la mandíbula se caiga a pedazos, pero con estaylaz. Decir: “Estás fofi”, y advertir la presión sanguínea.

Ocho. Bonus Track: Hoy, en nuestro querido suplemento 'Libre', Gonzalo de Pedro firma un reportaje muy pero que muy fondón.

sábado, 15 de agosto de 2009

Roudinesco Bonus Track: Soluciones paródicas contra el capitalismo de los sentimientos y el matrimonio selectivo

Sade preconiza como fundamento para la República una inversión radical de la ley que rige las sociedades humanas: obligación de la sodomía, el incesto y el crimen. Según dicho sistema, ningún hombre debe ser excluido de la posesión de mujeres, pero ninguno puede poseer a una particular. En consecuencia, las mujeres no sólo deben prostituirse—tanto con mujeres como con hombres—, sino también no aspirar a otra cosa que a la prostitución durante toda su vida, puesto que ésta es la condición de su libertad.

Roudinesco, en referencia a 'Franceses, un esfuerzo más si queréis ser republicanos'

Los trapos sucios sobre la mesa (reseña de 'Nuestro lado oscuro', de Élisabeth Roudinesco, hoy en 'Público')

¿Fue el Marqués de Sade un visionario al iniciar el “culto al poder olfativo de los excrementos”? ¿Quién propone el límite entre la norma y la desviación? ¿Es gratuita la confusión entre pedofilia y pederastia o hebefilia? Desde el libertinaje dieciochesco de Las amistades peligrosas a un Freud que recuerda la interpretación de la homosexualidad como degeneración nerviosa, y la creación en 2006 del partido holandés NVD, dedicado a replantear la edad legal para mantener relaciones con menores, la época moderna no ha cesado en su obsesión por resolver el enigma del sexo y su relación con el mal. Y es precisamente por ello por lo que resultan bienvenidos trabajos como Nuestro lado oscuro (Una historia de los perversos), último descubrimiento ensayístico dedicado a aportar pomadas y diazepames para una sociedad encorsetada por el tabú, que sufre las consecuencias de una dudosa educación emocional/ sexual. Lo que Elisabeth Roudinesco (1944) organiza aquí, pues, es un recorrido histórico por la expresión libidinosa de la perversión (inclúyanse las cometidas por las santas místicas), pero también por aquella otra pulsión asesina, como es el caso de Auschwitz. Zigzagueando entre referentes indispensables (Sade, Bataille, Foucault), y viejos hitos ahora rescatados (Krafft-Ebing), el texto reabre interrogantes necesarios como el origen de la perversión (¿Naturaleza humana o cultura?) para concluir que, tal vez, constituya “una necesidad social.”

jueves, 13 de agosto de 2009

Yo soy mi peor enemigo (Elogio a 'Ágape')


