En el sentir popular de la población urbana pocas cosas hay más desasosegantes que no tener control alguno sobre el tiempo que falta para que llegue el bus. No obstante, la firma Limon&Nada no encuentra problema alguno en colocar su publicidad en las marquesinas madrileñas, en donde observábamos (04/ 2008) un limón que comparte desagrado con el usuario de los autobuses de la EMT ante la irrefrenable huida del tiempo. De su tiempo.
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Insistimos: Algo está cambiando en el modo de anunciar. Particularmente simpática —las más de las veces, cínica—, resulta la publicidad que enaltece el defecto o lo que habitualmente es considerado como comportamiento punible. Lo vimos en Trade Marks que pegan fuego en el portal de Belén; ese abanico de marcas que abogan por acabar de una vez por todas con los (falsos) valores humanos que tradicionalmente se han vinculado a la navidad, sin por ello dejar de lado el lado divertido del consumo. En la misma línea, otro caso reseñable es la puesta en relación del espíritu indie visto por algunos narradores españoles y por algunos publicitarios argentinos. Así, mientras el narrador de Cut&Roll (de Óscar Gual) pronunciaba asertos miopes e intelectualmente aberrantes por etnocentristas, tipo «Ochenta y cinco jetas adornadas con sendas monturas de pasta lamentándose amargamente por no tener su ración semanal de cultura no popular», y mientras Carol París le sigue la corriente en Odio Barcelona con aquello de las «tropas gafapasti que sobreviven a la crudeza de los inviernos macbianos»; para publicitar el festival bonaerense de cine independiente, los muchachos argentinos subvierten lo excéntrico e iniciático del espíritu indie, precisamente con el fin último hacer sentir excluidas a las mayorías: «Si no es para vos, no es para vos», reza el eslogan de este impecable anuncio. Ni que decir tiene, se trata este de un cinismo —hasta cierto punto— positivo, pensado con objeto de anular fronteras en la jungla de espectros socioeconómicos urbanos, y cuyo único coste de oportunidad se deriva del consumo como herramienta de integración. O sea el bolsillo.
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Le Trip es una tienda de ropa ubicada en el barrio de Malasaña. Su eslogan ya es de por sí significativo: «Cool living under difficult circumstances», lo cual traduciremos para nuestros lectores no anglófonos como «Cómo ser guay y becario cientocincuentaeurista». Buena parte de sus camisetas parten de un imaginario de cultura patriochu(le)sca remezclada con vetas funky, si bien en su escaparate conviene detenerse sobre un estampado de sobresaliente éxito. Se trata de un stencil de Paco Martínez Soria al que acompaña el siguiente lema: «La ciudad es para mí». Llevar puesta una camiseta así no es algo accidental; es un gesto mediante el cual el usuario está admitiendo proceder de provincias, renegar de ello y ofrecerse a disposición completa de las veleidades que una ciudad como Madrid pueda exigirle. Pagué 19 pavos por la camiseta. No es demasiado cara.
2 comentarios:
Si no es para vos, no es para vos.
Llegan los tripulantes de in the navy ediciones.
JAJAJA. Gran Eslogan, qué duda cabe.
Saludos a la gente de in the navy. Me declaro fan incondicional.
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