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sábado, 17 de enero de 2009

'Concuspic(i)encias'

Consideras: las relaciones sentimentales que tienen lugar en los últimos años de la secundaria, esa educación emocional aún sacando sus dientes de leche, y que por extensión, mal que nos pueda parecer, deglute a un segmento poblacional de perímetro más amplio de lo saludable, están jalonadas por una paranoia doble: el “no quiero resultar demasiado pesado” y el “no quiero que se olvide de mí” – cómo perpetuar un hostil estado de desconfianza al que describiremos como hobbesiano: Ready for War. Añádase a lo anterior un amplio abanico de lugares comunes, comportamientos por imitatio, o suerte de pésimo know how mamado de una cultura poco o nada acostumbrada a disertar sobre el flujo de las emociones. (Enseñen a los muchachos a sentir, y, les aseguro, se lo prometo con las rodillas clavadas en la arena, toda mi palabra en lo que sigue, que no darán muestras de arrepentimiento.) La imagen que obtenemos es, entonces, grotesca, grosera: consideramos al sujeto paciente que camina con una vara ensartada en el esófago, acartonado, trémulo: sus pasos responden a una gravedad como de Júpiter o lunar: le cuesta desplazarse con precisión; o bien háganse una idea de él con una mano que se abre y se cierra en su trasero de títere; alguien que habla de la imposibilidad de articular ideas como consecuencia lógica del abismamiento, repite ostentosamente frases archimanidas, y asume los celos a nivel inconsciente como una actitud conspicua; como la consolidación definitiva de una proyección noble del Otro. Cosas de estupidiario, ausencia de ideas. Lo más parecido a que «Una relación devenida metarelación, que se condena a reflexionar sobre sí misma, carece de vida.»

2 comentarios:

Luna Miguel dijo...

metaconcuspiciencia!

me he despertado a las 10 hahaha!


oye, mira nuestro poema irracional


esta noche fiesta Poe, espero ir porque viene mi madre


estoy estudiando aunque no lo parezca

Valentina Pov dijo...

¡Enseñen a los muchachos a sentir!
Gran frase. ¿Quién nos habrá enseñado a nosotros?

Saludos, Ib.