Recuerda Juan José Sebreli en El olvido de la razón cómo la nouvelle roman trajo consigo un círculo autosuficiente entre escritores y críticos —nouvelle critique—[1]: «se escribía una literatura hermética y autosuficiente que interesaba a los críticos, a los profesores, a los estudiantes de letras y a otros escritores (…) El creador literario reflexionaba sobre el lenguaje y el teórico, de ese modo, era tan creador como el autor[2], los límites entre uno y otro se desdibujaban (…) La nueva novela francesa era estructuralista por el predominio de la forma sobre el contenido —el significante sobre el significado—; además, consecuente con los postulados del dogma, desaparecía el personaje novelesco, es decir, el sujeto, y la trama, es decir, la historia (…) A veces el novelista también era teórico o los teóricos escribían pseudonovelas.» Bastante aplicable resulta el extracto de Sebreli a la ultimísima sensibilidad —crítica y ficcional— afterpop; o como admitiera en Inventario de mutantes el escritor Eloy Fernández Porta, comisario del reciente congreso Neo3, «Si la crítica capaz de teorizar sobre nosotros hubiera existido, no habríamos tenido que hacer nosotros el trabajo»
[1] Y sí, en efecto, Circular 07, entendido como maravilloso campo de pruebas en toda regla así como prosa de la sociología, en la cual además la ‘perversión’ teórica invade a sus anchas la ficción; es el mejor ejemplo para ilustrar lo que a continuación sigue.
[2] Visiten a estos muchachos: http://afterpost.wordpress.com/
1 comentario:
Todo un placer ser cita en el blog de Ibrahím. Un abrazo
Publicar un comentario