(O incluso: ¿Aceptamos Boyeurismo como perversión homosexual femenina? Secuelas de una sobreexposición a EP3)
Mucho mejor que lo que el DRAE propone sobre el concepto «cinismo» es la apreciación que Constantino Bértolo da en su cena de los notables [muy pronto, donde ustedes ya saben: documentos exquisitos a propósito de este ensayo] cuando habla de «rentistas del pesimismo». Conmovedor, ¿eh? Sumamos pues a “Trade Marks que pegan fuego en el portal de belén” y “Limon & Nada – Bafici – Le Trip: Sobre la modernez (¡!), o el capitalismo mola” el disco de Putilatex que lleva por título Domund como otro gesto más (y van tres capítulos en un mes) de tirar la toalla ante la imposibilidad y el agotamiento de arrostrar el mercado, varias décadas después de iniciados los primeros asaltos contra el mismo. Consumo y moda han hecho devenir gelatina la masa gris del ciudadano moderno: ¿Yyy?, es lo que parece preguntarse, en un acto posnihilista que nos encoge el corazón por entrañable, los muchachos de Putilatex; colectivo que se revuelve y responde a las entrañas ideológicas del punk para repensar lo crítico. «Moderno pero gorrino / ese es mi destino. / Sexo y electro / es todo lo que me meto», «Me toco pensando en mí», «El pop nos va a volver a todos gilipollas», son algunos de los manifiestos de intenciones que integran el LP, y que parecen apuntar al sadomasoquismo tanto como al acto plausible de conocimiento interior (¡!) y anticipación a los propios críticos de uno mismo. Mención especial merece el track «Mira una moderna», cuya literatura parte del conocido recurso que pasa por la recreación de los objetos fetiche definitorios en un espectro social equis, como si de un parque de atracciones temático o suerte de declaración de Poética se tratara —ya saben: taxonomía, taxonomía, taxonomía—. En «Mira una moderna» los botines con tacones y las medias de rejilla se elevan a la categoría de sublime, el Elástico y el Ocho y medio (erudición de malasañero: este dato difícilmente será comprendido por extranjeros) pasan a convertirse en catedrales del saber (¡!), y el sujeto moderno se nos aparece como un apóstata de sus orígenes («has pasado de tus amigos rurales, para hacerte el ambiguo siempre que sales»), que frecuenta, mejor dicho, está matriculado, en «audiovisuales». Claramente, Really Cool Sh*t.
Mucho mejor que lo que el DRAE propone sobre el concepto «cinismo» es la apreciación que Constantino Bértolo da en su cena de los notables [muy pronto, donde ustedes ya saben: documentos exquisitos a propósito de este ensayo] cuando habla de «rentistas del pesimismo». Conmovedor, ¿eh? Sumamos pues a “Trade Marks que pegan fuego en el portal de belén” y “Limon & Nada – Bafici – Le Trip: Sobre la modernez (¡!), o el capitalismo mola” el disco de Putilatex que lleva por título Domund como otro gesto más (y van tres capítulos en un mes) de tirar la toalla ante la imposibilidad y el agotamiento de arrostrar el mercado, varias décadas después de iniciados los primeros asaltos contra el mismo. Consumo y moda han hecho devenir gelatina la masa gris del ciudadano moderno: ¿Yyy?, es lo que parece preguntarse, en un acto posnihilista que nos encoge el corazón por entrañable, los muchachos de Putilatex; colectivo que se revuelve y responde a las entrañas ideológicas del punk para repensar lo crítico. «Moderno pero gorrino / ese es mi destino. / Sexo y electro / es todo lo que me meto», «Me toco pensando en mí», «El pop nos va a volver a todos gilipollas», son algunos de los manifiestos de intenciones que integran el LP, y que parecen apuntar al sadomasoquismo tanto como al acto plausible de conocimiento interior (¡!) y anticipación a los propios críticos de uno mismo. Mención especial merece el track «Mira una moderna», cuya literatura parte del conocido recurso que pasa por la recreación de los objetos fetiche definitorios en un espectro social equis, como si de un parque de atracciones temático o suerte de declaración de Poética se tratara —ya saben: taxonomía, taxonomía, taxonomía—. En «Mira una moderna» los botines con tacones y las medias de rejilla se elevan a la categoría de sublime, el Elástico y el Ocho y medio (erudición de malasañero: este dato difícilmente será comprendido por extranjeros) pasan a convertirse en catedrales del saber (¡!), y el sujeto moderno se nos aparece como un apóstata de sus orígenes («has pasado de tus amigos rurales, para hacerte el ambiguo siempre que sales»), que frecuenta, mejor dicho, está matriculado, en «audiovisuales». Claramente, Really Cool Sh*t.
2 comentarios:
Te voy a regalar mi chapita morada, para que todos los de tu uni sepan que eres una Modelna de mierda, con tanta taxonomia parribaypabajo.
moderna pero gorriona
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