1. La misión del crítico responsable consiste primeramente en trazar y diseccionar la cartografía de la sociedad, a partir de la cual es posible relacionar cada uno de los espectros con su corriente literaria o autor. Ergo, el crítico no es crítico si no es sociólogo. 2. El objetivo indispensable de toda crítica es responder al “para quién” del texto. Es decir, el objetivo de toda crítica es identificar el lector implícito. 3. La misión del autor responsable no es otra que la de tomar la cartografía del crítico y trazar una línea de investigación por todos aquellos espectros que no cuenten con su literatura. 4. El autor debe descreer de prejuicios. 5. En esencia, el autor no es nada salvo materia voluble que adaptar a una realidad. 6. Además, el autor ha de saber que toda conducta es válida. 7. Cualquier rol puede ser desempeñado por un autor con la única objeción de cuidar el cordón umbilical que lo une con la literatura. Algo así como si se tratara de una suerte de satélite que rota en torno a un astro matriz y constantemente corriese el peligro, dado el propósito de desvelar los enigmas del cosmos, de perder el contacto con dicho cuerpo sobre el cual gravita. Es decir, el autor responsable debe desplazarse como funambulista por la frontera que separa a los escritores de los no escritores.
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