Páginas

domingo, 30 de agosto de 2009

Traducción de 'The Broom of the System', David Foster Wallace, capítulo 4

TRANSCRIPCIÓN DEL ENCUENTRO ENTRE EL HONORABLE RAYMOND ZUSATZ, GOBERNADOR DEL ESTADO DE OHIO; MR. JOSEPH LUNGBERG, ASESOR DEL GOBERNADOR; MR. NEIL OBSTAT, ASESOR DEL GOBERNADOR; Y MR. ED ROY YANCEY, VICEPRESIDENTE DE INDUSTRIAL DESERT DESIGN, DALLAS, TEXAS; 21 DE JUNIO DE 1972.

GOBERNADOR: Caballero, algo no funciona.
MR. OBSTAT: ¿A qué se refiere, presidente?
GOBERNADOR: Me refiero al estado, Neil. Algo no funciona en nuestro estado.
MR. LUNGBERG: Pero presidente, el desempleo es bajo, la inflación es baja, los impuestos no han aumentado en dos años, la contaminación disminuye, a excepción de Cleveland y esos cabrones que se preocupan por Cleveland —es broma, Neil—, pero presidente, la gente le adora, ha sentado precedente en cuanto al liderazgo en los sondeos, la investigación y desarrollo en el estado son siempre elevadas...
GOBERNADOR: Para ahí. Ahí es donde vamos.
MR. OBSTAT: ¿Podría explicarse, presidente?
GOBERNADOR: Las cosas van demasiado bien. Y eso es una trampa.
MR. LUNGBERG: ¿Una trampa?
GOBERNADOR: Muchachos, el estado está ablandándose. Ahí fuera se percibe debilidad. Vamos camino de convertirnos en un mastodóntico barrio residencial, parque industrial y centro comercial. Hay demasiado desarrollo. La gente está volviéndose complaciente. Olvidan la historia de un estado que ha tenido que curtirse para erradicar su salvajismo. Ya no hay nada que curtir.
MR. OBSTAT: Ahí le ha dado, presidente.
GOBERNADOR: Necesitamos un páramo baldío.
MR LUNGBERG y MR. OBSTAT: ¿Un páramo baldío?
GOBERNADOR: Caballeros, necesitamos un desierto.
MR LUNGBERG y MR. OBSTAT: ¿Un desierto?
GOBERNADOR: Caballeros, un desierto. Un punto de referencia salvaje para la buena gente de Ohio. Un lugar que temer y amar. Una región estéril. Algo que recuerde cómo nos hemos curtido. Un lugar sin centros comerciales. Un alter ego para Ohio. Cactus y escorpiones y el sol poniéndose. Desolación. Un lugar para que la gente deambule sola. Para reflexionar. Al margen de todo. Un desierto.
MR. OBSTAT: Gran idea, presidente.
GOBERNADOR: Gracias, Neil. Señores, permítanme presentarles a Mr. Ed Roy Yancey, de Industrial Desert Design, Dallas. Ellos hicieron Kuwait.
MR. LUNGBERG: Vaya, hay un montón de desierto en Kuwait.
MR. YANCEY: Bien, caballeros, el gobernador y yo hemos llegado a un acuerdo, y si me permiten captar su atención hacia este mapa, aquí...
MR. OBSTAT: Eso es Ohio, de acuerdo.
MR. YANCEY: El lugar que tenemos en mente está en el sur de su gran estado. Aproximadamente... aquí. De hecho, comprende de aquí a aquí. Ciento cincuenta kilómetros cuadrados.
MR. OBSTAT: ¿Alrededor de Caldwell?
MR. YANCEY: Sí.
MR. LUNGBERG: ¿No hay por ahí un buen número de personas viviendo?
GOBERNADOR: Recolocación. Dominio inmediato. Un desierto no respeta nada. Debe encajar con la totalidad del concepto.
MR. LUNGBERG: ¿No está eso bastante cerca del Parque Nacional de Wayne?
GOBERNADOR: Ya no.
(Mr. Lungberg silba)
MR. OBSTAT: Oiga, mi madre vive cerca de Caldwell.
GOBERNADOR: Afectará a su hogar, entonces. Es parte del concepto. El concepto tiene que afectar a su casa. Curtirse es violento, Neil. Vamos a curtir desde lo salvaje al margen de la blandura en este estado. Afectará a las familias.
MR. LUNGBERG: Se le ve entusiasmado con el proyecto, ¿me equivoco, señor presidente?
GOBERNADOR: Joe, nunca he estado más entusiasmado. Es lo que el estado necesita. Lo sé.
