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martes, 18 de noviembre de 2008

Hallucinating Cocaine : Epílogo Post-Mortem[1]:

Imaginémonos a esos niños bien seducidos por la estética del mal (!) en ese espacio ni dentro ni fuera de la polis Capitalista® que es el Hip Hop Mainstream angloparlante: Philip LaRoca, Quincey Losada y Mustafá Berlín., afanados en el pan suyo de cada día noche, esto es en una angosta habitación del hood Triple Crown a.k.a El (auténtico & genuino) suburb de Madrid, y justo cuando los padres de LaRoca toman el bus nocturno para ir a trabajar en ¿…?, fumar cigarrillos de la risa —uno tras otro— mientras zapean el televisor entre videoclips que emite el canal teutón Viva™ y algún que otro film de culto europeo, encorvar la columna vertebral hacia izquierda o derecha cuando la comunión entre F_f_ 2008® en Pl_yst_t__n 3® & las manos & el mando acaece, y las conversaciones salpicadas de jerga Wassup, ngr, with yours, eh!? Entonces, decimos, en la calle, los neumáticos de un BMW™ Serie 1 se adhieren al asfalto sonando como locomotora de tren de tercera división a mediana escala. (Y los faros, rompiendo la niebla en una noche de invierno.) Uno de los tres, da igual, asoma su «body» por la ventana para contemplar cómo el gran Khamal Jaimie de la Hoya Alí les hace aspavientos desde la calle, sentado aún en el BMW™ Serie 1 de asientos de cuero blanco, con un pie en el asfalto húmedo, e insta a los muchachos de la Estética del mal a abandonar sus «juegos de niños». (fundido en negro) —A menudo… ¡j****!, es que no quiero que pienses que me he convertido en… en un radical por lo que voy a decirte, ¿okey? Pero entiéndeme. Mira ahí fuera: cajeros automáticos quemados, vallas publicitarias corrompidas por graffitis, estrellas de M_rc_d_s B_nz™ arrancadas de cuajo… ¿se puede saber quién nos defiende a nosotros? No me digas que a ti no te pasa por la cabeza. Cuando cambias de atmósfera, es casi… es algo así como si fuésemos un espectro minoritario, sin derechos, dentro de la sociedad que alimentamos, ¿no? O sea… ¿No has pensado nunca en lo divertido que sería armarnos con bates de béisbol y dar una buena paliza a todos esos cerdos hijos de p*** que queman los bancos, una noche, en cualquier parte del barrio de […]? Y entonces, ¡zas!, toma costilla rota, ¡c*****! ¿Oíste lo que dijo Sjöblom, no?, ¿eh, lo oíste? Esos «primates avanzados» nunca posan sus labios en nuestros capuchinos ice-cream de muerte. No aguantan la presión de lo delicado […] Hazme un favor, tío: abre la guantera ahí. (fundido en negro) Al cabo del día Isaías N. Lerroux[2] pronuncia el nombre de Clarice 391 veces. // Al cabo del día, Isaías N. Lerroux pronuncia el concepto genialidad en otras tantas 149. // (Sintomatología de la genialidad (!): Paredes & Armarios empapelados con post-it conteniendo triangulaciones de teorías; ojeras; portadas de suplementos culturales fotocopiadas clavadas al corcho; disolución del sentido del humor en un discurso zigzagueante y magnético: ensayado hasta lo dañino; al margen, baterías de libros de 13 en 13 apilados en cualquier parte; desdén por el sexo —¿dialéctica de reacción?—; conducta maníaco-depresiva; horas & horas con los ojos en blanco. Todos los referentes de Isaías N. Lerroux murieron de eso.) // Isaías N. Lerroux asiste a la desaparición del café de suelo ajedrezado con Clarice: En la ducha, en cuclillas, recibe el chorro de agua caliente (el aire deriva vapor casi irrespirable, hasta que al final se echa a llorar). Sabe que pretender la excelencia no le hará mejor persona, y sin embargo, admitámoslo desde este preciso instante, se declara romántico: cree en la eternidad. (fundido en negro) […][3] porque solo Ibrahím B. sabe preparar 24/7 los döner más sabrosos & refinados —deliciosamente turcos; pura crema para el paladar— del Reino, cada miércoles al anochecer nuestro personaje dinamiza las tertulias en el N_mr_t™ de Gran Vía, en donde hay cabida para fantasmas de pensadores decimonónicos & siglo xx. // Es en la noche del jueves 13 de noviembre cuando figura entre los asistentes a la tertulia Linda Equis-Equis, la misma depedienta sexy-sexy que aplica el beso en los mofletes a Ibrahím B. al paso de este por los sensores antirrobos en cualquier L_ft__s St_r_™. Pero también la misma de la cual el becario hallucinated de Sjöblom quedó prendado lavando sus trapos sucios en público —mirando por encima de la revista _sq__r_® el trasero de la joven cuando esta se inclina a meter sus prendas en el ojo de buey de la lavadora—. Razón de más para que, para sorpresa de su colega, Ullrich Casiraggi se levante de la mesa y arroje al suelo su comida tirando del mantel; y luego se dirija, celoso, a Ibrahím B. y le encañone la Magnum en la boca hasta que este dice algo así como que: «Febo fi yo folo [glup] quefía infit[¡BUM!]» // «¿¿¡¡QUERÍAS J**** CON IBRAHÍM, TÍIIIIO!!?? ¿¡CON IBRAHÍMMM?», dice el gran Khamal Jaimie de la Hoya Alí, loco de ira tras descerrajar un tiro al estómago de Ullrich Casiraggi, y luego apuntando a la sien de su colega, que sufre una micción in situ. Y tras ella, la risa impía de Jack Kerouac, Arthur Schopenhauer, Stephan Zweig & Cia. (fundido en negro) Continuará...




