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sábado, 3 de enero de 2009

¿Quién la tiene más larga? – Interdiscursividad Basura – Fundamentos de lo ‘Cutting Edge’

¿Quién la tiene más larga?: Esa extraña obsesión por lo maximalista

Rodrigo Fresán, en La velocidad de las cosas:

Benjamín Federov amaba las oraciones largas. Oraciones como esas caminatas de otoño, un domingo dorado por la mañana, sin mapa ni brújula y Handel en el aire. Oraciones que empiezan con una o dos coordenadas reconocibles para después extraviarse por el solo placer de que alguien vaya a buscarlas con perros y linternas cuando ya ha oscurecido y el frío desciende desde las alturas. Oraciones como esta oración que acabo de escribir pero—a diferencia de esta oración que acabo de escribir—oraciones perfectas, o como bien precisó alguien, «para bien o para mal, oraciones marca Federov.

Y Stephen Burns, al comienzo de su libro sobre Infinite Jest (disponible en Google Books):

How difficult does literature need to be? At what point does the obscurity or complexity of a novel render the vast rewards it may offer irrelevant? Looking back from century’s end, these two questions seem to be the haunting anxieties of twentieth-century fiction. So many of the most respected books of the last hundred years are so forbiddingly esoteric, sintactycally dense, and formally complex, that they seem accessible only to the most dedicated and initiated Readers.

*

Interdiscursividad Basura: La memoria como productora de nexos aberrantes

Carlos Barral, en sus Diarios (año 1957):

Por lo visto es fenómeno común entre los niños la costumbre de convertir el resultado de un acto cualquiera que se está realizando en arbitraria condición de algo que se espera o que se desea, o en juez de una duda. Si llego sin correr –por ejemplo- a aquella habitación antes de que se cierre esta puerta tendré la bicicleta para Navidades.

Audrey Tatou, en A very long engagement (2001):

If Chickpea comes in before dinner’s called, Manech is alive.

Nanni Moretti, en Caos Calmo (2008):

Si antes de saltar no me mira, hará mal el ejercicio. Si no me mira antes de saltar, estaré celoso de Carlo. Si antes de saltar no me mira, será verdad que no estoy haciendo nada por ella.

*

Fundamentos de lo Cutting Edge: Aprenda a matar al padre sin ensuciarse las manos

(Lecciones —aún más— enriquecedoras sobre el Salto Cualitativo y sociología de la literatura)

Gérard Genette en su artículo “La littérature comme telle” (1966), citado por J.D. Caparrós en Teoría de la literatura:

Una creación nueva no es normalmente más que el encuentro fortuito de una casilla vacía (si quedan) en el cuadro de las formas, y por tanto el deseo constante de innovar apartándose de sus predecesores, este vanguardismo, este reflejo de contra-imitación que Valéry ve como una de las debilidades de la modernidad literaria, reposa sobre una ilusión ingenua.

Raman Selden, en La teoría literaria contemporánea:

[David Bleich] Insiste además en que los progresos del “conocimiento” se encuentran determinados por las necesidades de la comunidad. Cuando decimos que la “ciencia” ha sustituido a la “superstición”, no estamos describiendo el paso de las tinieblas a la luz, sino simplemente un cambio de paradigma que tiene lugar cuando algunas necesidades urgentes de la comunidad entran en conflicto con las viejas creencias y piden otras nuevas. La “crítica subjetiva” se basa en el supuesto de que “la motivación más urgente de cada persona es comprenderse a sí misma”.

J.M. Dru, en Disrupción:

Cada vez que se cambia el enfoque de una lente o se altera una perspectiva se da un salto cualitativo […] Normalmente no basta con decir o hacer lo contrario de los otros, una falacia en la que cae mucha gente

Y de lo anterior, el “Error Panero”: L.M. Panero entrevistado por Eneko Fraile (Revista Quimera, octubre de 1989), y citado por Jenaro Talens en Agujero llamado Nevermore:

Era tan chulo que me quería meter con toda España, y total, que España me ha metido aquí.

Paul Valéry, una vez más, en Tel Quél:

Algunas obras las crea su público. Algunas otras crean su público.

Las primeras responden a las necesidades e la sensibilidad natural media. Las segundas crean necesidades artificiales que al mismo tiempo satisfacen.

Ullrich Weisstein, en Introducción a la literatura comparada, poniendo en su lugar las más peregrinas necesidades de la comunidad:

Por regla general, los éxitos literarios suelen ser superficiales y de corta duración. Dependen enteramente de la moda o de algún acontecimiento determinado (concesión del premio Nobel de literatura, la muerte de un escritor o las medidas totalitarias adoptadas contra él)

Y Peter Burke, en El Renacimiento italiano, citado por Vicenç Furió en Sociología del Arte:

los innovadores más importantes dentro de las artes visuales a menudo eran los miembros atípicos del grupo, teniendo en cuenta sus orígenes sociales. Brunelleschi, Masaccio y Leonardo fueron hijos de notarios, mientras que Miguel Ángel lo fue de un patricio. Fueron los extraños, tanto geográfica como socialmente, y por tanto aquellos que tenían menos razones para identificarse con las tradiciones artesanas locales, quienes hicieron las mayores contribuciones a las nuevas tendencias.

Respiren.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias.

"Time is breath" (G.I.Gurdjieff)

El Miope Muñoz dijo...

Ada o el ardor, BERLINETE.