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lunes, 23 de febrero de 2009

Von der Straße für die Straße: En torno al desorden bipolar en el capitalismo de los sentimientos

Revisando el excelente trabajo de Azad que lleva por título Der Bozz sorprende que poco más de un minuto sea la sección de tiempo encargada de separar la emotividad deprimida en fraseos tipo Ich war zu lange am Boden, zu viele Probleme, die mich lähmen, Yo, ich muss nach oben, Homie, viel zu lange am Boden, zu viele Krisen, ich könnt' um mich schießen, Muss nach oben, Bitch! (estribillo del track “Phoenix”) del egotryp espectacular, sin concesiones, que vuelca con aquello de Du bist stupid, move, ich bin der Typ, der Deine Crew fickt (track “Peiniger”). Probablemente pocos discursos creativos hayan entroncado más acertadamente con las pretensiones del mercado que el rap, pues si bien parece que la práctica totalidad de los mismos celebran los niveles más bajos de serotonina en la curva emocional del sujeto (la ficción, el que más; de la poesía mejor ni hablamos), como Erich Fromm o Frédéric Beigbeder con aquello de que al Estado/ Sistema le interesa producir sujetos mohínos a efectos de su manipulación; pocos son los que se atreven a irrumpir en el terreno de lo colérico y lo arrogante —aparte de la publicidad, claro, también a efectos de manipulación—: la coacción social y el tipo de contrato narrativo del medio literario impele a conservar cierta pantalla de mesura, acaso tendente a ratos a lo melancólico o patético. Entiéndase entonces el rap como expresión de un humanismo exacerbado en pleno capitalismo de los sentimientos (i.e., Illmatic, de Nas; Innere Sicherheit, de Curse; T.O.T.E, de Toteking; You Can't Imagine How Much Fun We're Having, de Atmosphere, etcétera, etcétera, etcétera), siguiendo la lectura economicista que Gary Becker hace en Tratado sobre la familia, y los desórdenes bipolares que ello genera. Toda una locura, pues, asistir a un directo de estos muchachos.

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