[1] Contiene Breve Historia de la Negritud Contemporánea Española (Caps. iii, iv & v) + Catálogo de Muerte (Cap. iv).

[2] Eterno incomprendido en los circuitos literarios, según es posible comprobar en versillos tales como «Me he sentido tan solo / que llegué a responder el spam.», o los extractos para el fanzine The Underground Review of Books (mayo de 2005), en donde cabe subrayar:

«No me cabe la menor duda de que el principal desafío al que se enfrentan las nuevas hornadas de escritores es el exceso de teoría; cosa que en cierto modo entronca con la sobreconceptualización del arte plástico, en aras del virtuosismo tradicional. Quiero decir con esto que yo veo a los chicos un poco asustadizos, ¿no?: desean con todas sus energías demostrar a los maestros que también ellos pueden ser neuronas cargadas de explosivos. Armamento de calidad; auténtica buena m*****, hermano. Pese a todo —seré honesto—, no veo que tengan las p****** donde deben estar. […] No sé, pero a mí esto de la metaliteratura siempre me pareció aburridísimo —aunque ello no signifique que no haya habido autores con una producción sorprendente para mi gusto—, a lo cual, de un modo más sofisticado, seguiría la estética de la hipercita. […] En verdad yo nunca estuve de acuerdo con los escritores que teorizaban para suplementos culturales de lunes a viernes, y de sábado a domingo se afanaban en la praxis, precisamente porque estaban supeditados al concepto: Sus historias, necesariamente, habían de albergar algún tipo de significado oculto, dado que ellos siempre buscaban exégesis a cada uno de los textos revisados. Y eso, cómo no, limitaba su intuición.»

O bien:

«Hay escritores que parecen necesitar de una tercera persona para empezar a largar cosas interesantes, ¿no te has fijado? Gente que escribe libros cuyo contenido es carne de vertedero (con perdón), pero que, sin embargo, cuando tienen a un periodista delante, los tipos se crecen y dicen cosas lucidísimas, verdades como puños. Te lo juro, es alucinante. Esos tíos deberían pagar a los periodistas por estimularles la neurona. […] Me gustan las entrevistas, y creo que a la gente también le gusta saber cómo piensan sus escritores favoritos fuera de la ficción. Por eso es por lo que quiero que la gente sepa como soy gracias a mis libros, y no tanto por mis declaraciones a la prensa especializada.»

E incluso:

«Concibo esta m***** como una suerte de aproximación al sentimiento underground. Al sentimiento de la calle, ¿sabes?, pero trasvasándolo de la música a la literatura. Uno no puede negar de donde procede, y, bueno… en fin… a mí se me sigue poniendo la carne de gallina cuando escucho a Cut Killer pinchando aquello de [se lo piensa, y luego se lanza a cantar tímidamente, casi susurrando] ¡Assassin de la police! Es la leche, ¿no te parece? ¡Assassin de la police! [risas] ¿Alguna vez has f****** en uno de esos proyectos acá en el suburb oyendo a los NTM mientras el resto del mundo se parte el espinazo por mantener el Sistema? J*****, eso sí que es tocar el cielo, tío. Eso sí que sí. [Se queda pensativo durante unos segundos] ¿Sabes? Hay una frase de Jean-Marie Seca que me representa. Me representa de verdad. Era algo así como que el underground es un instrumento que servía para canalizar tensiones y frustraciones12a; y yo también me he quemado mogollón estudiando m***** académica y trabajando en cosas que me importaban […]. Y bueno, a eso añádele que cuando tienes veinte años, de lo único que puedes hablar es de adolescentes, y poco más. No vas a hablar de la crisis del matrimonio, no te j***.»

12a «Es cierto que en algunas corrientes underground se cristalizan los odios y las bajezas de una cierta juventud.» En el mismo sentido, otra cita del libro: «La ansiedad ante el paro o el sentimiento de “no encontrarse” en la escuela son otras tantas condiciones previas susceptibles de impulsar a los adolescentes de cualquier origen social a implicarse en actividades no inmediatamente remuneradas. Dee nasty, uno de los poetas del hip hop francés, y muchos de los que han contribuido a esta corriente, pasaron por el fracaso escolar o profesional, la pobreza o la droga antes de encontrar un nido y un estatus reconocido en la música.» (J-M Seca, Los músicos del underground)

[3] «[…]»: ¿No les conmueve?

Me explico: Habida cuenta de que yo soy el narrador, sería lícito sostener que estoy en disposición profesional para completar ese espacio en blanco, o al menos para discernir qué es lo que verdaderamente puede estar teniendo lugar ahí dentro —en la pequeña galaxia «[…]»—. Nada más lejos de la realidad, la observación de unos puntos suspensivos circunscritos a un par de paréntesis o corchetes es sencillamente conmovedora: uno desearía ser del tamaño de una pulga para poder irrumpir a través de esa cerradura, y conocer así los detalles subrepticios, prescindibles desde un punto de vista literario. Ay.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Vaaaaaya!!

Predigestión, no sea que las esdrújulas me tumben la siesta de mañana. Caray, viene fuerte la cosa.

¿Esto te pasa por haberte perdido a los Glitch Mob el jueves pasado? Four (laptops)to the floor, y mucho más, claro.

Un saludo y hasta otra.