It is simply not sustainable to have a 21st century financial system that is governed by 20th century rules and regulations that allowed the recklessness of a few to threaten the entire economy. It is not sustainable to have an economy where in one year, 40% of our corporate profits came from a financial sector that was based too much on inflated home prices, maxed out credit cards, overleveraged banks and overvalued assets; or an economy where the incomes of the top 1% have skyrocketed while the typical working household has seen their income decline by nearly $2,000.
President Obama Economic Speech at Georgetown: “A New Foundation”
El capitalismo no acabará en 2009 como acabó el comunismo en 1989. Está demasiado arraigado y es demasiado variado y demasiado adaptable para sufrir una muerte tan brusca. Existen hoy en el mundo muchas más variedades de capitalismo que las que hubo en su día de comunismo, y esa diversidad es uno de sus puntos fuertes. El arco iris va desde el salvaje oeste hasta el salvaje oriente, y abarca grandes variantes nacionales de la economía de mercado, como China, que los puristas dirían que no son capitalismo en absoluto. Por consiguiente, algunas versiones del capitalismo capearán el temporal; otras quedarán en ruinas o, al menos, sufrirán reformas sustanciales.
A esta última categoría parece pertenecer una versión “neoliberal” extrema de la economía de libre mercado, caracterizada no sólo por la amplia desregulación y privatización, sino también por un espíritu de avaricia digno de Gordon Gekko, y que sólo se practica plenamente en algunas áreas de las economías anglosajonas y poscomunistas.
Hacia un nuevo capitalismo, Timothy Garton Ash, El País Domingo, 10 de mayo de 2009.
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