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sábado, 10 de enero de 2009

i) Erich von Richthofen se nos aparece bajo el más anodino de los rostros, como quien hubiera desempeñado cualquier servicio burocrático a lo largo de una eternidad. A juzgar por la contraportada de Límites de la crítica literaria / Analectas de filología comparada, año mil novecientos setenta y seis, cuesta creer, si eludimos el detalle de la preposición que lleva su nombre, que el susodicho ejerciera como profesor de literaturas románicas en Alemania, Estados Unidos y Canadá, aparte de ser un gran conocedor de la épica medieval. Digamos que su apariencia anónima, rabiosamente redomada, justifica la erótica de los estudios teóricos en materia literaria: formar parte de un arcano microcosmos – la pulsión de lo “diferente” de Bauman: frente a la popularidad del autor, la luz tibia y polvorienta que arrojan los postigos de cualquier despacho universitario. Pensar en el Bolaño de “La parte de los crímenes” y “Laberinto”.

ii) Raro es el caso del teórico que, de vueltas con la prosa, sea capaz de poner en práctica lo aprendido allí arriba: la ficción funciona a partir de unos mecanismos casi rupestres que luego serán remezclados con esos otros desasosegantes porcentajes de intuición. Es por esto por lo que, mientras el crítico descansa campante luego de concluir su texto, con el riesgo mínimo que conlleva, quién sabe, haber errado la trayectoria de sus razonamientos, son síntomas habituales en el productor de ficción morderse las uñas, malestar corporal o acudir al baño más de lo debido.

iii) Lovely Metasampling:

La apropiación de segmentos [...] no la concibe el poeta como un «hurto», sino como un «don» que se le entrega para hacerlo suyo y, renovado, entregarlo a los lectores.

José Enrique Martínez Fernández, La intertextualidad literaria

lo que el sampleador hace suyo no es un fragmento ajeno, sino un instante que le había sido robado.

Eloy Fernández Porta, Homo Sampler

iv) Sociología de la literatura, de Robert Escarpit, al igual que el resto de libros que abordan la misma, llamémosla, disciplina, es un texto de lo más incómodo y peligroso. Avalan este adjetivo varias razones, a saber, tratarse de un discurso relativizador, en donde se pone de manifiesto que tampoco la literatura resiste a lo que los latinos llamaban personae, representaciones de cada cual y de los demás que nos identifican de forma instantánea (Sennet), así como a toda una serie de coacciones provenientes del medio que cada uno habita, como si estas solo acuciaran a los segmentos sociales más débiles. Nada más lejos de la realidad. Debemos comprender la sociología de la literatura como un mirarse desde fuera. Como que el enemigo está en casa.

v) Descubro durante mi convalecencia que las teleseries españolas descansan, para autocomplacencia del espectador, sobre lo punible de las fantasías que laten al fondo de la conciencia. Ese ridículo sobre el que Berlanga llama su atención al final de Bienvenido Mr. Marshall. En contraposición a lo melifluo del soñador, entonces, la severidad del hombre preparado para la guerra: «Ya había descubierto que, en la vida, cuando uno se muestra excesivamente entusiasta los demás suelen parecerlo menos. Y, en cambio, cuando uno se muestra poco entusiasta los demás suelen entusiasmarse. Así que, cuanto más entusiasmado me sentía, menos entusiasmo solía mostrarme.» (Kureishi, El buda de los surbubios)

vi) ¿A partir de cuándo la crítica se convierte en apresurado servicio de limpieza, ocupado como está en limitar la entropía?

—¿Se trata de una cita? —le pregunté.

—Seguramente. Ya no quedan más que citas. La lengua es un sistema de citas.

J.L. Borges, “Utopía de un hombre que está cansado”

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El enemigo es la casa.

Steve Reid, batería y percusionista en un proyecto conjunto con Kieran Hebden (Fridge, Four Tet), decía en una entrevista que la música es una casa, en la que hay gente que abrió puertas, y en la que unos pocos abren todavía ventanas. Puede ser una expresión de entusiasmo, pero también dijo que creía que Hebden era una de esas personas. Un ¿razonamiento? más instintivo que teórico, pero que se lo digan a Malcolm Gladwell, sino…

Ya te has recuperado, por lo que se lee. Felicidades y hasta otra.

Luna Miguel dijo...

El enemigo esta en el 47.



(Eso pensaste el otro dia!)



Hahaha:

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