Ágape se paga: Como pinturas negras, imposible no temblar ante la amargura de este Gaddis póstumo – Elitismo narrativo que culmina un proyecto pensado para hacer tambalear cimientos. ¿Pero de quién? Escritura para escritores, eso es – Por ende, su oscuridad delata la apisonadora que de un manotazo fulmina al impertinente Lector Medio®, esa pesadilla zombie: Gaddis connota misantropía, dolor, hacia cualquier estrato intelectual inferior al suyo, y nosotros amamos a Gaddis (somos miles y ellos son millones): Imposible no afligirse cuando admitimos su capitalismo humano. Otro conato de ilustración que deviene ausencia de entendimiento. Excesiva la distancia que media entre su benevolencia apenas eugenésica y aquellos otros candidatos a alumnos de su obra. La hipnosis de su ritmo. Sin relámpagos. Exquisitamente ajeno a los rayos catódicos. ¿y a todo esto su libro de qué trata, señor Joyce? No es que trate de algo, señora, es que es algo. Ficciones orgánicas, de eso se trata. Y Jordi Doce: “Ese instante fatal en que un escritor se convierte en negro de sí mismo” (Poética y poesía), pero peor es aún ese instante fatal en que un escritor se convierte en su propio y peor enemigo. Mirar atrás, descifrar el momento en que el vuelo alcanzó su mayor altura. Asumirlo, ser honesto. O: Culpabilidad, la metástasis del escritor moderno. Previsible que Franzen se refiriera a él como a un ser querido con Alzheimer. A menos que seas un buen amigo, es mejor no ver a alguien sufriendo de ese modo. Leer su “yo que podía hacer más” implica entenderlo todo de golpe, un aleph del cual emergen todas las obras:
“digo yo que es nuestro deber edificar a las masas, que es nuestra vocación edificar al género humano, incluidos aquellos a los que uno cree que podrá enseñar sin saber nada, ya que los artistas y poetas enseñan de un modo inconsciente, esa literatura, esa música, esa pintura todas las artes no son más que un batiburrillo de estupideces y falsedades si las masas no las respaldan porque dónde está a ver sí, sí, aquí mismo. “Tal vez no entienden y no quieren entender nuestro lenguaje literario porque no se amolda a ellos y porque están en proceso de inventar su propia literatura”, escribió Tolstói, hemos de escribir lo que quieren o no escribir en absoluto, “somos miles y ellos son millones”, escrie Tolstói, obedecer la ley de la mayoría hablar de la tiranía de la mayoría mira tú ahí está Ezra Pound resuelto a ensanchar el abismo hasta el punto de que el artista serio permite que los valores de su público conformen su propia visión de las cosas, miente, no podrá decir que Tolstói no iba en serio, ¿o sí que puede?, ni que nuestro lenguaje literario no se amolde a ese rebaño común de millones de personas al azar que andan por ahí sueltas a lo mejor resulta que sí que inventan el suyo, ¿has ido últimamente al cine? ¿Has escuchado las letras, incluso las de las canciones? Tío o sea ya menterao soplapollas de mierda chúpame el rabo joputa cada cual es su propio artista en esta democracia de las artes en línea con Walt Whitman y su canto este cuerpo eléctrico ¿no es así? Un clásico norteamericano como Hojas de hierba dice que el mérito del poeta viene determinado por la multitud Dios del cielo, escribe lo que quieren y terminarás con un Premio Pulitzer que no te dejará a sol ni a sombra hasta que dé con tus huesos en la tumba. A lo mejor ganó la Medalla de Honor la Cruz de George e incluso el Nobel pero una vez estigmatizado con el sello definitivo de la mediocridad en su necrológica se dirá Novelista galardonado con el Pulitzer muere a la edad que sea porque no es el ganador lo que se publicita ni mucho menos. No, es toda esta plaga de premios donde quiera que uno mire, son los que dotan los premios los que se promocionan solos, los que tratan de rescatar su profesión, completamente desacreditada, del periodismo. “La prensa es una escuela que sirve para convertir a los hombres en bestias”, escribe Flaubert a George Sand, “porque les alivia de la tarea de pensar”. ¿Los premiados? No son más que aderezos, caricatos, periodistas, deportivos, entendidos de la política, fotos en primera plana y cuanta más sangre mejor si en ese instante de fama queda envuelto el pescado de mañana, Dios del cielo, ¿cuántos Premios Pulitzer andan por ahí sueltos?”

“Vejez que marchita la arrogante juventud y peor aún, las obras de la juventud arrogante y el libro que escribí entonces, mi primer libro, se ha tornado mi enemigo, o Dio, odium, la rabia y la energía y la ilimitada excitación la única realidad en la que la obra que se ha tornado mi enemigo acaba de una vez y el único refugio de la alucinación que lo es todo ahí fuera es el mayor el que te transforma Dios del cielo Pózdnyshev […] Ésa era Juventud con su intrépida exuberancia cuando todo lo que se dice todo era posible perseguida por Vejez donde estás ahora, mirando atrás a lo que destruimos, a lo que arrancamos del yo que podía hacer más, y su obra que se ha tornado mi enemigo porque de eso es de lo que puedo hablarte, de esa Juventud capaz de todo.”