MR. OBSTAT: Usted será parte de la historia, presidente. Será inmortal.
GOBERNADOR: Gracias, Neil. Únicamente pienso que estoy haciendo lo correcto, y después de hablarlo con Mr. Yancey, he de decir que solo puedo estar entusiasmado. Ciento cincuenta kilómetros cuadrados de una cegadora nada de arena blanca. Aunque por supuesto también habrá algún lago, en los límites, para que la gente pueda pescar...
MR. LUNGBERG: ¿Por qué arena blanca, presidente? ¿Por qué no, digamos, arena negra?
GOBERNADOR: Me parece bien, Joe.
MR. LUNGBERG: Bien, si de lo que se trata realmente es de contraste, alteridad, malditismo, ¿deberíamos hablar también de algo siniestro? A mí me sugiere eso.
GOBERNADOR: Lo siniestro encaja, me parece correcto.
MR. LUNGBERG: Bien, Ohio es un bonito estado blanco: las carreteras son blancas, la gente tiende a ser completamente blanca, el sol brilla de un modo hermoso aquí... ¿No sería mejor contraste ciento cincuenta kilómetros de arena negra? Hablamos de algo siniestro. Y lo negro absorbería mejor el calor. Algo realmente cálido, aumentemos el aspecto maldito.
GOBERNADOR: Me gusta. ¿Tú qué dices, Ed? ¿Pueden los cactus y los escorpiones vivir sobre arena negra?
MR. YANCEY: Imagino que no habrá ningún problema.
MR. OBSTAT: ¿Y qué hay del precio de la arena negra?
MR. YANCEY: Probablemente sea algo más cara. Tendría que hablarlo con los del departamento de Arena. Pero presiento que puedo comprometerme a decirles que sería una opción viable en el contexto de su proyecto.
GOBERNADOR: Hecho.
MR. LUNGBERG: ¿Cuándo empezamos?
GOBERNADOR: Inmediatamente, Joe. Curtirse es por naturaleza algo rápido y violento.
MR. OBSTAT: Presidente, permítame decirle que estoy emocionado. Tenga mis felicitaciones, de hombre a hombre y de ciudadano a gobernador.
GOBERNADOR: Gracias, Neil, pero mejor vete y díselo a tu madre. Eres un buen tío.
MR. OBSTAT: De acuerdo.
MR. LUNGBERG: ¿Y qué hay del nombre, presidente?
GOBERNADOR: ¿Un nombre? Ese es un punto muy interesante. Jamás había pensado en el nombre.
MR. LUNGBERG: ¿Puedo hacer una sugerencia?
GOBERNADOR: Hágala.
MR. LUNGBERG: El Gran Desierto de Ohio.
GOBERNADOR: El Gran Desierto de Ohio.
MR. LUNGBERG: Eso es.
GOBERNADOR: Joe, es un nombre impresionante. Me quito el sombrero ante ti. Anuncia tamaño, desolación, grandiosidad, y además dice que está en Ohio.
MR. LUNGBERG: ¿No es demasiado presuntuoso?
GOBERNADOR: En absoluto. Encaja a la perfección.
MR. OBSTAT: Me quito el sombrero ante ti, Joe.
MR. YANCEY: Estupendo nombre, Joe.
GOBERNADOR: Entonces lo tenemos todo. Concepto. Desierto. Color. Nombre. Todo lo que falta es curtirse.
MR. YANCEY: Vayamos a ello, pues.


'The Broom of the System', David Foster Wallace, ed. Abacus, pp 53-56. Traducción de AJR.

4 comentarios:

Luna Miguel dijo...

En realidad la buena versión era esta:



MR. OBSTAT: Ahí le ha dado, presidente.
GOBERNADOR: Necesitamos un páramo baldío.
MR LUNGBERG y MR. OBSTAT: ¿Un páramo baldío?
GOBERNADOR: Caballeros, necesitamos un desierto.
MR LUNGBERG y MR. OBSTAT: ¿Un desierto?
GOBERNADOR: Caballeros. Necesitamos a Valente.




(Hihi Bisou).

Ibrahim B. dijo...

Pues yo creo que lo que Valente necesitaba era hablar un poquito más de langostas.

Es broma, ciudadana de Cleverland.

camaradeniebla dijo...

Onfalós :-)

Hongos dijo...

Gracias por tu labor. Este es uno de mis fragmentos favoritos de "The broom", junto con la historia del bebé que sufre daños irreversibles cada vez que llora. A ver cuando la publican de una vez aquí. Saludos.